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El desafío ruso

Alzas en la gasolina de diez céntimos en cinco días ahogan a los canarios

La FET avisa de que la opción más viable para muchos profesionales es «parar» | «En dos semanas se pagará dos euros por litro», advierten los transportistas

Javier Quintana, motero de 51 años, reposta su moto en una gasolinera de la capital grancanaria. | | José Carlos Guerra

Alzas en la gasolina de diez céntimos en cinco días ahogan a los canarios. El incremento del precio de los combustibles tras la invasión militar de Rusia sobre Ucrania comienza a impactar en los bolsillos de los canarios. Y es que en tan solo cinco días el coste de la gasolina y el diésel ha subido diez céntimos de media por litro en las estaciones de servicio de las Islas. El pasado lunes llenar un tanque de 40 litros con gasolina 98 rondaba los 55 euros y ayer la misma operación subía hasta los 60. Los precios de los combustibles marcaron ayer máximos históricos de venta al público. El coste medio del litro de gasolina 95 alcanzó los 1,38 euros, la de 98 octanos llegó a 1,49 euros y el diésel rozó los 1,32 euros.

Lo cierto es que los precios de estos combustibles han subido más de un 10% desde que estallara el conflicto el pasado 24 de febrero, algo que ya impacta en la economía de los conductores y transportistas que empiezan a temer que el techo del alza de los precios todavía esté muy lejos. «Lo peor de toda esta situación es que nadie sabe cuánto tiempo va a durar esta crisis, ni hasta dónde va a llegar el precio», lamenta José Ángel Hernández, el secretario general de la Federación de Empresarios de Transportes (FET) de Canarias. Lo único que ya saben seguro es que según los proveedores los precios de gasoil en Canarias «alcanzaran» los dos euros el litro en tan solo diez días.

José Jorge Artiles, gerente de la Federación de Estaciones de Servicio de Las Palmas, también lamenta el incremento de los precios porque «paraliza el consumo» y defiende que la decisión perjudica «gravemente» a las gasolineras. «Nosotros definimos los precios con márgenes muy reducidos, somos los primeros interesados en que el litro salga más barato para vender más», aclara.

El sector del transporte es uno de los más afectados por el incremento de los precios del combustible. Este supone el 50% de los costes de las empresas. Las compañías canarias de la Federación «no tienen un colchón para absorber ese impacto tan grande y no queda otro remedio que repercutirlo en los precios del servicio», asegura Hernández. Por ello han tenido que «renegociar» los contratos con los clientes al alza para poder asumir los costes. Especialmente buscan actualizar los precios de los contratos públicos porque «curiosamente» son las administraciones son las que más «dificultades plantean» a la hora de establecer nuevos precios, según palabras de Hernández.

Para el secretario general la situación es «dramática» hasta el punto de que algunos clientes no pueden asumir los precios, por lo que se paraliza el transporte y por lo tanto, a los trabajadores. «Si esto sigue así vamos a entrar en recesión. Ahora no obtenemos ganancias y no queremos llegar al punto de tener perdidas», explica Hernández, quien afirma que para no llegar a esta situación «límite» la decisión más sostenible será «parar la actividad del transporte».

Hernández va más allá y augura que, teniendo en cuenta que el transporte es una actividad transversal y que todos los sectores productivos depende de él, «la cesta de la compra en Canarias se puede ver afectada». Aunque esta ya está sufriendo las consecuencias de la subida de los combustibles porque el incremento está siendo uno de los principales factores que impulsan la inflación en España que ya alcanza el 6,8%, niveles récord de las últimas tres décadas.

La subida del precio de los carburantes está causando tensión en el sector del transporte por carretera peninsular y ha desencadenado una convocatoria de paro para el próximo lunes 14 de marzo. En las Islas todavía prefieren no recurrir a las protestas y optan primero por mesas de diálogo con las administraciones, según palabras de Hernández. «Reclamamos un sistema de ayudas directas a los trabajadores del sector y la exención de los impuestos del combustible para los transportistas isleños», apunta el representante de la FET.

