Italia puso fin ayer a la campaña para las elecciones generales que se celebrarán mañana y pasado mañana con inquietud ante el incierto escenario que puede surgir tras ellas, el de un Gobierno sin una mayoría estable en el Senado y la irrupción en tromba de la antipolítica del cómico Beppe Grillo.

Antes del inicio del llamado "silencio electoral" a las 00.00 hora local de este sábado (23.00 GMT de ayer), los principales candidatos aprovecharon para llamar a las urnas a los más de 47 millones de electores que aún no han votado (más de 3,5 millones residentes en el extranjero ya lo han podido hacer), sobre todo al 30 % de indecisos que se calcula que hay.

Gran parte de la atención se centró en Grillo, convertido en el principal enemigo a batir por los políticos y el primer ministro dimisionario, Mario Monti, ante los sondeos que, según el diario "Corriere della Sera", manejan los candidatos y que dejan al cómico, líder del Movimiento 5 Estrellas, como el segundo favorito.