En estos momentos, la infanta Cristina, que siempre ha sido una persona jovial y cercana, tiene un semblante triste, según resalta la revista Diez Minutos en su edición de este sábado, que irá en los quioscos de la mano de EL DÍA. La revista no duda en decir que se encuentra "acorralada" y razona por qué hace esta afirmación.

A pesar de que ocupa el séptimo lugar en la línea de sucesión a la Corona, tras el príncipe de Asturias, la infanta Doña Leonor, la infanta Doña Sofía, la infanta Doña Elena, Don Felipe de Marichalar y Borbón y Doña Victoria Federica de Marichalar y Borbón, la infanta se desligó ligeramente de las ataduras reales y se fue a vivir a Barcelona, donde ha hecho su vida personal y profesional. A principios de abril de 1997 se comenzó a hablar del presunto noviazgo de la Infanta con uno de sus amigos, el joven deportista Iñaki Urdangarín, destacado jugador del equipo de balonmano del Barcelona.

El 30 del mismo mes el Palacio de la Zarzuela anunciaba el compromiso matrimonial de la pareja. Ha trabajado en el departamento de programas culturales de la Fundación La Caixa, entre otros proyectos, y ahora se traslada a Washington con toda la familia porque a su marido, Iñaki Urdangarín, será el responsable de un nuevo puesto en Telefónica.
La Infanta Cristina es una gran amante de la música, muestra destreza al piano y le gustaría ser concertista como su tía Irene de Grecia. En 1990 se instituyó el Concurso de Piano Infanta Cristina; existe también el Premio Internacional de Guitarra de Su Alteza Real Infanta Cristina que, desde 1985, convoca cada dos años la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero. También le gusta la pintura, la arquitectura y la escultura.