En el Día Internacional contra la Homofobia que se celebró ayer, las organizaciones defensoras de los derechos de las minorías sexuales recordaron que persiste la discriminación y la violencia contra los homosexuales, ya que todavía implica la pena de muerte en 5 países y en 78 es ilegal.

La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ILGA) difundió esta semana en Ginebra un informe sobre la situación de la homosexualidad que revela que 10 países permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y 12 admiten la adopción, mientras que la homosexualidad es ilegal en 78 países.

Irán, Arabia Saudí, y Yemen, en Asia; Mauritania, Sudán y las regiones del norte de Nigeria y el sur de Somalia, en África, penalizan la homosexualidad con la pena de muerte, según el informe de ILGA.

Mientras Europa es la región donde los derechos de los homosexuales son más atendidos, en Latinoamérica el mayor problema es la violencia, dado que la mayoría de países no cuentan con legislación que prohíba la homofobia, mientras que la mitad de los países de Asia todavía criminalizan la homosexualidad.

En el caso de Rusia, las leyes contra la "propaganda homosexual", la represión policial y la oposición de ortodoxos y musulmanes a las marchas de orgullo gay han convertido a este lugar en el país europeo más hostil con las minorías sexuales.

En el Reino Unido se convocaron ayer 150 actos para conmemorar esta fecha, en los que se incluyeron diversas protestas por la situación de los homosexuales en otros países como Irán y Nigeria.

"Curación"

La Organización Panamericana de la Salud indicó ayer que "los supuestos servicios de curación de personas con orientación sexual no heterosexual carecen de justificación médica" y son una amenaza grave para las personas afectadas.

La OPS aprovechó la conmemoración de esta fecha para pedir a los gobiernos, a las instituciones académicas, a las asociaciones profesionales y a los medios de comunicación que "promuevan el respeto a la diversidad".

El 17 de mayo de 1990, la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la lista de trastornos mentales cuando aprobó una nueva versión de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades (CIE).

"Ya que la homosexualidad no es un trastorno o enfermedad, no requiere cura", afirmó la directora de la OPS, Mirta Roses Periago.

Roses añadió que las prácticas conocidas como "terapias reparativas" o "de reconversión" representan "una grave amenaza para la salud y el bienestar, inclusive la vida, de las personas afectadas".

El documento de la OPS señala que existe un consenso profesional en que la homosexualidad es una variación natural de la sexualidad humana y no se puede considerar como una condición patológica.

Sin embargo, varios órganos de las Naciones Unidas han constatado que aún existen supuestas "clínicas" o "terapeutas" que promueven tratamientos que pretenden cambiar la orientación sexual de personas no heterosexuales.

Como factor agravante, añade el comunicado de la OPS, "se han recibido reportes de que los tratos degradantes, el acoso sexual y la violencia física suelen ser o pueden ser elementos que componen las supuestas terapias".

Resulta "más inquietante", según apunta el texto, que los supuestos servicios de "reconversión sexual" muchas veces se presten de manera clandestina. Así, se ha recibido información de adolescentes que fueron sujetos a intervenciones de "reparación" de manera involuntaria, y en algunos casos hasta privados de su libertad.