Uno de los primeros efectos de toda crisis es el incremento de ciudadanos que se lanzan a emprender. Ante la falta de oportunidades laborales en empresas, se crean su propio puesto de trabajo. Durante el pasado año, mientras el número de ocupados se despeñaba por el impacto que la pandemia tiene en la economía canaria, el de trabajadores por cuenta propia sin empleados al cargo crecía un 21,8%. Traducido a valores absolutos, 17.400 canarios dieron el paso.

El vicepresidente de la Confederación Canaria de Empresarios, (CCE), José Cristóbal García, incidió en esta necesidad de “buscar salida por otro sitio” que ha llegado a miles de ciudadanos. “Mientras los asalariados”, continúa, “cayeron un 15,4%” –125.200 perdieron el empleo el año pasado en las Islas– muchos de ellos se plantean el reto, o se enfrentan a la necesidad, de emprender.

Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto y último trimestre de 2020, si no se nota un empuje global aún mayor de los autónomos es porque cesaron su actividad 6.200 (-15,7%) que sí tenían empleados y se acabó la condición de ocupados para otros 2.400 (-45,3%) que colaboraban en empresas y negocios que son propiedad de familiares.

“Hay gente demostrando que es capaz de intentar salir adelante”, subraya García sobre la determinación de esos ciudadanos del Archipiélago. No obstante, reconoce que no todas esas aventuras llegarán a buen puerto. De hecho, los datos de afiliación a la Seguridad Social en el primer mes del año conocidos la semana pasada revelan ya un retroceso en el Régimen de Trabajadores Autónomos.

Los pocos más de 400 trabajadores por cuenta propia que se perdieron en enero no suponen un dato relevante, pero sí la quiebra en la serie de crecimiento que se prolongaba ya por varios meses. Estudios no lejanos en el tiempo (INE o Selfbank, entre otros) revelan que solo el 40% de los pequeños negocios supera los cinco años de vida. Eso en condiciones de normalidad económica, por lo que es lógico descontar desde ya que el índice de destrucción será mayor del habitual en el actual contexto global determinado por la pandemia de coronavirus.

La EPA que cerró el curso pasado desveló también cuáles son los sectores más castigados en materia de empleo. En el caso de Canarias, la concentración de mano de obra en el sector servicios es muy acusada. Solo el turismo genera cuatro de cada diez puestos de trabajo en el Archipiélago. No cabe duda de que, en valores absolutos, tiene que ser en el sector terciario donde más empleos se destruyan, en concreto 121.000 (-14,69%).

Sin embargo, dentro del gran cajón de sastre que son los servicios, existen actividades concretas que han soportado mayor dolor desde la declaración del estado de alarma. La pérdida de puestos de trabajo en el entorno de las actividades artísticas (-36,86%) multiplica por más de dos la del sector servicios en general.

Recientemente, la Asociación de la Industria Musical Canaria (Aimca) ha solicitado por escrito al presidente autonómico, Ángel Víctor Torres, estar entre los receptores de los 165 millones de euros de ayudas directas –a fondo perdido– con las que el Ejecutivo regional trata de evitar la masiva destrucción del tejido productivo.

Jairo Núñez, presidente de Aimca, asegura que durante los “próximos meses desaparecerán muchas empresas” del ámbito musical canario. Basa la predicción en el “70% de caída de la facturación” que se anotó este subsector, el de las actividades artísticas, durante el año pasado. Si fija la vista tan solo en la música, la imposibilidad de celebrar conciertos eleva el batacazo hasta el 90%.

“La rentabilidad es imposible sin público o con una mínima parte debido a las grandes restricciones”, relata Núñez. De modo que resulta “inviable seguir sin el apoyo de las instituciones”. Sin embargo, no observa que eso se haya tenido en cuenta a la hora de elaborar los presupuestos culturales canarios. “En 2008 había poco más de 60 millones de euros” y hoy, lamenta, 47,5. Reconoce que la prioridad es la sanidad, pero siente que se les ha abandonado.

La resiliencia cultural

El presidente de la Asociación de la Industria Musical Canaria (Aimca), Jairo Núñez, está convencido de que el golpe sufrido no será el fin de la cultura, ya que se trata de un sector “al que se le han dado palos durante muchos años y siempre se reinventa, es profundamente resiliente”. No obstante, sí se muestra sorprendido por tener que atender decenas de observaciones a la hora de montar un espectáculo teatral para preservar la salud del público y encontrarse a la salida “con un centro comercial lleno de ciudadanos”. En su opinión, hay sectores en los que los lobbies de presión son más fuertes y, por tanto, están más capacitados para negociar los criterios sanitarios. Además, explica que la actividad cultural en sus diferentes ámbitos da empleo en las Islas a 31.000 personas, pero se atienden más los intereses de negocios en los que trabajan 4.000 personas.