La Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE-Tenerife) le abre expediente de expulsión a Jorge Marichal tras conocer su condena –dos años de cárcel, multa de 585.896 euros y pérdida de la posibilidad de obtener ayudas públicas e incentivos fiscales– por un delito contra la Hacienda pública. Marichal dimitió de los dos cargos que ocupaba en la CEOE de España –la vocalía de la junta directiva y la presidencia del Consejo de Turismo– el mismo día, lunes 5 de abril, que este periódico publicó su condena por fraude fiscal. Sin embargo, el empresario no dimitió de los cargos en la CEOE-Tenerife, donde sigue siendo vicepresidente de Turismo y miembro del comité ejecutivo a pesar de que la patronal de la provincia tinerfeña está asociada a la CEOE nacional.

La junta directiva de la confederación empresarial de Santa Cruz de Tenerife decidió este lunes convocar la comisión de régimen interno para abordar el caso Marichal. La decisión se tomó por unanimidad. El hotelero incumplió los estatutos y el código ético y de buen gobierno de la CEOE-Tenerife por no comunicar la condena a sus compañeros en la patronal y por dañar la reputación de la confederación de empresarios. La convocatoria de la comisión de régimen interno es el paso que dictan las normas de la CEOE ante casos como el de Marichal. Es la antesala de la expulsión.

Es la primera vez que la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife se ve obligada a recurrir a un procedimiento de expulsión de uno de sus miembros. Hay precedentes de integrantes de la patronal envueltos en líos judiciales, pero decidieron dar un paso a un lado y dimitir de sus cargos en la CEOE-Tenerife, lo que les evitó a sus compañeros el mal trago de tener que abrirles un expediente de cese. El constructor Antonio Plasencia, que fuera presidente de Fepeco –la patronal del sector del ladrillo en la provincia tinerfeña–, dejó sus responsabilidades en la CEOE-Tenerife antes de su condena por el conocido caso Las Teresitas.

Es la primera vez que la CEOE-Tenerife se ve obligada a recurrir a un procedimiento de expulsión

Es más, en el primer punto del orden del día de la junta directiva que la confederación de empresarios tinerfeña celebró este lunes estuvo otro Plasencia, Fernando, condenado a un año de prisión y casi 800.000 euros de multa por un delito continuado contra la Seguridad Social. Fernando Plasencia, que fue presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa del Valle de La Orotava (Apymevo); vicepresidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Santa Cruz de Tenerife; y presidente de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), presentó su dimisión ante los órganos de gobierno de la CEOE-Tenerife nada más ser condenado.

En la reunión del lunes, el presidente de la patronal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, José Carlos Francisco, informó a la junta directiva de la situación de Jorge Marichal. Marichal, que también preside la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, Ashotel –de la que tampoco ha dimitido aunque en este caso cuenta con el público respaldo de sus compañeros–, tendrá la oportunidad de manifestarse ante la comisión de régimen interno de la CEOE-Tenerife. Hasta el momento, Marichal no ha trasladado ninguna información o documentación a los órganos de gobierno de la organización empresarial.

En estas circunstancias, sin ninguna otra salida y sin que Marichal haya puesto sus cargos a disposición, el presidente de la confederación empresarial explicó al resto de miembros de la junta directiva que estaba en la obligación de convocar la comisión de régimen interno. Esta comisión, que actúa con independencia, estudiará en los próximos días toda la información y documentación del caso y, previa audiencia a Marichal, redactará un informe que luego elevará a la junta directiva de la CEOE-Tenerife.

El Juzgado de lo Penal número 8 de Santa Cruz de Tenerife condenó en primera instancia al empresario hotelero en julio de 2019 por un delito contra la Hacienda pública cometido en 2009. Marichal y su socio en la firma Marmon Atlantis, Juan Antonio Moncada Migallón, defraudaron al fisco 292.948 euros en el Impuesto sobre Sociedades en la compraventa de nueve apartamentos entre empresas vinculadas. Los dos administradores mancomunados de Marmon Atlantis compraron los inmuebles a la entidad pública Hoteles Escuela de Canarias Sociedad Anónima (Hecansa) y luego los vendieron a una empresa del padre de Jorge Marichal, Agustín Marichal. La Agencia Estatal de Administración Tributaria abrió una inspección y acabó llevando el caso a los tribunales.

La sentencia de primera instancia fue ratificada en su totalidad por la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife en mayo de 2020. Marichal defiende que no hubo ánimo de defraudar –lo que la jueza sí apreció– y ha asegurado que en el origen de la condena hay una disparidad de criterios entre los técnicos de la Agencia Tributaria y sus asesores fiscales. El empresario –que ha saldado toda la deuda con Hacienda– también ha manifestado que la operación por la que fue condenado no tiene nada que ver con su labor como representante empresarial.

Sea como sea, el hotelero dimitió de la CEOE nacional pero se mantiene tanto en la CEOE-Tenerife como en Ashotel y la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).

Cierre de filas

La dirección de Ashotel respaldó a su presidente tras publicarse la condena y ha cerrado filas a su alrededor. También el comité ejecutivo de la Cehat dio su público apoyo a Marichal, agrietando así la relación de la patronal hotelera española con la CEOE, a la que la Cehat está asociada. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, no está dispuesto a que nadie se salte el código ético y de buen gobierno de la gran patronal del país –que en esencia es el mismo que el de la CEOE-Tenerife–, con lo que la decisión del comité ejecutivo de la Cehat de mantener en el cargo a Marichal se interpreta como una rebelión en la CEOE. De hecho, Marichal ha convocado elecciones en la confederación hotelera para afianzarse en el cargo.

No obstante, la aparente unidad entre los hoteleros en realidad no es tal. La primera voz discordante fue la de Jaime García-Calzada, presidente de la Federación de Empresarios de La Rioja, que dimitió de la vocalía del comité ejecutivo de la Cehat tras la negativa de Marichal a dejar la presidencia. Desde la Cehat se quitó hierro a la salida de García-Calzada por el poco peso de La Rioja en la industria turística española, pero más difícil es restar importancia al disgusto de Simón Pedro Barceló, copresidente del Grupo Barceló, y de otros representantes del poderoso lobby turístico balear.

Simón Pedro Barceló lidera un frente contra Marichal en el que también están otros pesos pesados del sector turístico en general y hotelero en particular. Su objetivo no es tanto hacerse con el control de la Cehat como presionar para que el empresario tinerfeño recapacite, dé un paso a un lado y abandone la Cehat.