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Zona Franca de Tenerife

Una Zona Económica Especial en Tenerife

Una Zona Económica Especial en Tenerife

Actualmente, la Zona Franca de Tenerife dispone de dos ubicaciones en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, distintas, aparentemente, pero fundamentales para impulsar y consolidar el establecimiento de proyectos empresariales vinculados a la importación, a la exportación, así como a la transformación de insumos, para su posterior introducción en otros mercados, con unas exenciones arancelarias, aduaneras, fiscales y una simplificación en términos de gestión aduanera administrativa, que pueden mejorar su competitividad.

La Zona Franca de Tenerife es una de las más jóvenes de España ya que su constitución fue autorizada en 2006, y su puesta en funcionamiento data de 2010. Este hecho, que puede parecer paradójico teniendo en cuenta la vieja tradición de puertos francos en Canarias, viene determinado por la integración de España en la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea. Este hito histórico trajo consigo la implantación de las cuatro grandes libertades de circulación de personas, bienes, servicios y capitales. Y una Unión Aduanera era fundamental para este nuevo proyecto de una ilusionada y rejuvenecida Europa. Surge -entonces la apuesta por la constitución de una Zona Franca en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, impulsada por el propio Organismo portuario, y firmemente apoyada, en términos de documentos de adhesión, por el Instituto Español de Comercio Exterior, por la Consejería de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias, por el Cabildo Insular de Tenerife, por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, así como por las principales asociaciones empresariales, profesionales, e instituciones vinculadas a la economía, como la Cámara de Comercio, Industria, Navegación y Servicios de Santa Cruz de Tenerife, y la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife.

¿Cómo fue posible que la constitución de una nueva entidad concitara tanto consenso? La respuesta se encuentra en nuestra propia identidad insular, europea, y africana, en mitad del Océano Atlántico. De ahí que se vincule al puerto de Santa Cruz de Tenerife, porque constituye una puerta abierta al mundo, y hacia el mundo. Y volvemos a Europa, porque el artículo 173 del entonces vigente Código Aduanero Comunitario permitía que los operadores económicos instalados en una Zona Franca no sólo puedan importar, y exportar, sino además, añadir valor añadido mediante la realización de ciertas operaciones de transformación (etiquetado, embalaje, ensamblaje, adición, etc.) sin que para ello tuvieran que cumplirse las llamadas “condiciones económicas”.

Hoy, la Zona Franca de Tenerife es una zona franca cerrada, perfectamente delimitada físicamente, en la que las empresas autorizadas a operar en ella bajo el régimen de zona franca gozan de exenciones aduaneras, arancelarias, de la aplicación de políticas antidumping, y de una simplificación en la gestión aduanera, además de la posibilidad de almacenar por tiempo indefinido sus mercancías, sin constitución de avales.

Este conjunto de herramientas, poco conocidas, unidas a su compatibilidad absoluta con el régimen de Zona Especial Canaria, con todo lo que ello supone, constituye un atractivo indudable tanto para el tejido productivo canario, como para aquellos proyectos que, venidos de allende nuestro océano Atlántico, miran a otros mercados, como el europeo y el africano. Para nuestro empresariado, porque puede ayudar en los procesos de internacionalización o de salida al mercado nacional. En cualquier caso, generan riqueza, y contribuyen decididamente a la diversificación de nuestra economía. El enclave de la Zona Franca de Tenerife en la Dársena Pesquera (además del ubicado en la Dársena de los Llanos, y una zona de reserva en el puerto de Granadilla de casi dos hectáreas) alberga proyectos industriales caracterizados por la incorporación de la digitalización en todos sus procesos, del I+D+I y de una creación de puestos de trabajo con distintos requerimientos formativos y profesionales, pero todos ellos cualificados (desde graduados o licenciados, hasta personas tituladas en formación profesional). Para muestra, tres botones: una industria dedicada al sector de la alimentación, otra dedicada a la destilación de alcoholes, y otra dedicada a la fabricación de desinfectantes. Se trata, en definitiva, de fomentar y apoyar la instalación de proyectos empresariales que apuesten por el empleo, que lo creen, y que lo mantengan en tiempos tan difíciles como el que nos está tocando vivir.

Este año se ha autorizado la instalación de un nuevo proyecto en la Zona Franca de Tenerife, dedicado a un proyecto de construcción de plantas de producción de hipoclorito llave en mano, de manera que la familia va creciendo, sin duda por el trabajo conjunto y coordinado de todas y cada una de las instituciones integradas en el Consorcio de la Zona Franca de Tenerife: Gobierno de España, Gobierno de Canarias, Cabildo Insular de Tenerife, Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y de Granadilla de Abona, así como CEOE de Santa Cruz de Tenerife, y Cámara de Comercio, Industria, Navegación y Servicios de Santa Cruz de Tenerife, pero también por la apuesta decidida de la inversión privada que ha creído firmemente en la potencia de la Zona Franca de Tenerife para materializar sus proyectos. Siendo francos, y hablando de Zona Franca de Tenerife, el conocimiento de esta robusta herramienta es fundamental para seguir avanzando en la diversificación económica, y en la promoción de proyectos que mejoren aún más las tasas de empleabilidad, así como la calidad en el empleo, y el posicionamiento de Tenerife en particular, y de Canarias, en general, en el exterior.

Estamos al servicio de la ciudadanía. Al servicio del emprendimiento. Trabajamos para que el futuro se haga presente. Les esperamos en la Zona Franca de Tenerife.

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