Los pactos tras el 28-M

Rotos que no zurce un pacto

Las refriegas CC-PP en La Palma no son las de 2011, pero el poso ha quedado | Curbelo necesita un empujoncito en La Gomera

Ástrid Pérez, durante su comparecencia tras conocer los resultados en la noche electoral

Ástrid Pérez, durante su comparecencia tras conocer los resultados en la noche electoral / E.D.

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

El alcance del pacto, hasta donde decidan obligar PP y CC a sus huestes a cumplirlo en los ámbitos insular y local, determinará la fluidez de la negociación. Sin embargo, ambas formaciones saben que hay rincones en los que sus representantes se han sometido a críticas y ‘traiciones’ que no están olvidadas.

Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP) tienen que hilar fino para determinar el alcance exacto del pacto que tiene por objetivo un viaje conjunto de cuatro años al frente de la comunidad autónoma. Sobre todo a la hora de evitar que las inevitables tensiones que surgen en las distancias cortas, en el ámbito municipal sobre todo, se conviertan en obstáculos, si no insalvables, sí capaces de introducir puntos de discordancia insanos en la línea de partida.

Ocurrió en 2011, cuando fueron CC –Paulino Rivero– y PSOE –José Miguel Pérez– los obligados a entenderse. Se buscó hasta el último minuto que la cascada del pacto tuviera un continuo en toda la comunidad autónoma. Los nacionalistas querían salvar a toda costa lo que para ellos era una debacle que tuvo por escenario, sobre todo, La Palma y El Hierro.

Hasta entonces feudos casi inexpugnables de Coalición, el rechazo a los nacionalistas desde las filas socialistas se había cocinado a fuego lento durante muchos años. De tal manera que cuando Pérez llamó al orden y les dijo que nada de sacar la navaja política y respetar a CC allí donde se hubiera mantenido al frente, la sordera fue colectiva. Bastó una minigira del entonces presidente del PP canario, José Manuel Soria, dando carta blanca a los suyos para que los acuerdos fueran pura cascada, sí, pero entre socialistas y populares.

Hasta en Ferraz descolgaron el teléfono advirtiendo de que esas indisciplinas no iban a quedar impunes. Y así fue, pero menos. Los expedientes de expulsión abiertos a los díscolos se convirtieron en papel mojado en no mucho tiempo. Como fuera, a nadie le apetece comenzar la legislatura de ese modo.

De hecho, si aquel acuerdo finalmente llegó a cristalizar fue porque se logró reconducir la situación en plazas innegociables como La Laguna, donde Fernando Clavijo logró una amplia victoria pero perdió la mayoría absoluta, y Santa Cruz de Tenerife, con José Manuel Bermúdez empatado a concejales con el PP y los socialistas como árbitros.

En comparación con aquella ocasión, la situación difiere en que la disciplina en el seno del PP es un valor que cotiza. Cierto es que Manuel Domínguez no es un líder tan férreo como lo era José Manuel Soria, pero tampoco lo es menos que el respeto por las órdenes que emanan desde el nivel superior y el coste de desobedecerlas están sobradamente contrastadas en la formación conservadora.

La experiencia

Otra de las diferencias es que CC ya cuenta con sobrada experiencia para saber hasta dónde se puede tensar la cuerda sin poner en peligro el retorno a la presidencia de Clavijo, la línea más roja de todas en este asunto. Los nacionalistas saben que no son lo mismo en Tenerife que en Fuerteventura; que Francisco Linares, secretario insular en la primera de dichas islas, no entiende la política del mismo modo en que lo hace su homólogo en la segunda, Mario Cabrera.

De ahí que sea importante articular un mecanismo que evite trágalas a los concejales electos y, en definitiva, que no alimente pactos contra natura llamados a saltar por los aires a las primeras de cambio. Los negociadores intentan que baste con respetar al candidato más votado en cada institución y dar vía libre a las alianzas entre ambas formaciones cuando se trate de eliminar a un tercero.

