Fernando Valdés Verelst (Madrid, 1975) ocupa la secretaría de Estado de Turismo desde julio de 2020. Cogió las riendas de un departamento clave para la economía canaria justo en medio de la mayor crisis que ha sacudido a la ‘industria’ turística. Su principal tarea es mitigar las consecuencias del desastre.

¿No es demasiado optimista pensar en recuperar este año el 50% de la campaña turística de 2019?

La proyección de recuperar el 50% de los datos de 2019 es de cara al 31 de diciembre. Y creo que nos basamos en un escenario no especialmente optimista. El ritmo de vacunación se ha acelerado, y esto nos permite, a pesar de los baches a consecuencia de lo ocurrido con Janssen, mantener el calendario de 25 millones de españoles vacunados en la semana del 19 de julio y alcanzar el 70% de la población a finales de agosto. Y el segundo elemento que determina que nos planteemos ese posible escenario del 50% a 31 de diciembre es el certificado digital, cuyo reglamento confiamos en que esté aprobado a mediados de junio. Lo que sí tenemos claro es que el verano de 2021 no va a ser el verano de 2020: por el nivel de búsquedas, por la demanda embolsada que percibimos en nuestros principales mercados emisores o por el apetito de las aerolíneas, un tema, este de la conectividad aérea, de especial interés para Canarias. Vemos cómo algunas aerolíneas están sumando nuevas rutas con las Islas. Todo ello nos anima a pensar en ese 50%. Ahora bien, en todos estos esquemas hay que tener las debidas cautelas, porque luego la pandemia puede mostrar alguna cara desconocida. No obstante, es la vacuna la que hace a este verano totalmente distinto al de 2020. Nos coloca en un escenario radicalmente diferente y nos permite plantear que de cara a 31 de diciembre las pérdidas sean del 50% con respecto a 2019.

¿Pero ese cálculo para fin de año vale para la inminente temporada de verano?

Creo que no. El certificado digital se usará a partir de junio pero se va a consolidar a lo largo del verano, y hay una serie de países que comparte con nosotros, me refiero al conjunto de España, la temporada alta. Estamos trabajando para ampliarla, para que no se agote a principios de septiembre, sino que sea un poquito más larga. Si todo fuera de acuerdo con nuestras previsiones, es decir, si llegamos a finales de agosto con el 70% de la población inmunizada y lo mismo ocurre en nuestros principales mercados emisores, veremos toda esa demanda embolsada, porque es verdad que no existe un problema de demanda, más bien al contrario: hay muchísima gente que quiere empezar a viajar y está esperando a que se den las condiciones para hacerlo; pero no creo que podamos anticipar ese 50% durante el verano. Me parece demasiado optimista. Eso sí, de cara al cierre del año, y especialmente en Canarias, porque su temporada alta es la de invierno, sí estamos en disposición para al menos aspirar a esos datos.

Al hilo del pasaporte sanitario...

... Ojo que no es pasaporte, sino certificado.

Cierto, certificado…

... Es que la diferencia es fundamental, porque el certificado no es discriminatorio. El pasaporte establece unos derechos, mientras que el certificado no otorga de manera previa ningún tipo de derecho.

Justo por eso el Estado miembro que recibe al turista puede establecer sus propias medidas, ¿no? Y si es así, ¿no queda algo desvirtuado el certificado digital, no queda al albur de lo que decida cada Gobierno?

A ver, eso es algo que siempre estuvo en el debate, por eso voy a aprovechar para dejar muy claras dos cuestiones. La primera es que el reglamento será de aplicación directa, es decir, no caben ni transposición ni separarse de ese reglamento que aprobará la Comisión Europea. Y la segunda es que en este tipo de legislación, siempre hay un principio de salvaguardia para casos extraordinarios en los que se respeta la soberanía nacional. Para esos casos excepcionales, los Estados siempre mantienen un espacio de soberanía que les permita modular esa aplicación directa. Imaginemos que en los próximos meses aparece una nueva cepa desconocida en algún Estado miembro o en donde sea. Si no se estableciera ninguna salvaguardia, las posibilidades de controlar la nueva cepa se reducirían significativamente. Pero insisto: la aplicación de medidas o de restricciones adicionales a las que prevé el certificado solo sería en situaciones extraordinarias, y no solo en el mercado receptor, también en el mercado emisor. El certificado evitará las cuarentenas. Otro ejemplo de caso extraordinario puede ser el de alguna vacuna que los Estados miembros no reconozcan porque no estén seguros de su eficacia.

