La sequía merma la cosecha de uvas y papas y amenaza con subir los precios

Los cultivos del Archipiélago notan la falta de lluvia pero la situación no es

tan dramática como en la Península por el uso de agua desalada y regenerada

Un agricultor siembra papas en un terreno de las medianías.

Un agricultor siembra papas en un terreno de las medianías. / Carsten W. Lauritsen

Canarias también nota la sequía. Los cultivos que se sitúan en las medianías de las Islas –por encima de los 300 metros sobre el nivel del mar– están amenazados por la falta de agua. En especial las cosechas de papas y la producción de la viña, tradicionales cultivos de secano, muy sensibles a las altas temperaturas y al estrés hídrico. La falta de lluvia amenaza con reducir de forma drástica las cosecha y como consecuencia subir los precios debido a la reducción de la oferta.

El campo español lleva semanas lanzando un SOS por las dificultades que están atravesando agricultores y ganaderos por la falta de agua. Organizaciones agrarias han estimado que el 80% del campo está sufriendo consecuencias graves o muy graves y prevén pérdidas drásticas en las cosechas de cereales, arroz o frutales, por la escasez de lluvia y las restricciones para regar. El Gobierno central aprobó la pasada semana un decreto que incluye una inversión de 2.190 millones en ayudas directas al campo e inversiones para tratar de paliar la situación.

Pero, ¿cómo le está afectando a Canarias? Theo Hernando, secretario general de Asaga-Canarias, explica que en el Archipiélago la falta de agua se sufre sobre todo en los cultivos de secano ubicados en las medianías, entre los que destacan la papa, la viña y los frutales de hueso. «Son cultivos arraigados que cuentan con una gran superficie de hasta 15.000 hectáreas», detalla.

El sector cree que al menos un 30% de la producción de papas se verá arruinada por la sequía y la que logre salir adelante será de calibre pequeño. Respecto a la viña, la falta de agua y también las altas temperaturas afectará no solo al tamaño de los racimos sino también al llenado del propio fruto.

Hernando señala que otros de los grandes damnificados son los ganaderos que están viendo como no dejan de subir los precios de los forrajes, hasta un 45% en solo una semana. ¿El motivo? Las malas cosechas en la Península debido a la falta de agua hacen que escasee el cereal y que se produzca un acaparamiento de cara al verano disminuyendo la oferta en el mercado. En su caso, llueve sobre mojado, ya que los productores de carne y leche del Archipiélago ya se enfrentaron el año pasado a importantes sobrecostes en la alimentación de su ganado debido al estallido de la guerra en Ucrania.

-30% cosecha de papas

Los productores del Archipiélago estiman que la cosecha de papas puede llegar a reducirse un 30% este año debido a las consecuencias de la falta de agua.

+45% precio forrajes

Las malas cosechas de cereales en la Península vuelven a encarecer el precio de los forrajes. Los ganaderos isleños han visto como los precios han subido un 45% en una semana.

Sin embargo, insiste en que la sequía no está causando tantos estragos en Canarias como en otros sitios del territorio nacional. ¿La razón? En el Archipiélago una parte del agua de riego procede de pozos y galerías subterráneas que no están tan directamente relacionadas con la pluviometría del año actual. Además, debido a que las Islas han sido un territorio tradicionalmente vulnerable a las sequías lleva la delantera en la implantación de tecnologías para poder regar los cultivos a través de agua desalada, desalinizada y regenerada. «En Canarias llevamos años utilizando estos recursos de forma pionera, pero en la Península tienen ahora que empezar casi de cero», valora Hernando.

«La sequía en Canarias es algo estructural, llevamos años haciendo inversiones para cubrir la demanda de agua», expone Rafael Hernández, presidente de COAG-Canarias. «La diferencia entre la Península y nuestro territorio es que allí llueve mucho más y un año como este es una hecatombe, nosotros tenemos otros recursos», sostiene.

Sin embargo, como contrapartida, apunta que los agricultores isleños tienen que soportar un mayor sobrecoste por el agua de riego. «Desalar agua o someterla a ciertos procesos para regenerarla y poder regar es caro porque se debe usar más energía», explica. Con lo que este año debido a la sequía y las altas temperaturas que ya están afectando a la comunidad, el campo necesitará más agua y con ello los agricultores deberán invertir más en regar sus terrenos. Además, de que este agua no surte a los cultivos que están a mayor altitud. Pero Hernández no está convencido de que esto pueda afectar a los precios. «Sería lo lógico», insiste, pero recalca que el traslado de los sobrecostes al precio por el que venden los agricultores sus productos no es inmediato y depende de la situación del mercado. Por eso, resalta la necesidad de que se aplique la ley de Cadena Alimentaria que impide vender por debajo de los costes de producción.

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