San Bartolomé de Tirajana

Sin embargo, siempre surgen problemas. En San Bartolomé de Tirajana, ganó hace cuatro años Marco Aurelio Pérez (PP-AV) y los nacionalistas se sumaron a un pacto que le impidió ser alcalde y abrió camino a la socialista Conchi Narváez. Al frente de Coalición estaba y está Alejandro Marichal, al que la alcaldesa en funciones expulsó del gobierno poco más de un año más tarde.

Ahora el propio Marichal ha empatado a ediles con Pérez, pero tiene medio millar de votos menos. Aun así, ha dejado caer que tiene aspiraciones de gobernar. Como, evidentemente, Marco Aurelio Pérez no va a cederle el paso, solo le quedaría la posibilidad de que logre un acuerdo con Nueva Canarias (NC) o el PSOE, o con ambos, para intentarlo, y la sintonía, por lo ya relatado, no es buena. El gran avance obtenido por su candidatura le lleva a tener aspiraciones, si bien los populares no van a callar en caso de que la situación se enquiste.

Manuel Domínguez ya ha adelantado que no quiere una política de trueques del tipo tú me das este cabildo y yo aquel ayuntamiento, pero esa es una cosa y otra callar si los socios maniobran para apartar a uno de los suyos contando con terceros para apartar a uno de los suyos que ha ganado.

Más aún porque el PP gana menos instituciones que CC con el acuerdo en caso de que este se respete al máximo; seis ayuntamientos los conservadores y tres cabildos y nueve municipios los nacionalistas. San Bartolomé de Tirajana está entre las localidades de toda Canarias en las que más peso tiene la actividad turística, es decir, uno de los enclaves en los que los niveles de recaudación y dinamismo económico son altos.

La Palma

El popular Domínguez también ha apuntado que no le gustan las líneas rojas. Eso permite tratar con normalidad cualquier punto de fricción y alejarlo de los focos para, eso no cambia, intentar solucionarlo. En La Palma tienen claro que poner barreras insalvables no es sano. Siempre hasta un cierto punto, no todo puede valer.

Empezando por la capital, el expresidente del PP canario, Asier Antona, ganó con holgura, pero un acuerdo CC-PSOE le impediría ser alcalde. Lo lógico según el pacto que persiguen nacionalistas y populares es que sean los cuatro ediles nacionalistas quienes apuntalen su gobierno, pero, claro, es La Palma. A la vista del pasado inmediato, a Antona puede resultarle más cómodo mirar en dirección al PSOE.

El mandato pasado lo iniciaron los populares con un pacto con CC y aquello duró poco más de un año. Se habían aliado para impedir que fuera alcalde el socialista Juan José Neris, el más votado. Al final PP y PSOE terminaron por repartirse el tiempo al frente de un gobierno municipal conjunto.

En Villa de Mazo, las heridas de batallas pasadas entre los nacionalistas y populares (y socialistas aliados con estos últimos) continúan frescas. La operación desalojo contra la candidata socialista y alcaldesa en funciones, Goretti Pérez, tiene al frente a Coalición Canaria, que quiere hacer alcalde a Idafe Hernández.

Contar con el apoyo de los populares supondría un buen empujón aunque aún haría falta un tercer actor. ¿Pueden los nacionalistas evitar tocar la puerta del PP? No es fácil, porque tendrá que hacerlo en la casa de uno que fue de los suyos, Movimiento Alternativo Electoral (MAE). A su frente, Julián Delgado, que se marchó de CC tras perder las primarias para elegir la plancha para las municipales de 2019 y que ha conseguido dos concejales.

Y todavía faltaría un apoyo más para impedir a Goretti Pérez seguir como alcaldesa a pesar de haber vuelto a ganar. Ese voto llegará desde Mazo Activa (MA), formación puesta en marcha por el exsocialista Juan Francisco Luis, al que Pérez echó del gobierno que ahora llega a su fin.

