El religioso Miguel Pajares se mantiene "estable" y sin hemorragias mientras que la monja Juliana Bohi presenta "buen estado de salud" aunque presenta signos de fiebre tifoideas, informó ayer el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, tras la primera evaluación realizada a los pacientes.

Ambos religiosos llegaron en "buenas condiciones" aunque un "poco desorientados" al Hospital Carlos III, donde se tomaron todas las medidas para garantizar su tratamiento y aislamiento, de cara a evitar cualquier riesgo de contaminación.

También aseveró que se tomó la decisión de ingresar a ambos en el Hospital Carlos III siguiendo la recomendación del Comité de Alarma de La Paz, pese a contar con una unidad con medios de aislamiento como el Carlos III, dado que era mejor reducir cualquier riesgo de "alarma social" en un centro como La Paz con "mucho tránsito" de pacientes y cerca de 1.000 ingresos.

Rodríguez y el gerente del complejo La Paz-Carlos III, Rafael Santamaría, remarcaron que el religioso será tratado por un equipo de intensivistas que tendrán apoyo de microbiólogos y expertos en enfermedades tropicales. Serán dos facultativos, cuatro enfermeros y dos auxiliares de enfermería por turno, que accederán con un equipo de aislamiento a las dos habitaciones en las que solo se puede entrar mediante una esclusa.