"No te dejes llevar por la simple apariencia física, busca más allá". Esta frase es aplicable, en estas fechas navideñas, a determinadas personas y a los jóvenes de las tribus urbanas de La Laguna entrevistados por EL DÍA, ya que visten de una manera diferente, pero algunos sectores sociales los rechazan "sin ver que en nuestro corazón guardamos valores humanos como el respeto o la ayuda al necesitado", afirman Amanda y Aima, dos chicas de 16 años de edad.

Esta historia empieza cuando este periódico estaba presente en un festival a beneficio de los Hermanos de la Cruz Blanca en el Casino de La Laguna. La primera fila estaba ocupada por chicos y chicas que vestían diferente al resto de los presentes. Nos referimos a trajes bastantes caros, pero al mismo tiempo especiales. Como ejemplo, el que lucía Aima, de color negro desbordados por calaveras y terminado en un encaje. Llevaba medias también negras rematadas un poco más arriba de la rodilla con voluminosos y atractivos encajes blancos.

De pronto, las chicas sacaron orejas y rabos de gatas y se los pusieron y disfrutaron del concierto de música clásica con toda la normalidad del mundo. Todos rezumaban una gran dulzura y en un primer contacto con ellos, coincidieron en que pertenecían a diferentes tribus urbanas laguneras, de procedencias extranjeras.

Allí estaban representados los Otakus, los Góticos, los Heavys, los Cosplayers, los Emo y los Frikis Gamers. Pero en este contacto dijeron que de dichos movimientos urbanos "sólo hemos cogido su forma de vestir y todo lo bueno que tienen en lo que respecta a su forma de ser, pero aportando nuestros valores", precisó Aima.

Lo visto despertó el interés de este periódico por vivir cómo era una tarde de estas tribus urbanas, en lo relativo a qué hacían y cuáles eran sus sentimientos y valores.

Son las 17:15 horas. En la plaza del Cristo hay mucha gente que pasea y en otro lado chicos con monopatines, pero debajo de los toldos de los puestos de las flores, los representantes de las tribus urbanas estaban reunidos. Nos acercamos, los saludamos y observamos. Juegan entre ellos, muestran mucho cariño y parecen embajadores de la amistad. Oyen música, bailan y alardean de dibujos especiales como los que pinta Amanda sobre el mundo de las hadas.

Tanto las chicas como los chicos se caracterizan por una dulzura especial. Rechazan la agresividad y cuando están en presencia de la misma, por parte de otros jóvenes, se ponen delate de ellos y bailan el ParaPara. Nono, una chica de 14 años y gótica, y Brian, un joven de 16 años Cosplayer, explican que el citado baile "es un fenómeno de masas asociado al J-Pop y el Eurobeat. Es un modo de bailar que consiste en una serie de coreografías, en las que se utilizan principalmente los movimientos de manos y brazos". Añaden que el ParaPara nació en los años 70 como un derivado de la música disco en Japón.

De nuevo interviene Amanda. Tiene un encanto especial que roza lo angelical y desvela lo que hace con sus amigos y amigas cuando celebran fiestas: "Leemos mangas, que son cómics orientales. Oímos música japonesa como J-Pop y J-Rock y también nos encantan las novelas orientales. Cantamos en japonés, bailamos el ParaPara y no bebemos alcohol".

La gran ilusión de la vida de Amanda (Otakus) es su gato Ryuu, que significa dragón.

Agus (chico Emo de 14 años) explica que "utilizo la ropa del movimiento al que represento pero no su forma de vida, pues rechazo la depresión, la atracción por la oscuridad y el autolesionarse que practican los Emos. La vida es muy bonita para actuar así. Me duele que nos amenacen y que nos llamen golfos sólo por vestir de forma diferente. Debemos ser objeto del mismo respeto que ofrecemos a la sociedad".

Irene (Otakus de 16 años) es partidaria, tanto en la amistad como en el amor, de la sinceridad, el ser tolerantes y no jugar con los sentimientos de las personas.

Julio (Heavys de 15 años) busca en las chicas "que sean buenas, amables e inteligentes. Hay que enamorarse del interior de la chica y no del exterior, donde a veces sólo hay engaño".

Daura (chica Otakus de 17 años) afirma que "lo que perseguimos es sentirnos bien con nosotras mismas. Trato de buscarme en la vida y ayudar al necesitado y solucionar problemas ajenos siempre que se me permita. Soy muy alegre, aunque oculto los problemas para no entristecer a los demás. Los amigos deben estar para los buenos y los malos momentos".

Aima y Amanda, en nombre de todos, lanzaron el siguiente mensaje: "Quienes viven de apariencias viven en la ignorancia. Lo exterior llama la atención y lo contrario sería obviar la realidad. Al hablar de valores hay que referirse a la apariencia interior que es lo importante, pues lo humano no se exhibe por fuera y es lo que en verdad cuenta y atrae. La apariencia es lo que envuelve a lo que cultivamos para entregar a los demás en forma de amistad, cariño o amor y se encuentra en una parte de nuestro cuerpo llamado corazón".