El consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, mostró ayer su rechazo a que el Ejecutivo central rebaje el IRPF sin negociar antes con las regiones, que se financian con la mitad de la recaudación de ese impuesto, mientras que el PP canario acusó al presidente regional, Paulino Rivero, de oponerse a esa reforma fiscal porque "prefiere seguir recaudando para apuntalar el chiringuito antes de que los canarios paguen menos impuestos".

Berriel aseguró que todos los representantes autonómicos están disgustados con la decisión del Gobierno, "pero los consejeros del PP son muy disciplinados y obedecen a la cadena de mando".

Por su parte, Navarro señala que Rivero demuestra "ceguera política" al anteponer "el afán recaudatorio para sostener el chiringuito político a una reforma que beneficia a las familias y las empresas".