Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras volvieron a salir a la calle en la jornada de ayer, Día Internacional de los Trabajadores, para exigir al Gobierno de España el cumplimiento de la agenda social, aparcada el pasado año como consecuencia de la Covid-19.

El secretario general de UGT en Canarias, Manuel Navarro, defendió el Primero de Mayo como un «día de inflexión» en la historia de las reivindicaciones sindicales en las islas y celebró poder «recuperar» la calle tras un año de pandemia que obligó a suspender los actos del Día del Trabajador el año pasado.

Así lo señaló en declaraciones a los periodistas antes de iniciarse la manifestación del Primero de Mayo en Santa Cruz de Tenerife, una convocatoria que también se desarrolló en Las Palmas de Gran Canaria y, en forma de concentración, en Santa Cruz de La Palma y Arrecife, en Lanzarote.

Manuel Navarro destacó poder celebrar esta convocatoria una vez más en la calle porque considera que hay cuestiones «vitales» que el sindicalismo y la ciudadanía «deben defender», y añadió que también sirvió para homenajear y agradecer el trabajo de todas aquellas personas que han estado «en primera línea» durante la pandemia, como sanitarios, personal de supermercado, docentes, gente del campo, transportistas, entre otros.

En la manifestación de Las Palmas de Gran Canaria, el secretario general de CCOO en Canarias, Inocencio González, destacó que en este Primero de Mayo se ha buscado combinar las reivindicaciones sindicales con el reconocimiento a las personas que, este último año, han sacado adelante este país.

Inocencio González considera que del reconocimiento moral y los aplausos hay que pasar al reconocimiento efectivo, a la subida de los salarios, a la estabilidad del empleo y al reforzamiento de los servicios públicos, de ahí la importancia de recuperar la presencia y la movilización en la calle, apostilló.

Para el secretario general de Comisiones Obreras en el Archipiélago canario, este Primero de Mayo representó un «punto de inflexión» en el que «toca recuperar la agenda social y combinar un proceso de negociación con la movilización».

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Manifestación del Primero de Mayo, Día internacional del trabajador, en Santa Cruz de Tenerife

Así, bajo el lema Ahora sí toca cumplir. Un país en deuda con su clase trabajadora, los actos convocados para la jornada de ayer por UGT y CCOO en Canarias perseguían la necesidad de ejecutar la derogación de la reforma laboral, la del sistema de pensiones de 2013, así como la revalorización del salario mínimo y la recuperación de los servicios públicos.

Intersindical Canaria (IC) hizo público un manifiesto con motivo del Primero de Mayo en el que denuncia que la crisis sanitaria, económica y social ha puesto en evidencia el modelo de desarrollo de Canarias, que es «una colonia de servicios» con un desempleo estructural que solo podrá corregirse «con un nuevo enfoque global» de la economía.

En Canarias luchamos, no claudicamos, titula IC el manifiesto del Primero de Mayo, en el que repasa los efectos de la crisis pandémica, utilizada como un «suma y sigue en los niveles de explotación de la clase trabajadora» y en un pretexto «para la puesta en práctica de nuevas medidas represivas y de control social».

La fragilidad territorial, la dependencia política y una economía al servicio de los intereses de internacionales y no de las necesidades del país han supuesto que «la crisis sanitaria se haya convertido rápidamente en una crisis económica de primer orden, pero, sobre todo, en una inmensa crisis social», denuncia el sindicato.

El «abismo social» es de tal magnitud que exigiría «la declaración de emergencia social inmediata de las islas», afirma IC.

Canarias es en el contexto internacional «una colonia de servicios» en la que se utiliza el territorio como materia prima y «una mano de obra escasa, precaria y mal pagada».

Así, «con pandemia o sin ella», hay un desempleo estructural «que sólo podrá variar con un nuevo enfoque global de nuestra economía», indica el manifiesto.

Con un «desempleo real» del 33%, la mayoría del sector servicios en ertes «de miseria», el 40% de la población en pobreza extrema y los servicios públicos debilitados tras años de privatizaciones, «las personas empobrecidas y excluidas quedan a merced de ong, instituciones privadas y redes sociales», afirma Intersindical Canaria.

El sindicato denuncia también la política migratoria europea y española, que, ante «la dejación» del Gobierno canario ha convertido a Canarias en «una inmensa cárcel» donde se encierra a miles de trabajadores y trabajadoras que llegan del continente africano huyendo del hambre, la persecución y la muerte por el expolio de sus recursos naturales por parte de las grandes multinacionales y las antiguas metrópolis.

«No sólo se les encierra en nuestro país, sino que además se les abandona a su suerte, sin el más mínimo cumplimiento de los derechos humanos y la legislación internacional», denuncia Intersindical Canaria.

El sindicato advierte, además, de que las ayudas europeas estarán condicionadas a nuevos recortes en derechos laborales y pensiones y, por tanto, a «más explotación para la clase trabajadora» y más pobreza para Canarias.

Intersindical Canaria hace un llamamiento al pueblo canario a la defensa de la nación, porque «sólo así habrá un futuro de dignidad para la clase trabajadora de Canarias».