Agricultura

Las picas de plátanos se llevan hasta un 10% de la producción algunas semanas

El exceso de cosecha empuja a los agricultores a desechar 700.000 kilos de fruta en siete días para evitar un hundimiento en los precios

Un agricultor revisa una piña de plátanos. | | JUAN CARLOS CASTRO

Un agricultor revisa una piña de plátanos. | | JUAN CARLOS CASTRO / A. Saavedra A.S.

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

La pica de plátanos, es decir, la destrucción o retirada del mercado como excedente, se ha convertido en una práctica habitual en Canarias. Lo que se planteó cómo una fórmula para ocasiones puntuales durante los meses de primavera y verano para evitar que la combinación entre elevada oferta y escasa demanda tirara los precios de la fruta al suelo se ha convertido en el pan de cada día de los productores de las Islas. Y el calor no ha hecho otra cosa que empeorarlo al adelantar los periodos de maduración y generar excedente. Los últimos comunicados de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) señalan que los plataneros acordaron, al menos, la retirada del 10% de la producción en algunas semanas de julio. Esto supone desechar unos 700.000 kilos de fruta a la semana.

Según explican fuentes del sector, si este ritmo de retirada continúa en septiembre y octubre, la pica se habrá extendido a toda la temporada ya que desde el mes de noviembre del año pasado se han llevaron a cabo este tipo de prácticas. Asprocan, por su parte, relaciona la retirada del producto al incremento de producción por los cambios en la climatología que afecta desde octubre a las plantaciones. El mercado nacional no es capaz de absorber tanta oferta y la alternativa es desecharlo. Un parte se envía a Marruecos, otra se dona a organizaciones sin ánimo de lucro de las Islas y el resto se utiliza de comida para ganado.  

Otros mercados

El problema para algunos agricultores no está tanto en el calor, sino en la pérdida de cuota de mercado en favor de la banana en la Península y la ausencia de otros mercados internacionales capaces de absorber el excedente. Con el volcán de La Palma los plataneros vivieron una situación excepcional en 2022. La oferta se redujo, lo que les permitió subir los precios. «Hubo un momento en el que me pagaron 1,74 euros el kilo cuando ahora es difícil que el pago supere los 60 céntimos», reconoce un agricultor grancanario.

Ahora la producción ha crecido. Este año en la semana 30, la penúltima del mes de julio, ya se han enviado al mercado nacional 54 millones de kilos más que en la misma semana del año 2022. Con el condicionante, además, de que la banana ha arrebatado cuota de mercado al producto canario por ser una fruta más barata y asequible para las familias españolas en pleno contexto de inflación.

La pérdida de cuota de mercado provoca un aumento del volumen de desechos

Y perder cuota de mercado se traduce directamente en más picas. «Antes mandábamos a la Península nueve millones de kilos semanas y no picábamos y ahora ya con 7,5 millones u 8,5 millones estamos picando en febrero», afirma el mismo platanero. Si cada vez hace más calor, hay más plátanos y más picas, ¿cuál es la solución? Según las fuentes del sector consultadas, la clave para impedir la saturación del mercado no está en picar determinada cantidad de producto, sino en saber organizar la producción de la temporada en base a la demanda y adaptarse a las distintas situaciones para buscar salida en nuevos mercados.

El presidente de la organización profesional agraria Palca, Amable del Corral, plantea en la revista Agropalca «topar la producción por hectárea y controlar las nuevas plantaciones con derecho a las ayudas europeas». En 2015 el consejero de Agricultura durante el pasado Gobierno de Fernando Clavijo (CC), Narvay Quintero, que casualmente repite ahora al frente del área, ya planteó que desde el Ejecutivo autonómico se debían tomar medidas para intentar «evitar las picas» ya que aunque se trata de una práctica legal, no es «socialmente entendible» que se desechen tantos kilos de plátanos cada temporada. Según los datos de Asprocan, este año ya se han desechado más de cinco millones de kilos de fruta. Con el nuevo Ejecutivo, en marcha desde hace un mes, surge la oportunidad de recuperar el debate de las picas en el sector.

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No cabe duda de que la pica de plátanos es una práctica legalmente aceptada. Los plataneros, ante el exceso de producción, pactan todas las semanas con la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias un porcentaje que se retira del mercado para evitar el hundimiento de los precios. Lo llamativo es que, se tire o no la fruta, los agricultores no ven reducidas las subvenciones que reciben desde Europa por sus plantaciones. Es el caso de las ayudas a los productores de plátano fresco con Indicación Geográfica Protegida -Plátano de Canarias- (IGP) establecida en el Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias. Una subvención con una ficha financiera de 141 millones de euros a repartir por kilos entre los productores que la soliciten y cumplan los requisitos. De forma que los agricultores isleños llegan a cobrar unos 30 céntimos por kilo de producto, aunque parte de esta cosecha acabe en la basura. Tampoco pierden su derecho a recibir las ayudas al transporte y al agua destinadas al sector.

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