Otro de los gremios más afectados por el alza de la gasolina es el de los taxistas isleños que reclaman que las tarifas se ajusten a la actual «sangría de gastos». Así lo explica Germán Tejera, un taxista de la capital grancanaria que ha tenido que aumentar en dos horas su jornada laboral para poder mantener su «economía familiar». Llenar el tanque de su Toyota le cuesta ahora diez euros más caro que hace unos meses y cambiar los neumáticos se han encarecido en «20 euros por rueda», explica Tejera. No valora abandonar su trabajo porque ha «invertido mucho tiempo y dinero» en el taxi pero reconoce que «tiembla» cada vez que entra a la gasolinera. Y con él coincide su compañero, Carmelo López, quien asegura dedicar más de doce horas a su trabajo para poder pagar las «facturas». Ambos reclaman que las tarifas en las capital aumente ya que se trata de una de las ciudades más pobladas de España. «Tenemos los taxis más baratos del país, llevamos cuatro años sin modificar los precios pero todo lo demás sube como la espuma», se queja Tejera.

«Con las tarifas actuales ya no podemos cubrir gastos», asegura Francisco Domínguez, taxista de Santa Cruz que ve como cada vez que se acerca a una gasolinera a repostar «el precio ha vuelto a subir». Gasta entre 20 y 22 litros de carburante cada día y señala que si sigue incrementándose como todo parece indicar «no será rentable trabajar».

Explica que ya ni siquiera contar con un coche de gasoil sirve para mejorar la situación, una opción a la que recurrían muchos profesionales del transporte ya que se trata de un carburante más barato que la gasolina. «Compensa cada vez menos porque son vehículos más caros y este tipo de combustible tampoco para de subir», indica. Este tipo de combustible ha visto incrementado su precio en un 13,5% desde que comenzara el conflicto en el este de Europa.

Domínguez asegura resignado que no les queda otra que «aguantar» y esperar «a que lo de la guerra se arregle y baje la especulación que hay con el petróleo» porque está convencido de que «no nos van a dar subvenciones para repostar».

Manolo Santana, junto a su camión en una estación de servicio. José Carlos Guerra Mansito

Tenerife / «El aumento de precios es escandaloso»


Las continuas subidas en el precio de los combustibles se notan ya en el presupuesto mensual de los tinerfeños, que buscan fórmulas para tratar de reducir el consumo de gasolina.


«Ya lo estoy notando en el bolsillo, nunca antes había presupuestado la gasolina pero he tenido que empezar a hacerlo». Hugo Ricardo Gutiérrez considera «escandaloso» el aumento del precio de los carburantes, un alza que si bien llevaba produciéndose varios meses, se ha visto recrudecida a raíz del estallido de la guerra en Ucrania, que ha provocado que en apenas cinco días el coste del diésel y la gasolina se haya incrementado diez céntimos de media en las estaciones de servicio de Canarias.

Gutiérrez explica que si bien antes de la crisis «podía llenar el tanque con 45 o 50 euros» hoy en día necesita «al menos 60 para que alcance la misma cantidad». Utiliza gasolina 98 «no porque quiera sino porque es lo que recomienda el fabricante», por la que se paga de media 1,48 euros el litro en la provincia tinerfeña, según el portal especializado dieselogasolina.com, 14 céntimos más que en febrero. Aunque reconoce que «si la cosa no cambia tendré que optar por la 95 que es más barata». Algo sí lo notará pero tampoco será demasiado, cinco céntimos menos en cada litro.

Este conductor lamenta que a la subida de la gasolina haya que sumar la de otros muchos productos ya que «de su precio depende el de todo lo demás porque se encarece el transporte». Pero a diferencia de lo que pueda ocurrir con otros bienes o servicios, el gasto en combustible es algo indispensable para la gran mayoría de los ciudadanos en Canarias, que suelen hacer del coche particular su principal medio de transporte.

Bajo su punto de vista, «creo que la gasolina ha subido todavía más de lo que se ha dicho» y en un breve periodo de tiempo. Por eso, baraja como única alternativa «pensar muy bien los trayectos y utilizar el coche solo para lo imprescindible» y usar más el transporte público. 

Por eso, está optando por tomarse el barraquito el fin de semana en la cafetería al lado de casa en lugar de acercarse a dar un paseo a otro municipio. Acercarse a la playa más cercana en lugar de a su preferida que está mucho más lejos o comprar en el supermercado de la esquina. «Renunciar a lo que se pueda, a las cosas que sean de ocio», señala.

Como él, muchos tinerfeños empiezan a programar con especial cuidado las salidas en coche ante la vertiginosa subida del precio de los carburantes y, si se puede, optar por dejar el vehículo aparcado en casa.

