El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, se mantiene como favorito para ser el candidato de la oposición en las presidenciales del próximo 7 de octubre, aunque es difícil que derrote al actual mandatario, Hugo Chávez, según las encuestadoras Datanálisis, Hinterlaces y GIS XXI.

Las tres encuestadoras coinciden en que Capriles es el aspirante favorito entre los cinco que permanecen en la contienda para las primarias de oposición, que se celebrarán el 12 de febrero, posición en la que se reafirmó después de que Leopoldo López desistiera a su favor el martes pasado.

López estaba en tercer lugar de los sondeos, detrás del gobernador del estado Zulia, Pablo Pérez, quien actualmente mantiene, según Hinterlaces, 19% de aceptación entre los electores para primarias, mientras que Capriles ya alcanza un 39%.

"Capriles amplifica su ventaja al aliarse con López lo que fortalece la oferta del candidato, y la alianza deja a Pablo Pérez preguntándose qué va a hacer" para alcanzarle, dijo el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León.

Según el director de Hinterlaces, Oscar Schemel, la candidatura de Pablo Pérez "no cuajó", en principio, por ser convencional y de carácter regionalista, e hizo "una campaña desacertada" en cuanto a la imagen personal del aspirante.

Capriles, por su parte ha mantenido un discurso conciliador y moderado, de acuerdo con el punto de vista de Schemel y León.

Jesse Chacón, director de GIS XXI y exministro de Chávez, dijo que observa el triunfo seguro de Capriles en las primarias y que este impulso que le da López refuerza su idea de que el eventual gobierno del hoy gobernador de Miranda sería "empresarial" con mucha fuerza en lo económico, punto en el que coinciden los dos líderes.

Tras varios meses de propuestas y campaña, el último sondeo de Schemel revela que el 46% de los consultados opina que la oposición esta proponiendo muy buenas ideas pero que no apasionan, "son propuestas sin alma", dice el director de esta firma.

La oposición, dijo Schemel, tiene una "dificultad emocional" para conectarse con el pueblo, mientras que Chávez se ha convertido en un "líder religioso" con un discurso poderoso, sobre todo tras haber anunciado el cáncer del que fue operado en junio y mostrar una actitud de batallador contra esa enfermedad. "La oposición tiene que crear un discurso que convenza y emocione, un discurso moral, y eso implica el uso de nuevos símbolos", apunta Schemel.

A Chávez, dice Schemel, el cáncer le ha dado fortaleza y sus seguidores han vivido su "resurrección" bajo la idea de que "venció a la muerte", todo ello acompañado de un resurgimiento de nuevas misiones sociales cargadas de un simbolismo de protección hacia los más pobres.

Chávez, como un mesías

Schemel atribuye entonces el hecho de que el 64% de los consultados en su último estudio tenga una opinión positiva de la gestión de Chávez y que los últimos programas en materia social se suman a la atmósfera de mesías que ahora -asegura- ostenta el mandatario.

El presidente de Datanálisis explica que si Chávez logra vender la idea de que está curado "es el duro de la partida", de cara a las presidenciales del 7 de octubre.

En cambio, si se visualiza como enfermo pero sigue en campaña, dice, puede generar "un cortocircuito en el votante" que piensa en el futuro y observa a otros candidatos enérgicos y jóvenes.

Otros escenario que expone el presidente de Datanálisis es el de un Chávez "ausente" que necesita buscar un sustituto que aunque no cuenta con la misma popularidad y carisma del líder, "hereda una simbología" que integra la tristeza asociada a la esencia de la revolución.

"La política no es un asunto de racionalidad sino de emocionalidad", dice León, para quien el chavismo sin Chávez es "perfectamente factible" pues a su juicio "el chavismo está mucho más inserto en el país de lo que la gente cree".