El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, manifestó ayer la preocupación de la Alianza Atlántica por "el riesgo de contagio" de la crisis siria a los países vecinos tras los últimos ataques israelíes en suelo sirio y por la presunta utilización de armas químicas, y dejó claro que su uso, con independencia de quién las ha usado, sería "una violación del Derecho Internacional". La ONU ha aclarado que no hay datos concluyentes sobre dicho empleo.

"Sobre los ataques israelíes, estoy al tanto de las informaciones de la prensa. No tengo indicaciones de tales actividades en la zona relevante para el despliegue de los (misiles) Patriot de la OTAN en el lado turco de su frontera con Siria", explicó en rueda de prensa el danés, que no quiso comentar si han mantenido contactos con Israel para esclarecer sus ataques.

"Seguimos preocupados por la situación dentro de Siria y alrededor", recalcó. "Durante bastante tiempo hemos expresado nuestra preocupación por el riesgo de contagio de este conflicto. Seguimos preocupados", insistió el secretario general aliado.

Rasmussen dejó claro que "no hay cambio en la postura de la OTAN" de no intervenir en Siria y aseguró que la Alianza sigue vigilando la situación de cerca y cuenta con "todos los planes en su sitio" para proteger a Turquía de cualquier ataque desde Siria.

Asimismo, dejó claro que los últimos acontecimientos sobre el terreno en Siria "subrayan la importancia de encontrar una solución política, antes mejor que más tarde" e instó a toda la comunidad internacional, pero "particularmente" a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, a "encontrar un acuerdo" y enviar "un mensaje fuerte y unido al régimen en Damasco de que ha llegado la hora de iniciar una transición que lleve a una solución".