De la misma opinión es Luz Rueda, otra tinerfeña escandalizada por el incremento de los carburantes de los últimos días. «Lo he notado bastante», señala mientras reposta su coche en una gasolinera de Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, no ve más alternativa que la de reducir el uso del coche cuando se pueda, aunque reconoce que para muchos que lo tienen que utilizar para desplazarse por motivos laborales esto no es una opción. «Es totalmente insostenible», recalca y lamenta que la previsión sea que no deje de subir en las próximas semanas. 

A pesar de que hay quien busca las gasolineras más baratas de la isla para acudir allí a repostar, ella asegura que sigue apostando por la suya de toda la vida, más que nada porque «me pilla de paso». «No creo que acercarse a una estación más lejana por el precio sea rentable, pienso que en el desplazamiento se iría el ahorro»

Tanto Gutiérrez como Rueda consideran que «lo peor está por llegar», pero insisten en que los ciudadanos poco pueden hacer para resolverlo. Por eso, creen que son las administraciones las que deberían buscar alguna solución.


Luz Rueda junto a su coche en un surtidor de una estación de servicio. Andrés Gutiérrez Taberne

Gran Canaria / «La bici ahora es mi mejor amiga»


Los canarios empiezan a sufrir en ‘sus carnes’ la subida de precios de los combustibles. Los carteles de las gasolineras ya ‘asustan’ a los clientes, que, ante el incremento del gasto, optan por alternativas de transporte más económicas. Llenar el tanque ahora es un lujo que no todos pueden permitirse.


La escena se repite con cada usuario. Llegan, miran los precios, resoplan y se resignan a pagar las cantidades que marca el cartel frente a la gasolinera aunque esto signifique invertir en el repostaje más dinero de lo que pensaban cuando salieron de casa. El precio del combustible ha subido más de un 10% de media tras el estallido de la guerra en el este de Europa y aunque 4.632 kilómetros separan, el línea recta, a las Islas del conflicto, las consecuencia económicas ya impactan en el día a día de los canarios. Juan Carlos Zamora, de 66 años, notó la subida de la gasolina nada más entrar ayer con su furgoneta en la gasolinera junto a la estación de guaguas del Parque San Telmo (Las Palmas de Gran Canaria), en donde paró a echar «solo diez euros» porque el coche «mejor parado en casa que consumiendo». El grancanario aseguró que «ahora la bicicleta es su mejor amiga» ya que va con ella a todos los puntos de la ciudad desde su casa en Las Canteras.

«En casa con mi baja pensión no podemos afrontar más gastos por lo que solo saco la furgoneta cuando es imprescindible», aclaró Zamora. La subida de los precios de los combustibles también ha cambiado los hábitos de transporte de Manolo Santana, un canario de 64 años que reconoció que prefiere utilizar «el bono de transporte de guaguas» antes que seguir pagando el diésel que lleva su camión al precio que marcaba ayer, 1,314 euros el litro. 

Muchos canarios caen en la cuenta de la subida una vez acuden a la caja para pagar. Es lo que le sucedió ayer a Sonia González, quien decidió llenar el tanque en la estación de servicio Repsol en la Minilla (Gran Canaria) y el ticket reveló la sorpresa. «No me puedo creer los precios, antes llenaba el coche con 45 euros y acabo de pagar 60. Vaya robo», exclamó la canaria al cruzar la puerta de salida.

La que sí vio venir el golpe ayer fue Judith Trujillo, una joven que supo que su cartera iba a sufrir las consecuencias de la guerra en Ucrania nada más cruzar la entrada en la que están los carteles con los precios. Y los surtidores le confirmaron la peor de las noticias, «el litro del gasolina de 98 está a 1,58». Tras muchas dudas, Trujillo optó por echar 30 euros porque llenar el tanque se salía de su presupuesto. «Después de la pandemia, ya nada me sorprende», aseguró la joven entre risas al salir de la gasolinera con la factura en la mano.

Otros como Javier Quintana, motero de 51 años, vigilan los precios de la gasolina antes de salir de casa. «Siempre busco las estaciones más baratas, pero lo cierto es que cuando estás en ruta no te queda otra opción que parar en la gasolinera más cercana», explicó. Quintana recuerda que hace tan solo unos meses podía llenar el tanque de su moto con 17 euros y ahora la misma acción supera los 21 euros.

«Soy sanitario y mi economía puede permitirse estos aumentos de precios, pero la mayoría de la clase media canaria no puede más», lamenta el motorista, quien asegura que «el agotamiento mental de la sociedad» es la peor de las consecuencias. «Esto es una olla a presión que puede explotar en cualquier momento, solo es cuestión de tiempo», advierte. 



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