No estamos hablando de la Sputnik V, ¿verdad?

No no, hay varias en las que estamos pendientes de acreditar su eficacia, pero es verdad que si algún Estado miembro decide utilizar una vacuna que no está reconocida por el resto, pues sí podría limitarse el uso del certificado digital. El certificado va a cambiar la movilidad. Primero la intraeuropea, y esto es muy importante por mercados de tanta relevancia para Canarias como el alemán o el nórdico, que van a ser muy reactivos desde el momento en que consigamos habilitar el certificado; y en segundo lugar queremos trabajar en una solución de reconocimiento mutuo, el mutual recognition, con otros mercados y terceros países tan fundamentales para nosotros como el Reino Unido.

El Gobierno ha manifestado su voluntad de prorrogar una vez más los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de fuerza mayor, parece que ahora hasta el 30 de septiembre. Pero tampoco prorrogarlos hasta esa fecha será suficiente en el caso de Canarias, máxime cuando la temporada de verano no será, ni mucho menos, la de los años anteriores al estallido de la pandemia.

Creo que ya se ha consolidado en materia de ERTE y de otras medidas de apoyo al sector turístico una especie de principio de calendarización. Cada mes que transcurre manteniendo activos los ERTE y las prestaciones por cese de actividad, y ahora también con esos 7.000 millones de euros de ayudas directas, pues se le imputa un coste muy importante al Tesoro Público. Es verdad que desde el sector siempre se ha pedido mayor planificación, pero se trata de una cuestión de negociación entre el sector público y el sector privado, y las cuentas públicas, ojo, son importantes para todos: obviamente para el sector público pero también para el privado. Hay un principio de prudencia en eso de ir prorrogando las medidas de apoyo al sector en función de las necesidades. Todavía no sabemos cuánto se van a prorrogar los ERTE, aunque en buena lógica esperamos que sea hasta el 30 de septiembre, pero en cualquier caso, lo que sí es una expresión manifiesta de la voluntad del Gobierno es que se seguirá contando con este esquema, con el mantenimiento de los ERTE de fuerza mayor y el apoyo a los sectores más afectados por la crisis de la covid-19, mientras sea necesario.

Aunque el reparto definitivo se hará en función de los proyectos, imagino que han calculado, al menos de forma aproximada, qué cantidad vendrá a Canarias de los 3.400 millones de los fondos europeos destinados para el turismo.

Hemos empezado la negociación de los fondos europeos con muy buen pie. Hay compromiso entre administraciones, y el deseo de todos es que el resultado de los fondos sea transformador y que no sea un mero reparto. Se trata de que su distribución responda a la presentación de planes y a programas de sostenibilidad en destino. Y en función de esto se decidirá la asignación de los recursos en cada una de nuestras comunidades autónomas. No obstante, qué duda cabe de que en aquellas comunidades autónomas donde el turismo es especialmente importante en la conformación de la riqueza de la región, como es el caso de Canarias, las ayudas serán especialmente intensas. Y así lo hemos reflejado: son dos las comunidades autónomas, Baleares y Canarias, que cuentan, además de con el reparto de los fondos para sostenibilidad en destino, con planes expresos de cien millones de euros cada uno.

El turismo es la primera industria del país y aparece en octava posición entre las prioridades del Gobierno. Al menos a la hora de repartir esos más de 70.000 millones de los fondos extraordinarios europeos.

