El gobierno marroquí minimizó hoy el alcance de una huelga de hambre declarada hace tres días por cerca de cuarenta presos franceses en penales marroquíes, que protestan así por la congelación de sus expedientes de traslado hacia Francia.

Sin dar cifras precisas, la Delegación General de la Administración Penitenciaria (DGAP) señaló en un comunicado hecho público hoy que varios se han hecho eco de esa huelga de hambre pero han dado "dimensiones exageradas, tratando de dar mucho alcance a un suceso limitado".

La DGAP subraya que "la mayoría (de presos franceses) toman sus comidas de forma regular, se dedican a sus actividades cotidianas y su estado de salud es normal", pero no precisa en ningún momento cuántos son los que siguen la huelga y los que no lo hacen.

Para la administración penitenciaria, la publicación en ciertos medios de la noticia de la protesta carcelaria "se inscribe dentro de las presiones que ejercen ciertas partes a las que mueven otros intereses", que por otro lado no cita.

Esta huelga de hambre fue declarada después del último indulto masivo del 30 de julio, cuando salieron a la calle más de 12.000 presos pero los franceses no vieron avanzar sus expedientes de traslado hacia prisiones francesas, como esperaban.

La razón estriba en que Marruecos decidió ya en febrero congelar toda cooperación judicial con Francia y ello supuso el parón en todos los procesos de traslado de presos.

La congelación de la cooperación judicial fue decretada como protesta por la visita de unos agentes de la Policía Judicial a la residencia del embajador marroquí en París para tomar declaración al jefe de los servicios secretos marroquíes, Abdelatif Hamuchi, que se encontraba en París en esos días, algo que Rabat consideró contrario a los usos diplomáticos de rigor.