El Gobierno reserva 561 kilómetros para molinos eólicos en el mar canario

La aprobación de los planes de ordenación del espacio marítimo abre la puerta a la instalación de al menos nueve parques y una actividad que moverá 819 millones

Al igual que los municipios ponen orden en su territorio a través de los planes urbanísticos, ahora le ha tocado el turno al mar. El Consejo de Ministros aprobó este martes los planes de ordenación del espacio marítimo, una herramienta a través de la que se organizará los usos y actividades económicas que estarán permitidas en el millón de kilómetros de mar que existen en el país. De todo este espacio, el Ejecutivo estatal ha determinado un total de 5.000 kilómetros cuadrados en los que se podrán instalar molinos de viento, con el objetivo de comenzar a desarrollar la energía eólica marina. De ellos, 561 kilómetros cuadrados con alto potencial para esta actividad se sitúan en aguas canarias, concretamente frente a las costas del este de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. 

Al menos nueve proyectos de parques eólicos marinos que se pretenden instalar en aguas canarias han estado estudiando en los últimos meses qué nivel de impacto ambiental tendría su instalación, con el objetivo de acortar los plazos haciendo la tramitación de forma paralela a la de la normativa a la que el Consejo de Ministros dio este martes luz verde. La implantación de este tipo de tecnología para poder montar parques eólicos en el mar estaba paralizada a la espera de la aprobación de esta zonificación. Se trata de un paso muy importante para Canarias que tiene mucho potencial para desarrollar esta tecnología limpia, ya que el territorio está considerado por el Gobierno central como esencial para su «desarrollo temprano». En el Archipiélago el suelo en el que puede instalarse aerogeneradores comienza a agotarse, lo que ha hecho que muchos miren al mar como el lugar idóneo en el que poder colocar estos aparatos para incrementar la generación de energía limpia y reducir las emisiones de dióxido de carbono.  

Pero además de las razones medioambientales, tras la instalación de estos parques también hay motivos económicos. La Estrategia de Energía Sostenible de Canarias contempla una inversión pública de 466,6 millones de euros. Una cantidad que si se suma a la de la iniciativa privada hace prever que esta actividad mueva en 2026 819,1 millones de euros. Con el consecuente reflejo en la generación de empleo y la actividad económica.

Sin embargo, la instalación de estas infraestructuras marinas no ha estado exenta de polémica. Ya que a la posible afección medioambiental que podría causar su instalación, debido al alto número de especies endémicas que existen en aguas canarias, se une el impacto visual de los aparatos y lo que esto puede suponer también para el turismo. Según detalló este martes Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, si ha existido una barrera para autorizar el aprovechamiento de estos espacios ha sido la preservación de la biodiversidad. Un aspecto determinante que también se ha conjugado con la no afección a otros usos de interés general como la seguridad en la navegación y la Defensa nacional o la reducción de conflictos con otros usos y actividades presentes como la pesca, la acuicultura y el turismo.

Canarias pactó con el Ministerio situar los aparatos a seis kilómetros de la costa

Para tratar de mejorar el ordenamiento de estos parques y reducir su impacto visual, el Ministerio, el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria acordaron que los aerogeneradores no pudiesen instalarse a menos de seis kilómetros de la costa, ya que en un principio la intención es que pudieran situarse a tres. En esto, el Archipiélago tiene un hándicap respecto a las aguas de otras regiones del país. Su origen volcánico hace que la profundidad cerca de la costa sea mucho mayor, lo que dificulta la instalación de estos aparatos a mucha distancia del litoral. 

Además de los 561 kilómetros cuadrados en aguas canarias, los planes de ordenación del espacio marítimo contemplan zonas para la instalación de parques eólicos marinos en 2.688 kilómetros en la demarcación noratlántica, en 1.222 en la del Estrecho y Alborán y 476 en la demarcación levantino-balear.

Durante la tramitación de los planes se han eliminado polígonos que estaban previstos en la propuesta inicial que salió a consulta pública en 2021. En concreto, según la información del Ministerio de Transición Ecológica, en Canarias se han suprimido 164 kilómetros cuadrados que los que se pretendía autorizar esta actividad y que ahora han quedado fuera. 

Con el ordenamiento marino ya aprobado, el Gobierno central podrá convocar las subastas eólicas en las que pondrá las condiciones de las futuras concesiones. Serán las empresas las que deberán estudiar si los proyectos son viables o no y estos deberán seguir también una tramitación ambiental. Según el Ministerio, las zonas designadas en las aguas de toda España en la que podrá instalarse esta tecnología son por ahora suficientes para alcanzar los objetivos energéticos que tiene para del desarrollo de esta actividad, que pasan por instalar hasta tres gigavatios de esta tecnología para 2030.

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