El homenaje a la labor de los maestros que, entre 1943 y 1975, trasmitieron sus conocimientos a los jóvenes de Hermigua hizo merecedor la semana pasada a Oswaldo Izquierdo Dorta del XXXVII Premio de Investigación Histórica Antonio Rumeu de Armas, que le fue concedido "ex aequo" junto a Fernando Herraiz. Se trata de una distinción que, según señala el autor con profunda satisfacción y agradecimiento, "sirve de aliciente a los investigadores canarios para que continúen realizando su labor con el mismo empeño y dedicación".

Izquierdo destaca del galardón "el prestigio que posee, entre otros motivos, por su larga y reconocida trayectoria y por la celebridad que poseen los miembros del jurado". El doctor de Filología Románica de la Universidad de La Laguna obtuvo su reconocimiento por el articulo "La academia de Hermigua", publicado en el suplemento "La Prensa" del periódico EL DÍA el pasado 5 de diciembre.

Natural de Arure, núcleo perteneciente a Valle Gran Rey (La Gomera), Oswaldo Izquierdo es catedrático de Lengua y Literatura Española en Institutos de Bachillerato, inspector de Enseñanzas Medias y profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Con este galardón, el profesor aumenta su "vitrina" de distinciones, que ya acogía el primer Premio de Cuentos y Narraciones Cortas Leandro Perdomo, por la obra "Orillas del olvido"; el primer Premio de Poesía Emeterio Gutiérrez Alvelo y el primer Premio Coplas Canarias de la Alhóndiga de Tacoronte, este último concedido en dos ocasiones. Entre sus trabajos literarios destacan una tesis doctoral sobre los cuentos de Galdós, las obras "Ocho cuentos de Galdós" y "Los cuentos de Galdós. Obra completa", esta última publicada en dos volúmenes, y su reciente trabajo, que ya se puede adquirir en librerías, "Cuencos sonoros y otros poemas".

El autor explica que el trabajo galardonado es "un breve resumen de un capítulo de título homónimo perteneciente a su obra La enseñanza del Bachillerato libre en La Palma, La Gomera y El Hierro, de 1940 a 1975. Se trata de un estudio que pretende saldar la deuda que mi generación y otras muchas tenemos con los maestros que se dedicaron durante esos años a enseñar en los pueblos de nuestras Islas".

"De este trabajo -continúa Izquierdo-, que ya se encuentra en la imprenta, he publicado ya otros artículos, La Fundación Muñoz, que vio la luz hace dos años en el diario La Gaceta y que trata sobre la primera academia de Los Llanos de Aridane, y Aquellos maestros nacionales, que apareció en el periódico EL DÍA en los meses de marzo, abril y mayo de 2001 y que, dividido en cuatro artículos, habla sobre las academias que existían en todos los pueblos de Canarias".

La historia del centro

"La academia de Hermigua" presenta la historia de este centro fundado en 1943 a raíz de la iniciativa del alcalde del citado municipio en dicha época, Domingo Méndez.

"Entre 1938 y 1942 la enseñanza libre fue oficialmente suprimida, aunque en la práctica esa disposición no era viable, ya que en aquel entonces la enseñanza de Bachillerato sólo se podía recibir en Santa Cruz de Tenerife, en Santa Cruz de La Palma y en La Laguna o en centros privados, por lo que la única forma de estudiar que tenía la mayoría era la enseñanza libre, función que realizaban muchos maestros nacionales, párrocos y otros profesionales. En 1941, Méndez pidió al obispo de San Cristóbal de La Laguna, Fray Albino, un párroco que se encargara de fundar un colegio de bachillerato", explica Izquierdo, quien se ha dedicado, estos últimos años, al estudio de la enseñanza libre en los pueblos isleños durante los años 40, 50 y 60.

"El encargado de esta labor -prosigue- fue el francés Mario Lhermet, que creó el Colegio Cristo Rey en 1943, más conocido como La academia de Hermigua o como La academia de don Mario. El centro permaneció abierto hasta 1975, y se convirtió, con dos licenciados y dos profesores nativos (el citado cura y una señora inglesa), en la academia más completa y de mayor trayectoria de la Isla. Durante esos años, San Sebastián, Vallehermoso, Valle Gran Rey y Playa de Santiago también contaron con centros privados de este tipo".

Cabe señalar que la información sobre la creación del centro no aparece en el artículo premiado, sino en el capítulo de la obra de próxima publicación. En este sentido, Izquierdo destaca que al adaptar el texto al formato de artículo, decidió centrarse en "la trayectoria y las características de la academia, destacando una serie de profesores, aunque no todos, y, para evitar posibles olvidos, sin citar a ningún alumno".

Por otro lado, y a modo de curiosidad, Izquierdo quiso destacar que los conocidos refranes que aluden a los sueldos de los profesores, como "Cobras menos que un maestro de escuela", se debe a que "hasta la dictadura de Primo de Rivera, los ayuntamientos eran los encargados de remunerar a los educadores, y, además de recibir poco dinero, en muchas ocasiones pasaban muchos meses sin recibir su paga", concluye el galardonado.