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El antiguo morador de Canarias

El lobo marino, que se encuentra en grave peligro de extinción y habitó las aguas de la islas, se distribuía por el Mediterráneo y el Atlántico norteafricano

El antiguo morador de Canarias

El lobo marino es una de las especies de fócidos más grandes, de aspecto rechoncho y fusiforme (con forma de huso), con numerosos pliegues en la cabeza y el cuello. Hoy en día se encuentra en grave peligro de extinción pero en el pasado se distribuía por el Mediterráneo y Atlántico norteafricano, y era tan numeroso en Canarias que incluso le dio nombre a varios lugares como al islote de Lobo, cercano a Fuerteventura.

Los machos (210-270 cm) son imperceptiblemente más grandes que las hembras (210-262 cm), y pesan entre 220 kg y 360 kg, que es el máximo registrado. Tiene el cuerpo robusto, en forma de huso, y la cabeza redondeada, y se observa separación entre el morro y la frente. El hocico es aplanado y posee grandes labios superiores. El color de la piel varía según el sexo y la edad, entre marrón oscuro, gris plateado y negro: los jóvenes y hembras son de color gris plateado a marrón oscuro en la parte dorsal y de blanco sucio a gris claro en la parte ventral; y los machos adultos son de color negro con una franja blanca en la zona ventral. Al ponerse erguida presenta numerosos pliegues en la cabeza y en el cuello, lo que le da aspecto de monje franciscano, de ahí su nombre. Las extremidades son cortas, al igual que la cola, que además es ancha. Presenta 4 mamas.

Actualmente solo sobreviven ejemplares dispersos de focas monjes en Turquía, Grecia, Italia, Madeira y Mauritania. La única gran población que subsiste se encuentra en la península de Cabo Blanco, entre el Sahara Occidental y Mauritania. Antiguamente también se distribuía por España, tanto por las costas del Mediterráneo como por las de nuestro Archipiélago, donde se bautizaron varios sitios con su nombre debido a la cantidad de focas monjes que había (Isla de Lobos, Playa de Lobos y Montaña de Lobos). Así que finalmente han desaparecido todos los ejemplares en España, el último vivía en las islas Chafarinas (frente a las costas de Marruecos), y de año en año aparecía algún joven en dispersión por las costas canarias. Hubo interés por reintroducir la especie en Canarias con ejemplares de Mauritania.

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