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Cinco años para la recuperación

El Grupo El Cine solo cerró los tres meses de confinamiento y mantiene a sus 26 empleados

Juan Carlos Magdalena en su restaurante El Cine. E. D.

Las pymes de la restauración que superaron el año y medio de covid-19 avanzan en la vuelta a la normalidad, pero si bien rescatan empleo les falta restablecer la economía del negocio.


«Para que las empresas vuelvan a restablecer su situación previa a la pandemia tendrán que pasar cinco años trabajando a tope». Juan Carlos Magdalena lleva 35 años como autónomo y gestionando lo que hoy es el Grupo El Cine, que incluye los restaurantes El Cine y El Teatro del Puerto, en Los Cristianos (Arona), además de El Secreto de Chimiche, en Granadilla de Abona. «Este virus nos retrotrajo un lustro, pero soy optimista».

Magdalena emplea la expresión «de casualidad» para explicar cómo sobrevivió su empresa a la crisis sanitaria y económica. La base es el músculo económico propio creado en sus más de tres décadas de actividad y el recurso de los créditos ICO y bancarios. «Ha sido duro mantener abierto desde el 1 de junio de 2020 sin un turista, con la clientela local y con todo el personal», pero lo hizo «involucrándome con los trabajadores desde la responsabilidad empresarial». En todo ese tiempo, la recaudación mermó un 60% respecto a 2019, lo que le llevó a «poner dinero de mi bolsillo». Es su caso, pero «hay quienes no han podido aguantar» y ya no están en el mercado o han reconducido la actividad hacia otro sector.

En este escenario, la administración tampoco ha sido un aliado eficiente. «Las ayudas llegan tarde, mal y nunca», sostiene Juan Carlos Magdalena, quien vaticina que será en torno a diciembre o enero de 2022 cuando comiencen a recibirlas aquellas empresas que tienen más de 10 empleados. «Ese estrangulamiento es difícil de aguantar».

«Las ayudas llegan tarde, mal y nunca»

Juan Carlos Magdalena - Autónomo

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Pero llegan los primeros síntomas de la vuelta a la normalidad y al sector de la restauración «le llueven las inspecciones de trabajo a rajatabla» por cuestiones que «requieren de cierta benevolencia en un momento como el que vivimos. La administración no va de la mano del esfuerzo que estamos haciendo».

En su análisis de las consecuencias que deja el covid, el empresario admite que pasa porque «debe haber inyección económica pública», pero hace un llamamiento a la responsabilidad de todos «a la hora de no solo reclamar derechos, sino cumplir con nuestros deberes. Tenemos que trabajar. Es lo que toca».

Juan Carlos Magdalena dice ser optimista, «tengo que serlo», y defiende que hay condiciones para ello, pero apunta que el nivel de la planta hotelera y el clima se topan «con la asignatura pendiente de la conservación y el embellecimiento de nuestra tierra y lugares. Tenemos que hacer cambios. Si seguimos con más de lo mismo no habremos logrado nada».

La llegada del turismo «es algo incuestionable» que repercutirá en la actividad empresarial de forma inmediata. «Nos recuperaremos, sí. El año que viene estaremos a un gran nivel, pero este invierno la campana sonará menos de lo que esperaba». Esa vuelta del turista es un hecho, pero «la otra clave es la recuperación económica. Ahora toca coser el descosido y reponer el dinero empleado».

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