Las exportaciones entre Canarias y el Reino Unido han experimentado un desplome histórico en el arranque de este año, el primero en el que el país británico está fuera de la Unión Europea (UE), después de que el 1 de enero se hiciera efectivo el acuerdo entre Londres y Bruselas para la desconexión británica. Una situación que se ha dejado notar en el tráfico de mercancías entre ambos archipiélagos, –que históricamente han tenido una relación comercial estrecha–, ocasionando que el volumen total haya sido muy inferior al que era habitual antes de que se materializara el brexit. En concreto, las exportaciones canarias hacia el Reino Unido cayeron un 49,9% en enero, comercializándose mercancías por valor de solo 2,5 millones de euros.

Aunque el vínculo comercial entre ambos territorios se está viendo afectado por los efectos del brexit, no se puede obviar que las consecuencias de la pandemia también están lastrando el tráfico mundial de mercancías, obstaculizándolo en muchas ocasiones, pero también dificultando la venta en el destino. Los exportadores canarios no son ajenos a esta situación y específicamente en el Reino Unido, en el mes de enero tuvieron que lidiar con las consecuencias de la aparición de la llamada cepa británica. Con la intención de frenar su propagación se decretó un cierre de fronteras que durante algunos días de diciembre paralizó por completo el comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea, lo que provocó retrasos en las semanas posteriores.

Un desplome comercial en el arranque del año que continúa la estela dejada en 2020, que cerró con un desplome histórico en los envíos de productos y mercancías made in Canarias a Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Aunque es cierto que la relación comercial venía deteriorándose desde el año 2011, debido a los problemas de los tomateros, nunca antes se habían registrado caídas tan significativas en el tráfico de mercancías entre ambos territorios. Según la información aportada por ICEX España, los exportadores del Archipiélago llevaron productos y mercancías a empresas y consumidores británicos por un montante de 48 millones de euros en 2020, pero tan solo un año antes esta cifra se elevó hasta los 87,9 millones, lo que supone una caída del 42%.

La tendencia a la baja se recrudece este mes de enero, ya con el Reino Unido completamente fuera de la UE. La caída de la exportación canaria se redujo en todos los sectores. Ninguno ha conseguido librarse de los efectos de la debacle económica provocada por el coronavirus, que se unieron a las primeras semanas de Reino Unido como un país tercero fuera de la UE. La exportación de productos agroalimentarios, –que representa el mayor volumen con un 76,3% del total–, descendió en enero un 38%. Sin embargo, mayor es la caída de otros artículos como los bienes de consumo o los productos industriales y tecnología, que aunque apenas suponen un 11% del total de las exportaciones canarias a Gran Bretaña e Irlanda del Norte, han sufrido un desplome mayor, del 59,9% y 75%, respectivamente.

A pesar de que han crecido muchísimo las ventas a las islas británicas de puros y cigarrillos, –un 172% solo en enero–, su volumen aún no es suficiente para compensar la drástica disminución de los envíos de tomates y pepinos, los dos principales productos hortofrutícolas que Canarias envía al país británico. Juntos representan más del 40% del total de las mercancías que se venden en el Reino Unido y su exportación en enero se redujo un 59,8% y un 60,7%.

Una factura de 17 millones

Se trata de una merca en una factura que no es baladí para la economía de las Islas, si se tiene en cuenta que solo el año pasado los exportadores del Archipiélago comercializaron tomates y pepinos por valor de más de 17 millones.

Gustavo Rodríguez, portavoz de la Federación Provincial de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas (Fedex), asegura que para el colectivo “la mezcla del brexit y Covid ha sido la tormenta perfecta” y aunque todavía no cuentan con datos a cierre de campaña, sí puede adelantar que los envíos han sido muchos menos respecto a años anteriores.

Con el confinamiento decretado por el Reino Unido para hacer frente al virus “lógicamente ha caído el consumo y posteriormente los precios han comenzado a desplomarse” debido a la fuerte competencia de terceros países como Marruecos, que ha sabido aprovechar la ruptura entre Londres y Bruselas para aumentar su cuota de mercado. De hecho, el reino Alauí y el Gobierno de Boris Johnson firmaron en diciembre del año pasado un acuerdo comercial con recortes aduaneros importantes. Además, ambos países estrenarán una línea marítima directa entre Tánger y Poole, al sur de Inglaterra, con el objetivo de que los productos marroquíes lleguen en menos tiempo al Reino Unido.

“Antes su presencia era residual, ahora que tienen un acuerdo comercial preferencial están por todas partes”, explica Rodríguez. Esto supone una competencia feroz con el producto canario, que no puede hacer frente a la rebaja de precios de los productos marroquíes. Lo que los exportadores isleños veían hace años como una amenaza, ahora es una realidad, ya que al convertirse Reino Unido en un país extracomunitario, “todos somos terceros países y no podemos presionar en Bruselas unos mínimos requisitos para permitir la venta de estos productos de fuera”.

Rodríguez explica que con la salida efectiva de los británicos de Europa sí que han aumentado los controles, aunque especifica que se han establecido varias fases a lo largo de este año para que las empresas puedan ir adaptándose a la nueva situación. No será hasta el 1 de julio de este año cuando el Gobierno británico pasará a ser inflexible con todos los trámites, aunque recalca que muchos no les eran ajenos a los canarios antes del brexit, ya que al enviar la mayor parte de la mercancía por vía marítima la documentación requerida se asemeja a la de cualquier exportación de una país extranjero que no formara parte de la comunidad europea.

Sin embargo, bajo su punto de vista lo que más ha incidido en la bajada de las exportaciones en el mes de enero fue el caos que se generó como consecuencia de la irrupción de la variante británica del coronavirus. “El cierre fue criminal, se nos quedaron atrapados diez camiones y perdimos una parte de la mercancía”, señala. Cuando se levantó la restricción “las tres semanas siguientes no hubo agilidad”.

El tomate de exportación en Tenerife ha quedado reducido a solo una pequeña parte de lo que fue en el pasado, pero aún así, la única empresa que continúa con la actividad en la Isla tampoco ha sido ajena a la caída de los envíos. El presidente de la Asociación de Cosecheros Exportadores de Tomate de Tenerife (Aceto), Francisco Echandi, determina que este año prevén comercializar la mitad de lo que alcanzaron el año pasado. “Tenerife exportó en 2020 la producción de 30 hectáreas, que este se han reducido a 15”, lamenta. Una baja actividad que pone en riesgo a este sector en la Isla, que ya busca fórmulas para su reconversión.