El primer ministro británico, David Cameron, informó ayer de que ha pedido un informe sobre el estado de las finanzas de Thomas Cook tras su desplome en la bolsa.

En su intervención semanal ante la Cámara de los Comunes, Cameron indicó que el Gobierno había solicitado esa información a raíz de la caída de más de un 75% de los títulos de la importante compañía británica un día antes en el mercado londinense, por el temor de los inversores a una posible quiebra.

El primer ministro respondía así a una pregunta del diputado conservador de la localidad de Peterborough -donde tiene su sede la compañía-, Stewart Jackson, que inquirió si el Gobierno apoyaría en caso de dificultades a la emblemática agencia de viajes, primera de este país y fundada hace 170 años.