La Asociación Empresarial Eólica (AEE), patronal española del sector de las renovables basadas en el aprovechamiento del viento para generar energía eléctrica, ha señalado a Canarias como lugar de España en el que comenzar la instalación de parques de aerogeneradores flotantes –modalidad que se está imponiendo en todo el mundo– dentro del mar. Aun con todo el trabajo legislativo por hacer, ya que no hay normas aún que regulen esta actividad, la AEE recomienda a la Administración avanzar en la preparación de una subasta de potencia dirigida específicamente al Archipiélago.

El camino más corto que encuentran los empresarios para dotar de un marco normativo a esta tecnología es la adaptación del real decreto 1028/2007, que determina “el procedimiento administrativo para la tramitación de las solicitudes de autorización de instalaciones de generación eléctrica en el mar territorial”.

La innovación ha determinado grandes cambios en los últimos catorce años. Entre ellas, la posibilidad de colocar los aerogeneradores en áreas marinas de gran profundidad. Por ello, los empresarios animan al Ejecutivo central a adaptar el real decreto, tanto “al marco regulatorio vigente” –desde 2007 varias normas lo dejan en fuera de juego–, “como al enfoque de desarrollo de la eólica marina en España”.

Al mismo tiempo, es necesario elaborar los conocidos como POEM (Planes de Ordenación del Espacio Marítimo) y hacerlos converger al máximo con la estrategia que se determine para garantizar el éxito de esta manera de obtener energía evitando la emisión de dióxido de carbono y otros gases nocivos a la atmósfera.

Las peticiones de la patronal se circunscriben al “corto plazo”. Más allá de sus intereses económicos, lo cierto es que existen unas obligaciones que cumplir en torno a la preservación del medio ambiente. El Consejo europeo –integrado por los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros– decidieron el pasado diciembre alcanzar el 55% de reducción –respecto a 1990– de emisiones de gases de efecto invernadero en el año 2030.

Next Generation EU

Además, uno de los pilares del plan de rescate diseñado por Bruselas para superar la crisis desatada por la pandemia (Next Generation EU) –750.000 millones de euros– es la transformación del sistema de generación de energía con el aprovechamiento de fuentes renovables. Es decir, los proyectos de este ámbito, generador de puestos de trabajo calidad –estables y bien remunerados– y sostenibles, serán bienvenidos.

Por todo ello, la AEE insta al Ministerio para la Transición Ecológica (y el Reto Demográfico) a preparar las subastas de eólica marina y poder así convocarlas en cuanto tenga solucionado el trabajo legal. “A este respecto, se podría avanzar en una subasta específica en las Islas Canarias, aprovechando las condiciones favorables para iniciar el despliegue de la eólica marina flotante”, subraya la patronal del sector.

¿Cuáles son esas ventajas que ofrece el Archipiélago? Lo primero es el sobrecoste que provoca la alta dependencia de los combustibles fósiles para generar energía eléctrica. Eso permite contar con un margen de ahorro mayor. Es decir, los avances han permitido reducir costes en torno a esta tecnología, pero en la Península, que cuenta en su mix con métodos para la generación menos costosos, aún puede ser caro. Sin embargo, aplicarlo en las Islas supondrá un ahorro tanto para los presupuestos estatales como para el propio sistema eléctrico, que pagan –en definitiva lo hace todos los ciudadanos del país– el sobrecoste.

Es más, Canarias ya ha escrito sendos capítulos en la carrera por incrementar la competitividad de la eólica off shore. El proyecto Elisa, que la ingeniería Esteyco desarrolla en aguas de Gran Canaria, ha mostrado la posibilidad de reducir notablemente los gastos de instalación de los aerogeneradores. Se construyen en tierra, se desplazan navegando hasta su ubicación definitiva y, una vez allí, se despliega el mástil de manera telescópica.

Además, la AEE señala que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) 2021-2030 ya refleja “la oportunidad en el corto plazo que tendría la utilización de los territorios insulares de Canarias como tractores y punta de lanza” para el despliegue de la tecnología eólica marina.