La sede de VOX en la calle Valentín Sanz de la capital tinerfeña no parecía ayer esa España viva (tampoco en ningún momento sonaron los acordes del popular Viva España) que proclama el partido liderado por Santiago Abascal. Apenas una docena de militantes convertían el lugar, una pequeña oficina, en el fiel reflejo de lo que se conoce como la España vaciada, tan en boga en la campaña.

'Habla. Convence. Actúa' era el lema que figuraba en una de las paredes del local, pero la jornada se iba deshilachando entre los nervios iniciales, por entonces con las ilusiones aún intactas, y la realidad de un escrutinio que, porcentaje a porcentaje, alejaba golpe a golpe las expectativas de lograr el objetivo deseado.

La palabra latina vox, que en español significa la voz, no se pronunciaba en un ambiente dominado por una espera y donde sonaba hasta el silencio.

Desde una mesa y con la mirada clavada en dos pantallas de televisión, una conectada al horario nacional y la otra con programación insular, Alejandro Gómez, el cabeza de lista al Congreso de los Diputados, analizaba móvil en mano y en compañía de sus escuderos las secuencias que ase iban sucediendo: "Baja la participación en Canarias"; "Un 2% no es nada representativo" o "El PP y Podemos se la pegan".

El reloj digital se acercaba a las 21:45 horas cuando Alejandro Gómez abandonaba su prudencia y evaluaba, con aire positivo, los resultados obtenidos por su formación a nivel nacional. "Un partido que, partiendo desde cero, irrumpe en el Congreso con 24 diputados forma un grupo que debe ser considerado importante".

Otra cosa bien distinta es que, una vez se conforme el hemiciclo, vayan a convertirse en una fuerza determinante.

En el plano regional, con más del 50% de los votos escrutados, Vox no había podido arañar un escaño por provincia, tal y como vaticinaban las encuestas. Ahora, de una forma algo impostada, "Insisto en que somos un partido que viene de la nada y que hemos empezado a trabajar, sobre todo, a partir del acto de Vistalegre celebrado el pasado mes de octubre".

Y está convencido de que "tenemos mucha más capacidad para transmitir nuestro mensaje, algo que no hemos podido desarrollar en esta campaña".

Y se refería a la escasa presencia mediática, al poco eco que su partido ha encontrado en los medios de comunicación, pero cómo a pesar de las adversidades se conjuran de cara a las elecciones autonómicas y locales del próximo 26 de mayo. "Estaremos ahí y, a raíz de estos resultados, la gente conocerá al grupo de personas que ha confiado en Vox".

Por su parte, y mientras aguardaba el recuento a la Cámara Alta, la número uno al Senado por VOX, Raquel Atienza, también valoraba de forma positiva los resultados obtenidos por su formación a nivel nacional. "Eso significa que, a partir de ahora, se va a escuchar a un sector de la población que hasta ahora había permanecido silenciado", decía.

Y auguraba que su partido "va a ser imprescindible en muchas políticas que se van a poner en marcha y vamos a tener la voz necesaria con la que hacer visibles las demandas de los ciudadanos".

En cuanto a la lectura de los resultados en Canarias concluyó afirmado que "hemos sido el partido que más ha crecido en Canarias con diferencia, desde 822 votos de las últimas elecciones a los más de 50.000. Y esta va ser la tónica a partir de ahora".

La organización de este partido tiene un carácter ciertamente doméstico, todavía con escasas bases, y Atienza reconocía cómo después del éxito alcanzado en las elecciones andaluzas y tras el efecto que provocó Vistalegre "mucha gente se ha acercado a nuestro partido, la mayoría con buenas intenciones, aunque también algún que otro arribista".

De cara a las locales, Atienza apuesta por "seguir trabajando duro y dar la batalla de las ideas".

Al menos de momento, Vox no ha logrado ni gestas, ni hazañas.