Varios proyectiles que tenían como objetivo el aeropuerto de Kabul golpearon este lunes la ciudad, sin que en un principio se reportaran víctimas, un día después de que otros dos ataques dejaran al menos seis civiles muertos en la capital afgana.

Los cohetes fueron disparados desde la parte trasera de un vehículo durante la primera hora de la mañana en el área de Lab-e-Jar, en el norte de la ciudad, y estaban dirigidos contra el aeropuerto de Kabul. "Se dispararon varios cohetes hacia el aeropuerto de Kabul que en su mayoría aterrizaron en áreas desocupadas y no causaron bajas. Hasta ahora no tenemos ningún informe de víctimas", afirmó a Efe el portavoz talibán Bilal Karimi. "Estamos investigando los ataques con cohetes para determinar quién y por qué fueron llevados a cabo", añadió.

Otra fuente de los talibanes consultada por Efe, que pidió el anonimato, aseguró que los artefactos fueron interceptados en su mayoría por el sistema de defensa de las fuerzas extranjeras en el aeropuerto.

Varias imágenes difundidas en las redes sociales y los canales de televisión locales muestran algunos daños derivados de las explosiones que afectaron al menos a una vivienda y a un vehículo.

La casa Blanca informó por su parte que el Ejército de Estados Unidos mantiene sus operaciones en el aeropuerto internacional Hamid Karzai (HKIA) de Kabul tras el ataque con cohetes. Washington aseguró en un comunicado que "las operaciones continúan sin interrupción", aunque el escrito no aportó detalles sobre las acciones de sus fuerzas para repeler el ataque.

El evento de este lunes tiene lugar después de que la ciudad sufriera el domingo otras dos explosiones que dejaron al menos seis muertos, una provocada por el ataque de un dron estadounidense contra un vehículo en el que viajaban supuestos miembros del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y otra por el impacto de un cohete contra una vivienda.

Las dos ocurrieron cerca del aeropuerto de Kabul y se producen en un momento de máxima tensión después de que el Gobierno estadounidense alertó de "amenazas creíbles" contra el aeródromo, donde se concentran las tropas estadounidenses y donde el jueves hubo un atentado con al menos 170 fallecidos. Las autoridades no han aclarado aún si los eventos estuvieron relacionados.

El Comando Central de EEUU (CENTCOM) informó inicialmente que un dron había impactado contra un vehículo en el que se desplazaban hacia el aeropuerto supuestos yihadistas del EI, el grupo terrorista que reivindicó el atentado del jueves. En un comunicado posterior y refiriéndose a las posibles víctimas civiles, presuntamente derivadas del ataque, el CENTCOM aseguró que "no está claro qué pudo haber sucedido y continúa investigando". De momento nadie se ha responsabilizado de la explosión que provocó la muerte de los civiles, en su mayoría niños.

El Estado Islámico la reivindica

Por su parte, la filial afgana de Estado Islámico ha reivindicado la autoría del ataque.

Como ya ocurriese con el atentado suicida del pasado jueves, que se saldó con unos 170 muertos, Estado Islámico Jorasán (ISKP, por sus siglas en inglés) se ha atribuido en un comunicado el último ataque, según el portal de seguimiento de información yihadista SITE.

La Casa Blanca ha confirmado el ataque contra el aeropuerto, advirtiendo de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado orden de "hacer lo que sea necesario" para proteger a las tropas que siguen en Afganistán, teóricamente hasta este martes. El domingo, las fuerzas norteamericanas neutralizaron con un dron un ataque "inminente" sobre el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai, en una operación se saldó con alrededor de una decena de víctimas civiles, incluidos niños.

La portavoz presidencial, Jen Psaki, ha asegurado que pese al lanzamiento de cohetes de este lunes, las operaciones de evacuación "continúan ininterrumpidamente en el aeropuerto", si bien el nivel es ya mucho menor al de días anteriores. Fuentes de la Casa Blanca estiman que en las últimas 24 horas apenas han salido 1.200 personas, de las cuales solo 50 corresponden a traslados efectuados por países de la coalición internacional.

Desde el 14 de agosto, un día antes de que los talibán se hiciesen definitivamente con el control de Kabul, Estados Unidos y sus aliados han logrado sacar de Afganistán a 116.700 personas. La cifra supera las 122.000 si se tienen en cuenta otra operaciones llevadas a cabo desde finales de julio.