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La patronal ve «suicida» poner freno al turismo para evitar el alza de población

Los empresarios del sector consideran que una nueva moratoria solo servirá para generar más desempleo pero no atajará la explosión demográfica en el Archipiélago

Dos turistas pasean pasean por la playa. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Frenar la actividad turística en Canarias para tratar de evitar una explosión demográfica en el Archipiélago es para algunos empresarios una idea «suicida» en un territorio con una de las mayores tasas de paro del país y que tiene en esta industria su principal actividad económica. Además, insisten en que a la vez que se estarían poniendo palos en las ruedas a un sector determinante para la economía canaria también se estaría haciendo más pequeño el abanico laboral para los isleños.

Patronales y empresarios del sector mostraron ayer de forma unánime su disconformidad con la idea de que pueda llegar a establecerse una nueva moratoria turística en las Islas, después de que las declaraciones del vicepresidente del Gobierno, Román Rodríguez, reavivaran de nuevo este debate, apuntando a la ordenación del territorio y del turismo como vía para controlar el aumento de población de forma indirecta. Una vía alternativa que surge ante la dificultad que supone restringir la entrada de personas procedentes sobre todo de la Península y otros países europeos, ya que contraviene el derecho comunitario de libre circulación.

«Por limitar el sector turístico no se limitará la población ni esto favorecerá que crezcan otros sectores de la economía», reafirmó el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), José María Mañaricua, quien insistió ayer en que si se busca restringir la llegada de nuevos residentes a Canarias la vía para conseguirlo no puede ser el turismo. «Si hay un aumento de la población y no se desarrolla el sector habrá un mayor porcentaje de paro», ya que resaltó que otras actividades «no tiran del empleo ni hacen crecer el PIB en el porcentaje que lo hace el turismo».

Por lo tanto, espera que no llegue a producirse una nueva moratoria turística en las Islas y recuerda que las anteriores pueden no salirle gratis al Gobierno de Canarias. El Ejecutivo regional se enfrenta a una cascada de indemnizaciones por las restricciones vinculadas a la moratoria del año 2009, por las que los propietarios de varias parcelas en las que se prohibió construir le reclaman más de 600 millones de euros a raíz de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Jorge Marichal, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), advirtió también que los empresarios deben tener seguridad jurídica para evitar «espectáculos» vinculados a proyectos que cumplen con la ley. «Se deben hacer planeamientos consesuados y acorde con la normativa», asume y no cambiar las reglas de juego en medio del partido porque si no «ya sabemos lo que ocurrió, hay que indemnizar». Además, apuntó que «estamos totalmente desenfocados» si lo que se pretende en restringir la actividad hotelera «que es la que genera empleo en las Islas», al mismo tiempo que se fomenta el vacacional.

Para otros meter en el mismo debate el control de la población y el freno a la actividad económica es un dislate. Así lo ve Nicolás Villalobos, director general de la cadena hotelera be Cordial Hotels&Resorts, para quien una región nunca debería tratar de frenar su principal actividad económica y menos si como en el caso de Canarias se trata de un territorio «paupérrimo con unas tasas de desempleo juvenil que alcanzan el 60%». A su juicio es «suicida» que la «solución a nuestros males» pase por parar la economía y generar pobreza, cuando a lo que se debe aspirar es a todo lo contrario.

Más productividad

Frente a la teoría de que es el aumento de población el que genera un problema socioeconómico en el Archipiélago, existe otra tesis que ve en la baja productividad canaria la verdadera miga del asunto. Y apunta a que, precisamente, el objetivo debería ser trabajar para mejorar esa productividad para poder mejorar no solo las condiciones de la población local sino también poder acoger de mejor manera a los foráneos.

Grupos ecologistas como Ben-Magec han defendido también en los últimos días la necesidad de contener la actividad alojativa en las Islas por factores medioambientales y critican que Canarias «siga facilitando la especulación en el litoral y la construcción de más establecimientos hoteleros».

Pedro Alfonso, presidente de la CEOE-Tenerife, resaltó que un debate sobre una teórica moratoria turística es ahora mismo un «desacierto». Además, recordó que cuando se utiliza la sostenibilidad como arma arrojadiza contra la actividad turística sería bueno recordar que «se da la espalda a la realidad», ya que en Canarias «no se construye ninguna planta alojativa que no tenga aparejadas inversiones en sostenibilidad».

A ojos de José Fernando Cabrera, presidente del Grupo Golf Resort, al menos en Tenerife «existe prácticamente una moratoria natural» ya que estima que quedan muy pocas parcelas turísticas sin explotar en la isla. «El turismo no puede crecer, batimos el récord en 2019 y no se va a sobrepasar», señaló. Por eso, bajo su punto de vista lo que se debe hacer es mejorar infraestructuras para que «con menos turistas pero de más calidad se pueda generar más empleo».

Eso sí, a su juicio Canarias sí debería apelar a Europa para tratar de conseguir algún tipo de excepción que permita limitar la residencia en el Archipiélago. Algo extremadamente difícil ya que choca de frente con el derecho que tienen todos los ciudadanos de la Unión Europea –incluidos los canarios– de circular y residir libremente en todo el territorio de los estados miembros.

Es precisamente esa libertad de movimientos la que ha propiciado que, a pesar de que nos encontremos en un récord histórico en ocupación, el paro no haya bajado en la misma medida, ya que a su vez la población activa del Archipiélago se ha incrementado. Una situación que también supone una barrera para que los jóvenes canarios accedan al mercado laboral.

Un problema que para los empresarios tiene como principal causa el déficit de formación y ya llevan tiempo alertando de que no encuentran entre los desempleados de las Islas los perfiles profesionales que demandan. Roberto Ucelay, presidente del Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife (CEST), insistió en que «las personas desempleadas no tienen en muchas ocasiones la capacitación para trabajar en estos sectores» y apuntó también que incluso muchos no quieren trasladarse a las zonas turísticas por el déficit en las infraestructuras o los problemas para encontrar vivienda. Por eso, valoró que Canarias debe formar «a nuestra cantera para trabajar en nuestros equipos de primera división» o de lo contrario el sector servicios deberá seguir importando mano de obra para cubrir estas vacantes.

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