El número de hoteles en venta se multiplica con el paso de las semanas. La crisis turística desatada por la pandemia ha degenerado en un crac cuya verdadera dimensión aún está por ver. Muchas empresas se ven así obligadas a desprenderse de sus establecimientos, o de parte de los mismos, y de proyectos a medio hacer. Son demasiados meses sin ingresos suficientes para llevar a cabo los planes de expansión que el coronavirus ha truncado. En este escenario, no resulta extraño que en los principales portales inmobiliarios ya se cuenten más de un centenar de alojamientos turísticos a la venta en Canarias. Ni siquiera es posible saber el número exacto porque en no pocos casos los hoteles o apartamentos se ofertan en lotes. Pero eso sí, los que están identificados se venden por un montante global de casi 300 millones de euros. En concreto, por la friolera de 293,8 millones, y eso, cabe insistir, sin contar los que se traspasan en packs y los que no especifican el precio. Así pues, los activos hoteleros a la venta en las Islas en realidad ya superan con creces esos 300 millones de euros. Con todo, el mayor problema para el sector en el Archipiélago no son las ventas en sí mismas, sino el riesgo cada vez más cierto de acabar malvendiendo por la asfixia que sufre el negocio. Los fondos de inversión están al acecho para cazar gangas, hasta el punto de que se están constituyendo fondos de capital riesgo con el objetivo expreso de aprovechar la coyuntura y comprar hoteles en Canarias a bajo precio.

Uno de los casos más recientes es el de Atalaya, un fondo de capital riesgo que empezó a comercializarse el mes pasado y que tiene previsto invertir en hoteles vacacionales “cuya viabilidad se ha visto afectada de forma coyuntural por la crisis del coronavirus”. Detrás de Atalaya está Andbank España, firma del grupo bancario y financiero Andbank, con matriz en Andorra. La idea es adquirir hoteles de cuatro estrellas, medianos —de entre 150 y 200 habitaciones— y “ubicados fundamentalmente en Baleares, Canarias y Costa del Sol”, explica la entidad.

Una mascarilla cuelga de la verja del hotel de Adeje en el que se produjo el primer brote del Covid-19 en Canarias, en febrero. MARÍA PISACA

Pero Andbank y Atalaya son solo un ejemplo entre muchos. De hecho son muchos los fondos de inversión y de capital riesgo que ya llevan meses peinando el sector hotelero de la Comunidad Autónoma para dar con ese hotel, apartamento o apartotel que aunque esté pasando dificultades, es garantía de futuros beneficios. Es más, Canarias es uno de los mercados españoles que más oportunidades ofrece al inversor, si no el que más. ¿Por qué? Porque su sector turístico es con diferencia el más golpeado del país, de modo que sus empresas están en una situación particularmente difícil, y porque casi no hay estacionalidad. Es verdad que la temporada alta sigue siendo la de invierno, pero no es menos cierto que las cifras en el resto del año —en años normales, claro está— son igualmente buenas, lo que no ocurre, por ejemplo, en Baleares, donde tras el verano, que es su temporada alta, muchos establecimientos bajan la persiana. En definitiva, en Canarias hay 365 días para recuperar la inversión. Se unen así en la Comunidad Autónoma dos factores: la delicadísima situación de muchas empresas y propietarios, que claman por “ayudas directas” de los Gobiernos que les permitan mantener sus negocios, y unas condiciones que garantizan rentabilidad futura a todo aquel que tenga músculo para comprar en tan malos momentos. Unos pueden verse abocados a vender e incluso malvender, y otros, sobre todo los fondos de inversión, están libres de urgencias financieras, con lo que pueden comprar y esperar. El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Jorge Marichal, ya lo avisó en una carta pública en abril, solo un mes después del confinamiento de la nación para contener el avance del virus: “Los buitres nos rondan otra vez”.

Marichal, que también preside la patronal hotelera de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel), viene insistiendo desde entonces en que debe evitarse a toda costa caer en el mismo error en que se incurrió durante la crisis financiera de 2007-2014. “Ya cometimos el error de regalar a precio de risa la gran mayoría de los activos inmobiliarios del país a los fondos buitre; si no se toman medidas pronto, perderemos la titularidad de gran parte de la mejor industria que tiene este país, que en su mayoría está en manos de familias españolas: el turismo”. Meses después del aviso de la Cehat, patronal y sindicatos de Canarias siguen reclamando al Gobierno de Pedro Sánchez un plan de rescate en favor del sector turístico regional.

No en vano, las dificultades se han agravado en las últimas semanas y días. Alemania y el Reino Unido —los dos principales países emisores de turistas— desaconsejan volar a las Islas por el descontrol de la pandemia; los Gobiernos central y autonómico se enzarzan en una discusión jurídica por los test de antígenos; el Ministerio de Sanidad impone las pruebas PCR —mucho más caras que los antígenos— a los pocos visitantes extranjeros que aún llegan, encareciendo así las vacaciones; y hasta los peninsulares han de traer un certificado de que no están infectados si quieren venir a la región.

Ese es el cóctel que subyace en el notable incremento del número de alojamientos en venta.

Hay de todo, como en botica: hoteles, hoteles rurales, apartoteles, apartamentos y viviendas vacacionales. Y con precios que oscilan entre los 300.000 euros que cuesta un hotel rural de diez habitaciones ubicado en Valverde, la capital herreña, y los 31 millones que se piden por un renovado hotel situado en Playa del Inglés, en la localidad turística de Maspalomas, con un total de 185 habitaciones con vistas al mar. Con este último son ocho los establecimientos en venta por más de diez millones de euros: un cuatro estrellas también en Playa del Inglés por 11,1 millones; un lote de apartamentos en Maspalomas por 12,5 millones; un hotel-boutique de cuatro estrellas frente al nuevo puerto de cruceros de Las Palmas también por 12,5 millones de euros, este a estrenar; un complejo de 74 apartamentos de nuevo en Playa del Inglés —10,5 millones—; otro de 125 apartamentos en Yaiza, en Lanzarote, por 14,5 millones; un “fabuloso” cuatro estrellas en el turístico Puerto de la Cruz, al norte de Tenerife, por 15,5 millones de euros y “totalmente renovado”; y un apartotel de tres estrellas y 200 habitaciones ubicado una vez más en Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana —el municipio con más establecimientos—, por 25 millones.

En total están en venta más de 40 alojamientos con nombre y apellidos en la provincia de Las Palmas y otros tantos en la de Santa Cruz de Tenerife, sin incluir las varias decenas y lotes que se ofertan sin especificar precios. La mayoría son establecimientos medianos y pequeños, justo los que menos músculo tienen para resistir sin ingresos.