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Las zonas francas refuerzan su papel como imán de empresas

Estos organismos públicos españoles reclaman tener capacidad para gestionar la adjudicación de los fondos ‘Next Generation’

Espacio de la Zona Franca de Barcelona. E. D.

Las zonas francas españolas aspiran a mayor protagonismo en el desarrollo económico en los próximos años. Las siete zonas francas del país ganan peso día a día como motores de la reactivación económica. Su papel ha sido históricamente minusvalorado, pero la última propuesta de estos organismos públicos y gestión autónoma es que sean instrumentos para la distribución de los fondos europeos para la reactivación. Puerta de entrada de las empresas en los países, son espacios regulados, o por ley o por decreto, que buscan reforzar su papel de imán para la generación de negocio y empleo.

El pasado julio, en una reunión celebrada en Madrid del denominado grupo de coordinación de Delegados Especiales del Estado en los Consorcios de Zona Franca, se tejieron los mimbres de nuevas estrategias y ambiciosos objetivos para estas instituciones. Las zonas francas españolas, un total de siete (Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona, Santander, Vigo, Cádiz, y Sevilla), se reunieron con el objetivo de analizar el papel de estas instituciones en la recuperación del tejido industrial de España. La idea es que las zonas francas sean «agentes impulsores del cambio hacia la nueva economía y un modelo industrial 4.0», según trascendió de aquella reunión. La conclusión es que las zonas francas abordarán acciones comerciales conjuntas en el extranjero en colaboración con el Icex y el Ministerio de Comercio.

«Pueden suponer un atractivo más para fijar nuevas inversiones en el Archipiélago»

Margarita Pena - Zona Franca de Tenerife

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Las zonas francas son áreas acotadas en las que se almacena, transforman y distribuyen mercancías sin que se les aplique gravámenes, aranceles e impuestos indirectos. Canarias cuenta con dos de ellas, cada una ubicada en uno de los puertos de las dos islas capitalinas. De manera generalizada, las zonas francas europeas no tienen incentivos fiscales para la instalación de industrias, por lo que basan su atractivo en ofrecer un entorno favorable a la actividad económica sin artificios impositivos. Sin embargo, en el caso de Canarias sus zonas francas tiene una ventaja añadida respecto al resto de zonas europeas, ya que las empresas instaladas pueden acogerse también a los beneficios que el Régimen Económico y Fiscal (REF) ofrece, como los de la Zona Especial Canaria (ZEC), que permite a las empresas tributar al 4% en el Impuesto de Sociedades si cumplen una serie de requisitos. Además, disponen de una mayor flexibilidad para la entrada de mercancías de terceros países.

Si finalmente se consolida la demanda de las zonas francas españolas para convertirse en organismos intermedios para la gestión de los fondos europeos, esto podría ser en un aliciente más para atraer inversiones y empresas a las Islas. Así lo considera Margarita Pena, delegada especial del Consorcio de la Zona Franca de Santa Cruz de Tenerife. «Tendremos otra ventaja competitiva», sostiene, ya que en el caso del Canarias «consideramos que puede ser un atractivo importante para fijar inversión en el territorio».

Bajo su punto de vista, si las zonas francas pudieran convertirse en organismos intermedios en la gestión de estos fondos Next Generation, que buscan transformar la economía del continente tras el golpe de la pandemia, «nos ayudaría a canalizar mejor los proyectos», ya que estos organismos trabajan de forma directa con las empresas. «Tenemos mucha cercanía con ellas, somos agentes promotores en nuestros respectivos territorios», valora.

«Ser intermediarios a pie del terreno podría garantizar la llegada de los fondos a más pequeñas empresas»

Gabriel Corujo - Zona Franca de Gran Canaria

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Por ahora, este demanda no se ha concretado, pero para reforzar su reclamación las zonas francas esgrimen el argumento de que su actividad está vinculada a las líneas de actuación establecidas por Europa y el Estado para la aplicación de estos 800.000 millones de euros que se repartirán entre los países de la UE. «Para nosotros es importante la industria 4.0, las renovables o la logística portuaria», explica Pena, por lo que si consiguen convertirse en organismos intermedios «acercaríamos a las diferentes empresas la posibilidad de ejecutar los fondos europeos».

Negocios que en el caso de las zonas francas canarias son principalmente pequeñas y medianas empresas, tal y como apunta Gabriel Corujo, delegado de la zona franca de Gran Canaria. «El 95% del tejido productivo del Archipiélago son pymes y posicionarnos como intermediarios a pie del terreno podría garantizar la llegada de esos fondos a los más pequeños porque estamos más cerca de ellos», indica. Para Corujo, «las zonas francas estamos en la brecha de las líneas que pretenden fomentar los fondos y tiene sentido que seamos agentes de la gestión», algo que espera conseguir, ya que no es la primera vez que estos organismos tienen un papel relevante en la distribución de fondos europeos, como fue el caso del fondo de apoyo a la Inversión Industrial (Reindus). «Las zonas francas del territorio español están ocupadas por miles de empresas con capacidad para canalizar esos fondos y nosotros podemos intermediar para sacarle el mayor rendimiento en Canarias», señala.

Las zonas francas son espacios en profunda competencia entre ellas. Existen 5.000 a nivel internacional, que rivalizan constantemente por atraer inversiones, por contribuir a la creación de empresas o generar nuevos servicios. Sin embargo, tanto Corujo como Pena insisten en que la demanda de convertir a las zonas francas españolas en organismos intermediarios en la gestión de los Next Generation nace del conjunto de todas ellas, con la idea de funcionar en bloque y que puedan aprovechar las sinergias de unas y otras.

Un papel protagonista

Blanca Sorigué, directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, reconoce que como zonas francas de España «lo que nos interesa a todas es tener un papel protagonista como organismo intermedio, es decir, capacitado para gestionar directamente los fondos europeos. Se trataría de poder repercutir o aplicar estos fondos en proyectos vinculados al territorio de influencia de cada zograndes multinacionales ya están instaladasna franca».

A escala mundial, las zonas francas salen a «cazar empresas». La situación es que las allí donde les interesa por lo que el gran cliente pasa a ser la pequeña y mediana empresa en la mayoría de los casos. Y las start-ups o empresas de nueva creación con plan de empresa prometedor. España tiene grandes ventajas para atraer inversiones a sus zonas francas, con un mercado natural en Latinoamérica por una cuestión idiomática.

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