Entrevista | José Juan Ojeda Quintana Economista e ingeniero técnico industrial

José Juan Ojeda Quintana: «El valor del patrimonio hidráulico de Canarias es incalculable»

«El dominio del agua ha sido esencial para el desarrollo de las Islas, porque había falta», afirma el economista e ingeniero técnico industrial

José Juan Ojeda Quintana.

José Juan Ojeda Quintana. / Andrés Cruz

I. Durán

José Juan Ojeda Quintana (Valleseco, 1939) publica el segundo tomo de su libro 'Historia del espíritu y la cultura del agua: antropología y etnografía'. Ojeda fue director financiero del Canal de Isabel II de Madrid y heredó de su padre la pasión por el agua y las infraestructuras hidráulicas.

¿Qué tesoros alberga el patrimonio hidráulico de Canarias? ¿Cuál es su principal valor?

El valor del patrimonio de infraestructuras hidráulicas de Canarias es incalculable y muy diverso. Por ejemplo, en Lanzarote se encuentran las maretas; en Fuerteventura, las gavias; las presas, en Gran Canaria, o las galerías, en Tenerife y La Palma. Además, en el Archipiélago hay una enorme cantidad de pozos, algunos con más de 200 metros de profundidad, que son una verdadera muestra del trabajo del canario en la búsqueda el agua. Una de las primeras obras hidráulicas, que data del siglo XVI, fue el túnel que se hizo desde Tejeda hasta el barranco de La Mina, en Gran Canaria

¿Qué importancia ha tenido en el desarrollo de Canarias el dominio de estas infraestructuras hidráulicas?

El dominio del agua ha sido fundamental para el desarrollo de las Islas, porque había una falta constante. Fue determinante la construcción de las potabilizadoras, que dieron un impulso importante al abastecimiento y distribución de agua a toda la población. Esta infraestructura es el hito más importante de los últimos años para el agua.

El agua tiene dos caras, la del exceso y la de la escasez.

La sequía es menos peligrosa, porque la abundancia de agua es muy destructiva. Cuando corrían los barrancos, que son ríos a tiempo parcial, llegaban a llevarse el ganado, los árboles o, incluso, casas. Las inundaciones pueden llegar a ser muy graves. Cuando hablamos de diluvios pensamos en el de Noé, porque es el más conocido, pero hay más de 200 versiones de diferentes diluvios y las primeras son de la época de Mesopotamia. Por ejemplo, en la mitología griega se cuenta que Zeus envió un diluvio para castigar a la humanidad y para repoblar la tierra pidió a Pirra y a Deucalión que tiraran piedras al agua. De las que lanzaba él salían los hombres y de las que tiraba ella las mujeres.

En Canarias, el agua ha tenido un componente religioso o espiritual. ¿Es mucho más que un bien material?

El agua es un bien primario e imprescindible. Por esto, el hombre, sabiéndose incapaz de alterar las leyes de la naturaleza, acude a medios religiosos y mágicos que considera que pueden ayudarle a cubrir su necesidad de agua. En la época clásica había autores que decían que la lluvia era la orina de Zeus. En Canarias, hay fiestas tradicionales como la Rama de Agaete, cuyo objetivo es la llamada de la lluvia. La celebración comienza en la montaña, donde los participantes recogen ramas. Al llegar al mar, golpean el agua para que el batir de las ramas imiten el efecto de las gotas de lluvia y, a la vez, para castigar a los demonios que están cerca de la orilla.

¿Este tipo de tradiciones para llamar a la lluvia solo se encuentran en Canarias?

No, esto no es único en el Archipiélago. En Marruecos, por ejemplo, también hay muchas tradiciones para llamar a la lluvia. Una de esas costumbres es similar al juego de la cuerda. Por un lado tiran los hombre y por el otro las mujeres, si ganan las féminas es porque va a llover. Muchos de estos aspectos vienen de la cultura bereber. Otro ejemplo de las tradiciones relacionadas con el agua lo encontramos en Galicia, donde era constumbre que cuando una mujer se iba a casar se bañaba en el mar para saltar siete olas , con el fin de evitar la infertilidad.

¿Los aborígenes del Archipiélago cómo dominaron el agua?

Allá donde había charcos o manantiales cogían el agua como podían. Estaban desarrolladas las tinajas de barro, en las que transportaban el agua. No era fácil, porque solo contaban con los desniveles de la tierra para coger el agua.

En su libro Historia del Espíritu y la Cultura del Agua: Antropología y Etnografía explica que el agua influyó en el desarrollo de las ciudades. ¿Cómo marcó el avance de Las Palmas de Gran Canaria y de Santa Cruz de Tenerife?

En Tenerife nunca ha habido tantos problemas de agua como en Gran Canaria, porque el Teide es un punto de atracción del agua. Las Palmas de Gran Canaria se fundó junto al barranco de Guiniguada, porque cuando Juan Rejón llegó a conquistar la isla se estableció donde podía garantizar el abastecimiento. El agua que entraba en Triana y Vegueta, servía tanto para el riego de las huertas que circundaban la ciudad, como para consumo doméstico. Él fue el primero en señalar el lugar donde había agua. En Santa Cruz de Tenerife fue determinante el barranco de Santos, donde se asentó la primera población, por la posibilidad de poder abastecerse de agua con cierta seguridad. En general, las islas occidentales siempre han tenido una bendición con el agua.

En Canarias hay muchas fuentes con nombre propio y con mucha historia.

Sí, en la capital grancanaria encontramos la fuente del Pilar Nuevo, que dio nombre a la plaza en la que se situa, justo detrás de la catedral. Esta fuente se instaló a mediados del siglo XVIII y tiene un pilón octogonal de piedra del que sale una columna que sostiene una taza. En Santa Cruz de Tenerife está, desde finales del siglo XIX, la fuente de la plaza Weyler, obra del escultor genovés Achille Canessa. Es de estilo renacentista y está realizada en piedra basáltica y mármol. El pedestal se divide en tres niveles y tiene conchas, querubines, delfines y mascarones, que comparten el circuito del agua.