Existe actualmente alguna creencia en el tejido empresarial y/o profesional, en que se piensa que al tratarse de una actividad sencilla o simple (comercio, hostelería, servicios, etc…) no se necesita la adaptación a la normativa de protección de datos ya que no se “almacena” ningún dato.

Por desconocimiento se puede caer en este error, que comienza en primer lugar, por olvidar, por ejemplo, los datos de los empleados/as, y, en segundo lugar, la obligación que impone la normativa de garantizar por parte del responsable (entidades y/o profesionales) una “seguridad adecuada de los datos personales, incluida la protección contra el tratamiento no autorizado o ilícito y contra su pérdida, destrucción o daño accidental, mediante la aplicación de medidas técnicas u organizativas apropiadas («integridad y confidencialidad»)”. Esto implica no únicamente establecer una serie de medidas para el tratamiento de datos de los/las propios/as empleados/as (p.ej. al comunicarlos a nuestra asesoría), sino también firmar con estos/as, un acuerdo de confidencialidad, para evitar un uso inadecuado de la información de clientes/as o de la propia actividad.

Lo primero que nos viene a la cabeza es: “Pero es de sentido común que mis empleados/as no van a divulgar esos datos ni a usarlos con cualquier otro fin……” Como decía Voltaire, “el sentido común es en realidad el menos común de los sentidos”, y es que, pocas entidades y profesionales existen hoy en día en el que no se dispone de algún dato de carácter personal de los clientes/as (número móvil, email y/o direcciones, etc.) y no nos percatamos de ello. Incluso en una cafetería, y en fechas tan señaladas como las pasadas navidades, hemos visto el típico sorteo de cestas navideñas en el que elegimos un número y lo reservamos poniendo nuestro nombre y nuestro número de teléfono en ese tablón. ¿Disponemos del consentimiento de ese cliente/a? ¿Quedan esos números de teléfonos fuera del alcance del resto de clientes/as o son accesibles visualmente? Ya existen reclamaciones en la Agencia Española de Protección de Datos, en los que los propios/as empleados/as han utilizado algún número móvil de algún cliente/a para ponerse en contacto con ellos/as con la intención de mantener conversaciones “más privadas”.

Sin querer entrar en otros tipos de tratamientos que puede realizar cualquier entidad y/o profesional de manera inconsciente (p.ej. videovigilancia en cualquier tipo de establecimiento, anotaciones simples de gustos o alergias a productos en una peluquería, etc.) y sin querer generar ningún pánico, nuestro interés es transmitirle que hoy en día cualquier entidad y/o profesional que trate cualquier dato ajeno, tiene una serie de obligaciones respecto a esos datos.

Por todo ello, SEDECU, consultora online quiere simplificarte este proceso de adaptación a la normativa. Nos encargamos de elaborar la documentación y procesos necesarios, con tus clientes/as y empleados/as, adecuar tus documentos para clientes/as (facturas, contratos, tickets, etc.), adaptar tu web y tus redes sociales, asegurando de esta manera que no quede ningún detalle y que toda tu actividad cumpla con la normativa.

Desde SEDECU, con un solo clic y a un precio muy competitivo, iniciaremos el proceso de tu adaptación, así como el asesoramiento para el cumplimiento de normativa en protección de datos vigente. 

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