La invasión rusa de Ucrania no ha tardado en desencadenar la ansiedad en los mercados energéticos, muy pendientes de las decisiones que pueda adoptar el Kremlin sobre el suministro de hidrocarburos que aporta a Europa y las potenciales sanciones occidentales sobre la industria energética rusa. El precio a futuro del gas natural que se utiliza como referencia en el continente se disparó un 30% al abrirse su cotización en Amsterdam para situarse en torno a los 115 euros el magavatio hora, su precio más alto desde diciembre, siete veces más de lo que costaba hace un año. El barril de petróleo Brent, por su parte, superó los 100 dólares por primera vez en ocho años. Aumentos muy pronunciados que amenazan con recrudecer los altísimos precios de los combustibles y una inflación que está disparada a ambos lados del Atlántico. [Siga las últimas noticias en directo de la crisis en Ucrania]

Las turbulencias, sin embargo, no han hecho más que comenzar y la incertidumbre es la norma. La Unión Europea tiene una enorme dependencia de los hidrocarburos del gigante eslavo, que es el principal suministrador de combustibles fósiles a Europa. Durante el primer semestre de 2021 aportó el 47% del gas natural utilizado en el continente y el 25% de su petróleo, según las estadísticas de Euostat. El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo a principios de semana que no piensa cortar el flujo de gas a Europa, indispensable para países como Finlandia, Bulgaria, Eslovaquia y, en menor medida, para Alemania e Italia, que compran a Rusia casi la mitad del gas que consumen. España es uno de los países que menos depende del gas ruso.  

Posibles sanciones contra el sector energético ruso

Pero el inicio de la ofensiva, que podría convertirse en la guerra de mayor envergadura librada en Europa desde la segunda guerra mundial, lleva numerosos riesgos aparejados. Empezando por la suerte que podrían correr los gasoductos que atraviesan Ucrania en dirección a la Europa Occidental si se recrudecen los bombardeos o la respuesta que pueda dar Rusia a las masivas sanciones occidentales que no dejan de llover sobre su economía. “El curso de los acontecimientos dependerá en gran medida de cómo reaccionen Europa y EEUU”, ha dicho a ‘Bloomberg’ Hans van Cleef, economista del banco ABN Amro. “¿Impondrán sanciones contra los sectores del gas y el petróleo ruso o no?” 

En los últimos meses, la Unión Europea ha intensificado las gestiones con diversos exportadores de gas natural licuado para cubrirse las espaldas en caso de que Moscú vuelva a utilizar la energía como arma geopolítica en su conflicto con la OTAN y sus países miembros. Pero el estado de sus reservas, que se encuentran en los niveles más bajos de la última década, y la escasez de oferta imperante en los últimos meses, otorgan a Putin un enorme poder sobre la suerte energética del continente y su recuperación económica tras la pandemia. “El precio global del petróleo y el gas natural licuado tiene muchas probabilidades de aumentar de forma abrupta en caso de que se desate un conflicto”, advirtió la consultora Moody’s el miércoles, horas antes de que el líder ruso anunciara el inicio de la ofensiva sobre Ucrania.  

Por el momento no hay constancia de que los flujos de carburantes rusos se hayan interrumpido o que el inicio del conflicto haya afectado al suministro que llega a través de Ucrania. “Estamos cumpliendo con todas nuestras obligaciones para transportar el gas”, ha dicho la compañía ucraniana responsable de los gasoductos ucranianos.