Una de cada tres viviendas vendidas en Canarias durante el tercer trimestre del presente año fueron adquiridas por extranjeros. Es una de las conclusiones del último informe del Colegio de Registradores de la propiedad que, además, releva que se trata de la tasa más elevada del todo el territorio nacional.

Esta cifra preocupa en el Archipiélago por una doble vertiente. Primero por su uso, ya que como alega el portavoz de NC, Luis Campos, "si es para el alquiler, no debería tener un efecto negativo. Podría incluso mejorar el parque de vivienda en este sentido" y añade que una situación diferente sería adquirir una vivienda en unbarrio obrer y renovarlo para "sacar una renta muy alta en el arrendamiento".

La segunda vertiende es que esas personas compren el domicilio para ubicarlo en Airbnb o para su uso propio por temporadas. "En estos casos, se estaría reduciendo la oferta para la residencia habitual”, aseveró Campos.

Impuestos

Frente a esta situación ha saltado una nueva variante: el borrador del impuesto a las grandes fortunas esconde una desagradable sorpresa para los extranjeros no residentes que tengan un patrimonio inmobiliario por encima de los tres millones de euros: ellos también deberán pagar este tributo. El mercado de la vivienda de lujo puede tambalearse si finamente se aprueba esta regulación, ya que son uno de los principales compradores de este tipo de propiedades. 

Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, NC ha planteado limitar las ventas de viviendas, aunque no ha propuesto la vía necesaria para llevar a cabo esta idea. Sí ha recurrido a ejemplos donde esto se ha llevado a cabo: Mallorca, Dinamarca, Malta, o las Islas Aland, en Finlandia, Sin embargo, en estos casos hay autorización previa por parte de la Unión Europea, una cuestión que se antoja complicada en el caso de Canarias.

Según los expertos, lo que sí se puede plantear es gravar fiscalmente las viviendas que no se habiten o se usen durante un número determinado de meses al año o las que superan una tasación de venta determinada, con lo que se reduciría el interés del capital extranjero y, previsiblemente se baje el precio.