Hasta Casimiro Curbelo

A Angélica Padilla le basta con el apoyo del único edil nacionalista para ser alcalde en la capital de La Gomera. Sin embargo, en caso de que este se alíe con PSOE –cinco concejales– y el único representante de Iniciativa por La Gomera, ASG perderá la capital. ¿Callaría entonces Curbelo?

Lanzarote

En Lanzarote, Oswaldo Betancort (CC) tiene la Presidencia del Cabildo en sus manos por solo 69 votos de diferencia frente a la socialista Dolores Corujo, que aún, aunque ya en funciones, ocupa ese despacho. Es una de las plazas más relajadas. . Cierto que si no le apoyan los cuatro consejeros del PP tendrá difícil la gobernabilidad, pero sería un caso demasiado flagrante de incumplimiento que tampoco tiene una base política.

Además, los conservadores no tienen por qué dejar la posibilidad de integrarse en el gobierno de una institución en la que son tercera fuerza política. A malas, hasta Betancort tiene la posibilidad de desactivar una operación que nadie espera hablando con el PSOE.

Cuestión distinta es la capital de la isla, Arrecife, donde la popular Ástrid Pérez tendrá que reclamar la ayuda nacionalista para mantenerse como alcaldesa. Ganó el PSOE y solo hay tres opciones: PP apoya a los socialistas, CC apoya a los socialistas, o PP y CC se alían. Eso sí, Pérez ha sido alcaldesa en los últimos cuatro años y desde la bancada nacionalista le han llegado no pocas críticas.

Sapo a la vista por tragar. ¿Dijo algo del intercambio de cromos Manuel Domínguez tras la primera reunión oficial para dar forma al pacto? El cabildo para ti y la capital para mí es la maniobra más clara y que más intacto deja el acuerdo del primer nivel.

Fuerteventura

Lola García (CC) ha vuelto a ganar en el Cabildo. En su anterior mandato duró solo semanas en el cargo. Un pacto comandado por el socialista Blas Acosta la desalojó a las pocas semanas. Ahora no quiere que le suceda lo mismo ni la mayoría de la ciudadanía que la institución insular acabe convertida en el rosario de la aurora que fue durante buena parte del periodo 2019-2023.

Ahora bien, la distancia entre Asamblea Majorera (CC de Fuerteventura) y los conservadores no es la misma que hay entre estos últimos y CC de Tenerife, por ejemplo. Pero, o se entienden entre ellos, o la ecuación se complica mucho. Los puñales volaron durante el mandato pasado en casi todas las dirección. A García la echaron a las primeras de cambio; la presidencia de su sustituto, Blas Acosta, no alcanzó ni el ecuador, y la cosa acabó en un esperpento de un gobierno con solo el presidente y un consejero.

Como indicador positivo, la presidenta electa cuenta con que tras ser expulsada junto a sus compañeros de partido del gobierno post Acosta por Sergio Lloret (Asambleas Municipales de Fuerteventura, AMF), los populares, que también formaban parte del Ejecutivo insular, dijeron basta y se marcharon por propia voluntad; un gesto que da para cimentar un probable entendimiento.

Tenerife

Hay menos dudas en torno a lo que ocurrirá tanto en el Cabildo de Tenerife como en la capital de dicha isla. La sintonía entre CC y PP alcanza cotas elevadas. Todo hace prever que sacarán a pasear una pinza ya conocida para dejar en nada la victoria del socialista Pedro Martín en el Cabildo y de su compañera de partido Patricia Hernández en la capital de la isla.

Resultados elecciones 28M en Canarias

Recuerda que el 28 de mayo puedes consultar en El Día los resultados de las elecciones autonómicas, elecciones a cabildos y elecciones municipales en Canarias y Tenerife 2023:

Suscríbete para seguir leyendo