Tras los graves disturbios por la exoneración el pasado lunes del policía blanco que mató a tiros al joven negro Michael Brown, la tensión ha disminuido en la localidad estadounidense de Ferguson, donde los indignados por esa decisión hicieron hoy un llamamiento a boicotear el día de rebajas conocido como "viernes negro".

Una campaña impulsada en las redes sociales con la etiqueta "Blackout Blackfriday" ("Apaga el viernes negro") invita a los ciudadanos a no gastar hoy nada en compras navideñas, que empiezan en Estados Unidos tras el Día de Acción de Gracias.

El boicot ha recibido el apoyo de varias estrellas negras de Hollywood, como Ryan Coogler, Jesse Williams, Kat Graham o Micahel B. Jordan, según la web especializada "The Wrap".

La iniciativa quiere dar continuidad a las protestas contra el veredicto del gran jurado que el pasado lunes decidió no procesar al agente Darren Wilson, de 28 años, que mató a tiros a Brown, de 18 años, que iba desarmado en Ferguson, un suburbio de la ciudad de San Luis, en el estado de Misuri.

El fallo judicial provocó el lunes y el martes por la noche en la localidad -de unos 20.000 habitantes, la mayoría de raza negra- unos disturbios raciales que desembocaron en la detención de más de 120 personas y causaron cuantiosos destrozos en edificios y quemaron automóviles, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.

La indignación se extendió a 170 ciudades de todo el país, donde miles de personas demandaron justicia, lo que obligó al presidente de EEUU, Barack Obama, a hacer un llamamiento a la calma.

Decenas de indignados por el veredicto expresaron su repulsa a última hora del jueves en un establecimiento de la cadena Target, en Brentwood, cerca de Ferguson, al grito de "ÑManos en alto, no disparen!".

"Tuvimos una protesta la pasada noche. Fue pacífica. Estuvieron cantando", confirmó hoy el gerente de Target, Ian Machie.

No había rastro de manifestación alguna esta mañana ante ese centro comercial, donde se veían clientes con carros llenos de gangas que transitaban por un aparcamiento lleno de vehículos.

"No he visto a nadie manifestándose hoy. Más temprano, había muchos policías y agentes del FBI (Buró Federal de Investigaciones)", relató Stephanie, empleada de un establecimiento situado frente a Target.

Al igual que en ese centro, otra protesta se produjo el jueves por la noche en un supermercado WalMart próximo a Ferguson, donde un grupo de ciudadanos cantó consignas como "Sin justicia no hay paz. No a una policía racista".

Sin embargo, la policía de San Luis emitió hoy un comunicado a primera hora para confirmar que el día transcurría sin incidentes.

"Hemos recibido muchas consultas sobre la seguridad en centros comerciales y tiendas. Actualmente, no hay constancia de alborotos, protestas o problemas en ninguna zona comercial del condado de San Luis", aseguró el cuerpo policial.

Algunos ciudadanos sí secundaron el boicot, como la negra Michelle, una empleada en un centro de atención al cliente de una empresa de San Luis.

"Lo respeto y lo apoyo. Hoy no hago compras de Navidad", subrayó Michelle, quien exigió la dimisión de las "autoridades" que han gestionado el caso de Michael Brown, como el fiscal Robert McCulloch, quien anunció el pasado lunes el veredicto del gran jurado.

McCulloch ha sido cuestionado, entre otras razones, porque su padre era un agente de policía de San Luis asesinado a tiros hace cincuenta años.

Parecida opinión tiene Kathlee, una empleada de hotel de origen austríaco-irlandés con "mucha familia" en Ferguson.

"Como sociedad, tenemos que permanecer unidos. No puedes mirar al color de la piel de gente. Debemos limpiar nuestro sistema político", declaró Kathlee, quien asegura que la Policía de Ferguson sólo cuenta con "dos agentes negros".

Muestra de que la enorme tensión del inicio de la semana se ha disipado es la escasa presencia de manifestantes durante las dos últimas noches en la avenida de South Florissant, ante el Departamento de Policía de Ferguson, epicentro de las protestas y protegido por la Guardia Nacional, una fuerza militar de reserva.

El agente Wilson, que disparó el pasado 9 de agosto contra Brown en circunstancias aún por esclarecer públicamente, dijo el martes pasado que lamenta el suceso pero que tiene "la conciencia tranquila".

Wilson sostiene que Brown le agredió e intentó apoderarse de su arma, versión que contradice el relato de algunos testigos, entre ellos un amigo que acompañaba a la víctima.

Según esos testigos, el agente efectuó varios disparos contra el joven cuando éste iba desarmado y con los brazos en alto, en actitud de sometimiento.

La muerte de Michael Brown desató una ola de violencia y reabrió el debate sobre la supuesta racial que se atribuye a la Policía en Estados Unidos.