Coalición Canaria vivirá hoy su congreso más pasional. Antonio Castro sigue siendo el líder, pero cada día hay más voces capaces de discutir sus decisiones. Será reelegido como presidente de su formación, no se espera ninguna otra plancha, aunque hasta el pasado viernes se mantenían reuniones para evitar que la fractura entre nacionalistas sea perjudicial para sus futuros intereses.

La ponencia política debatida hace una semana en Tijarafe dejó al descubierto las diferencias de criterio a la hora de entender la estructura y la estrategia de CC. Los comités locales de San Andrés y Sauces, Barlovento, Breña Alta y una parte destacada de Santa Cruz de La Palma mostraron una postura similar de hacer más autocrítica, no atacar abiertamente al PSC en público por sus pactos con el PP, apostar por una renovación profunda... todo lo contrario a lo que defendió la dirección nacionalista. Ahora el debate se traslada a Los Llanos de Aridane, municipio donde precisamente Antonio Castro tiene a sus más fieles. Aquí nadie le "chista".

Castro ha optado por un mensaje más "salvaje". Dibuja un partido más separado del resto de Canarias, federal, con independencia, atacando a Madrid... más API. Sabe que son los mejores argumentos para llegar a su gente, igual que lo hizo hace ya 20 ó 30 años, y para evitar que haya manos en contra a la hora de votar su gestión política en el inminente congreso. Si esa gestión incluye las nefastas negociaciones después de las elecciones de mayo de 2011, el grupo "opositor" tendrá razones de peso para, al menos, abstenerse.

El V Congreso de Coalición Canaria tiene dos incógnitas que lo mantienen vivo. Aunque lo normal es que haya una única candidatura, con Antonio Castro al frente, no es menos cierto que una parte importante del grupo discordante ha intentado convencer a uno de los grandes "pesos pesados" de CC en La Palma, José Luis Perestelo, para que encabezara otra plancha. El ahora diputado regional se ha mostrado crítico, incluso en declaraciones públicas, con el quehacer de la dirección, apuesta por otra forma de plantear el futuro nacionalista y su presencia como cabeza de una candidatura alternativa provocaría desasosiego, pero ha expresado a sus allegados que cada uno de los 600 compromisarios deben tener el derecho a expresar libremente sus ideas, sin influencias de los "cabecillas", pero evitando que el congreso acabe provocando una grieta difícil de oscurecer. La segunda incógnita en este cónclave es la elección del secretario general, que a partir de hoy, tal y como marcan los estatutos, tendrá mayor poder ejecutivo. Esa realidad estatutaria en La Palma parece un mero formalismo. Todos los nacionalistas palmeros son conscientes de que si Antonio Castro gana, seguirá mandando. Por tanto, el "2" debe ser una persona de su entera confianza. Juan Ramón Marín o incluso Guadalupe González parecen las alternativas, aunque... ¿y si ambas incógnitas coinciden?

Es la cifra de delegados que representarán a los comités locales y a la agrupación de jóvenes en el congreso nacionalista. Los responsables de decidir el futuro de su formación política.