Estamos en el cuarto domingo de Adviento, para los cristianos tiempo de carácter penitencial, de espera, que antecede a la fiesta de la Navidad, cuando celebramos el nacimiento de Jesucristo, fecha de alegría, pues viene para salvarnos y redimirnos. En las iglesias católica y anglicana este tiempo abarca cuarenta días.

Como acabo de decir, es una fecha a recordar con alegría, que debemos aceptar con humildad, reconociendo nuestros defectos y tratando de corregirlos. Es lógico y bueno que lo celebremos, cada uno según sus posibilidades, pero yo añadiría que sin derroches, en la espantosa crisis que nos agobia y en la que tanta gente lo está pasando tan mal. En nuestra patria las ciudades se adornan y engalanan, y la gente se reúne, normalmente en familia esa noche;algunos asisten a la Misa del Gallo, para celebrar ese misterio que para los cristianos debe ser lo más importante ocurrido nunca en la relación de Dios con los hombres.

Hoy en día, cuando se han perdido de forma muy importante los valores tradicionales, donde el dinero es el nuevo dios pagano, sería bueno que con motivo de esta celebración reflexionemos y recuperemos valores como la amistad, la generosidad con el necesitado, la humildad, el amor a nuestros seres queridos y al prójimo, como mandan los Evangelios que Dios nos dio.

Varios son los evangelios que nos recuerdan estos hechos. El de san Lucas 1,26-38, que nos dice cuando en el mes sexto el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David, el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo : "Alégrate, llena de gracia, el Señor esta contigo... No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz a un hijo, y le pondrás por nombre Jesús...Y María le dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón? El ángel le contesto: "El Espirita Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra: por eso el santo que va a nacer se llamara hijo de Dios (dogma de la Inmaculada Concepción). María contestó (con gran humildad y digno de imitar sobre todo en estas fechas) : "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tus palabra".

Otro evangelio relacionado con este hecho es el de Mateo 1, 18-24: "La madre de Jesús estaba desposada con José, y antes de vivir juntos resulto que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo. José su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero apenas había tomado esta resolución se le apareció en sueños un ángel del Señor, que le dijo: "José, hijo de David, no temas llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados".

Por ultimo, en Lucas 2,1-14 se dice: "Sucedió en aquellos días que salio un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Y todos iban a empadronarse. También José, por ser de la casa de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea... con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada".

En recuerdo de tan singular hecho, en España y en algún país sudamericano de nuestra cultura se suele montar un belén, que normalmente consta de la Virgen María, como madre, san José, como padre, y el niño Dios en un pesebre. Esto constituye lo fundamental, también suelen estar representados una mula y un buey, que posiblemente tiraron del carromato donde iría la Virgen encinta, y que al decir de algunos representan la Humanidad. Los pastores que velaban sus rebaños en las proximidades y a los que el ángel del Señor se les presento. El ángel, la estrella de Belén que guió a los Magos ( reyes, astrónomos y sabios), que venían de Oriente y traían regalos : oro, incienso y mirra (poder, divinidad y humanidad), para el niño Dios que habían visto en sus predicciones y oráculos.

Felices Pascuas y próspero año nuevo.