Yo asumo esa crítica como parte del momento en que nos encontramos. Soy el más sensible a la crítica del sector, pero nunca llegaremos a reponer todas las pérdidas que han acumulado empresarios y trabajadores del turismo; es imposible, no lo han hecho ni España ni ningún otro país del mundo. Ahora bien, si hablamos de esos 3.400 millones de euros, yo sí que querría matizar esa cifra... España es un país líder en materia de competitividad turística, más allá de la inversión directa en el destino y en la competitividad del sector, porque se nos reconoce por una serie de indicadores que tiene que ver con la sanidad, con las infraestructuras de comunicaciones, con la movilidad, con la seguridad ciudadana... Y si analizamos en qué medida los fondos europeos van a afectar a esos indicadores que vienen a conformar la matriz de la competitividad turística, pues resulta que el turismo se beneficiará en un montante de 44.000 millones de euros. Así que esos 3.400 representan solo una parte de todo lo que nos convierte en líderes en materia de competitividad turística.

¿Qué cifras de reservas y búsquedas manejan en el Ministerio?

TravelgateX nos sitúa como segundo destino mundial en reservas en mayo, solo por detrás de Estados Unidos. Y si miramos los datos sobre búsquedas para volar a España entre marzo y septiembre de 2021, pues lo cierto es que seguimos generando muchísimas búsquedas, un 41% más que Turquía o un 30% más que Grecia, por citar dos ejemplos.

¿Cuándo volverá a estar Canarias en los números de turistas y facturación de 2019?

Si hablamos de cantidad, pienso que en 2023. Aunque, como sabe, nuestra apuesta es por la sostenibilidad en destino, y esto nos anima a pensar que seremos capaces de hablar no tanto de números como del valor que genera nuestro sector turístico en el PIB. Queremos llegar a un punto en el que el turismo sea capaz de generar la misma riqueza que en 2019 sin estar pendiente de la cifra de visitantes. Pero en fin, en respuesta a su pregunta, y a tenor de la evolución del mercado, de las medidas de seguridad y de los operadores, esperamos las cifras de 2019 en 2023.

El sector turístico canario tiene dificultades históricas para promover una eficaz redistribución de la renta. Y la sostenibilidad, en general, tiene mucho que ver con la sostenibilidad salarial. ¿Se está prestando la atención necesaria a una lacra que viene de lejos?

Sí, eso es algo fundamental. Todos coincidimos en que cuando hablamos de sostenibilidad no solo hablamos del medio natural, de cómo el turismo afecta al medio ambiente, sino también de cómo afecta a las personas. Y aquí hay algo indudable que tiene que ver con la mejora de la calidad del empleo en el sector turístico, algo en lo que vamos a trabajar expresamente con el sector. Hay un ámbito de desarrollo no solo de carrera profesional, sino también de las propias condiciones laborales en el sector turístico. Y creo que las empresas son muy receptivas a este mensaje, no en un contexto como el actual, qué duda cabe cuando estamos ante la peor crisis de nuestra historia, pero sí en un contexto general, porque el turismo es un sector que aporta y que tiene responsabilidad para el conjunto del destino. Creo que lograr que la riqueza turística tenga capacidad para generar bienestar y riqueza en el destino es un compromiso de todos.

Al principio de la pandemia se habló mucho de poner en práctica incentivos fiscales para promover la demanda, por ejemplo, rebajas en el IRPF para quienes hagan turismo interior. ¿Está esto descartado?

Ninguna medida se ha descartado. Fíjese que se dieron por descartadas las ayudas directas y ahora han llegado. Algo a lo que este Gobierno se ha comprometido es a dar en cada momento una respuesta en función de la evolución de la pandemia, y cuando digo evolución me refiero a duración. Está siendo una crisis muy larga. Así que no hemos desterrado esa fórmula, pero sabemos que los casos en que se toman medidas de esa naturaleza son aquellos en que hay que reactivar la demanda, y ahora mismo hay mucha demanda embolsada. Si nos encontrásemos con que no hay movilidad en el mercado una vez la vacunación esté avanzada, ese sería el momento para plantearnos esa o cualquier otra medida de estímulo.

Por cierto, no se entendió en Canarias aquello de no autorizar los test de antígenos para regular la entrada de viajeros.

Siempre hemos dicho que debemos poner los medios a disposición de la gente para que viaje de manera fácil, no solo desde el punto de vista del coste, sino también desde el punto de vista de la logística. El problema con los test de antígenos no es caprichoso, es de base científica: no se han demostrado eficaces en población asintomática, que es mayoritariamente la población turística, porque uno no se sube a un avión si tiene ya síntomas desarrollados de la enfermedad.