ES EVIDENTE que los políticos son parte de la sociedad y un reflejo de ella. Por eso no debe sorprendernos topar con todo tipo de sujetos dentro de este colectivo. Ahora bien, estimado Antonio, no me negarás que por el papel que algunos -no todos- juegan en la misma deberían exigirse algo más de lo que lo hacen habitualmente. El hecho de ser personajes públicos lleva aparejado una serie de obligaciones, entre ellas la de servir de ejemplo al resto de la población. Por no hablar de que en política se está para servir a los demás, no para utilizar la posición en beneficio propio. Cierto es que en todas las profesiones existe gente con conductas más que reprobables, pero la influencia que tienen sobre el resto de la sociedad no es igual.

Sí, ya sé que también entre los periodistas hay mucho indeseable que utiliza la profesión para fines que nada tienen que ver con informar y formar a los ciudadanos. Por desgracia los veo todos los días. Pero mal de muchos consuelo de tontos. Por ello, es preciso restringir al máximo este tipo de comportamientos. En nuestra mano está poner un granito de arena para que así sea.

Comparto contigo que se deben evitar las generalizaciones y enjuiciar a todo un colectivo por lo que haga una parte, pero tampoco se debe ocultar lo que está mal hecho para no manchar la imagen de una mayoría. Reconozco que, por deformación profesional, tendemos a hacer más hincapié en esto último que en lo que funciona bien y que muchas veces no somos capaces de apreciar la labor que desarrollan determinados políticos. Admite tú, igualmente, que cada vez hay más mediocres dedicados a esa actividad y, quizá, ese es el motivo por el que está tan desprestigiada. Ya sabes, todo se pega menos la hermosura.