Japón es lejano, pero su cocina ejerce impacto en nuestros sentidos y nuestros paladares. Es la atracción más allá de los sushi, de los sashimi, de los maguros, del tempura ? "deliciosa". Pero quiero llegar a otra cocina, la antigua y exquisita, en la que se comparte y desvelan secretos: sabiduría para descubrir, explorar y a lo que vamos? compartir de maestros que es, sin duda, un sólido exponente socio-cultural y artístico de un país. Por lo tanto, degustar, observar e inclusive estudiar la cocina de una cultura lejana proporcionan un cúmulo de sorpresas cargadas de exotismo, capaces de generar enamoramiento -que es mi caso-, incomprensión o rechazo por otros. En este sentido, Tailandia es un ejemplo de maestría en la combinación de los productos más sugerentes de la cocina asiática. Especies aromáticas, salsas con una complejidad como los de los curry que, si se mezclan con el jengibre, la hierba-limón y las hojas de lima, confieren un sabor y aroma incomparables con ninguna otra cocina. La japonesa y la tailandesa seducen con una estética muy cuidada, formas, colores, contrastes, y mis favoritos: sus olores, sabores y texturas que generan ilusión por degustarlas. Valores que atraen incluso al comensal que contempla con escepticismo la gastronomía mundial. En resumen, dedico el "abrir de boca" a dos cocinas refinadas, cultas, sutiles, ligeras, con una gran variedad de herbáceas, cítricos, picantes -persistentes o suaves-, sus sorprendentes sabores dulces, agrios, acidulados o muy picantes. Pastas ligeras, fritos elegantes. Disfruten ustedes y acérquense a la cultura culinaria asiática. Con mente abierta a la sorpresa y la seducción está servida.

Cocinera