Las editoriales de libros de texto están apostando por aligerar el peso de las mochilas de los escolares mediante la división del material por fascículos y la digitalización de los contenidos, atendiendo así a las peticiones de pediatras que han alertado de las graves consecuencias que tiene soportar esta carga a diario, que no debe superar el 10 por ciento del peso de cada niño.

Según explican desde SM, además de la reducción del peso de la mochila, otra de las ventajas de los fascículos es que ayudan al profesor a estructurar el curso y transmiten menos agobio al alumnado al fraccionar el contenido de la materia. Por otra parte, el nuevo formato supone un menor deterioro de los manuales.

SM desarrolla esta iniciativa desde el pasado curso 2009-2010, en el que editaron libros divididos por trimestres o bloques temáticos para las asignaturas de Matemáticas y Lengua Española de 5º y 6º de Primaria. En este curso que ahora empieza, la oferta de textos divisibles se extiende a 3º y 4º de Primaria y se incluyen contenidos digitales para dar respuesta a la iniciativa de Escuela 2.0 (ordenadores portátiles).

Por tercer año consecutivo, la editorial Everest utiliza el formato de fascículos para las materias de Lengua Española, Matemáticas y Conocimiento del Medio para estudiantes entre 8 y 12 años. Esta medida, que ha sido apoyada tanto por profesores, padres y autoridades, se puso en marcha en el curso 2008-2009.

Hasta 5 kilos menos

También Santillana ha creado la serie Mochila Ligera, que sustituye este curso escolar a los antiguos libros de texto de Primaria, que ahora pasan a ser fascículos trimestrales y, en el caso de Secundaria, en fascículos temáticos. La editorial asegura que se reducirá hasta en 5 kilos el peso que los alumnos cargan diariamente, lo que significa transportar a lo largo del año unos 1.800 kilos menos.

"Un niño que al día debe cubrir ocho materias escolares puede llegar a transportar un peso de hasta siete kilogramos en su mochila. Con los nuevos textos por fascículos, el peso no supera los dos kilogramos", han explicado.

Pero la decisión de que los alumnos lleven en sus mochilas libros fraccionados o enteros no depende de sus padres, sino de los profesores que en junio eligen qué material van a utilizar el curso siguiente y si estos van a estar o no divididos por trimestres o temas.