Si no hay sorpresas (algunos dirían que no serían tales) por sus imputaciones por supuesta prevaricación por contrataciones irregulares o el célebre caso Varadero, Macario Benítez cumplirá en junio 30 años al frente de El Rosario. Un municipio que, por supuesto, también ha cambiado para bien en infinidad de aspectos, aunque quizás con un modelo demasiado desarrollista en la costa que ha dejado claras consecuencias con riadas como la de 2010 en Tabaiba y Radazul, si bien alega que el PGO lo permitía.

Sus críticos le reprochan una presunta visión "siciliana" y casi hereditaria del poder. Además, dudan de su apariencia bonachona y censuran, sobre todo, su urbanismo. Como los otros dos alcaldes de esta quinta, siempre se ha defendido esgrimiendo el masivo, continuado y homogéneo apoyo popular (CC no tiene ahora ni un edil), aparte de que cree innegable el desarrollo de una localidad que, como la mayoría, "carecía de lo más básico cuando llegué: muchas zonas no tenían luz ni agua y la mayoría de vías no estaban asfaltadas".

Eso sí, y a diferencia de Ignacio Rodríguez, se reafirma en que este será su último mandato, ya que, tras rebasar los 70, cree que es hora de dedicarse más a la familia, sobre todo a su nieta, si bien niega que sufra alguna enfermedad, "como algunos están diciendo". "Lo dejaré y disfrutaré luego como un vecino más de mi horizonte vital".

Benítez se siente muy orgulloso de las infraestructuras que han creado y mejorado "hasta el punto de convertirnos en referente de municipios similares". Entre sus logros, destaca "ser la primera localidad canaria que abrió escuelas infantiles, la descentralización de servicios, el consistorio, los polideportivos, tanatorios, centros de salud, auditorios, reforma del litoral, apoyo a familias necesitadas y escuelas de teatro y música, con el centro de día para mayores y la nueva sede social casi a punto".

Dice que el tiempo "ha pasado muy deprisa y cada día me ha cogido trabajando desde las 8 y, ahora, las 7:30". Entre sus frustraciones, no poder ayudar al vecino cuando todo depende de otra administración, así como las trabas "externas" a algunos proyectos.