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La caída de ingresos por la pandemia obliga a Armas a refinanciar su deuda

El desplome de la clientela arrasa el plan de amortización, pero la compañía niega estar en una situación de quiebra | La naviera anuncia una solución en semanas

La caída de ingresos por la pandemia obliga a Armas a refinanciar su deudaJUAN CASTRO

La drástica caída de los ingresos provocada por la crisis del Covid-19 ha obligado a Naviera Armas a acometer una urgente "refinanciación o reestructuración", según el comunicado emitido ayer por la mercantil, de parte de su deuda, la que puso en el mercado mediante la emisión de bonos. Ante la inminente llegada de sendos plazos para el pago de los intereses a los inversores, la principal compañía de transporte marítimo de pasajeros española espera cerrar un acuerdo "las próximas semanas".

La naviera, que une Canarias, Baleares y las plazas africanas con la Península, salió así al paso de las informaciones publicadas por El Confidencial y que sitúan el pasivo acumulado por encima de los 800 millones de euros. Fuentes de la empresa no confirmaron ni desmintieron dicho dato ni tampoco la imposibilidad de abonar el cupón de finales de noviembre, correspondiente a la emisión de deuda que vence en 2024 -300 millones de euros-, ni tampoco se pronunciaron sobre el de enero, otros 282 millones a amortizar en el ejercicio 2023.

Dichos portavoces se remitieron en exclusiva al escrito hecho público y que asegura que Naviera Armas Trasmediterránea (adquirió esta última empresa hace casi dos años y medio por más de 400 millones de euros) "no se encuentra en situación de preconcurso ni concurso de acreedores". A ello añadió el desmentido "rotundo" de "otros calificativos vertidos a lo largo de esta mañana [por ayer], que dañan la imagen de la empresa y de sus trabajadores".

El endeudamiento que supuso la adquisición de Trasmediterránea era asumible mediante un plan de amortización a medio y largo plazo que incluía un nivel de ingresos que en nada se parece al actual. La irrupción de la pandemia global provocó que solo fueran viables los desplazamientos inaplazables. Cuando el sector del transporte comenzaba a recuperar algo de pulso, la segunda oleada de contagios terminó por dibujar un futuro lleno de dificultades. Todo ello, en un contexto en el que la aportación del turismo extranjero, habitualmente notable, es casi inexistente.

La pasada primavera varios medios se hicieron eco de la obtención de un crédito del Instituto de Crédito Oficial (ICO) por algo más de 50 millones de euros de financiación. Nada extraño por cuanto el Gobierno central había habilitado una línea de financiación para, precisamente, preservar la viabilidad y el empleo de las grandes empresas. Sin embargo, ni esa ni cualquier otra suma resultan suficientes cuando los ingresos continúan muy lejos de propiciar la salud financiera de la empresa.

De hecho, según publicó Cinco Días, en agosto tuvo que recurrir nuevamente a la ayuda externa, lo que abrió la puerta a la llegada de otros 75 millones de euros desde los fondos de inversión HPS Investment Partners y Apollo.

No obstante, Naviera Armas negó al mediodía de ayer estar en quiebra como publicaron diversos medios ni haberse sentado a negociar quitas con los acreedores. Se ciñe a la mencionada reestructuración de la deuda, lo que incluye alargamientos de los plazos de devolución del dinero invertido por los bonistas.

La compañía "garantiza todos sus compromisos con sus proveedores comerciales", explicó en el mencionado comunicado. También despejó cualquier sombra de duda sobre la continuidad "de todos los servicios que viene prestando tanto en la Península como en los respectivos archipiélagos y en el estrecho" de Gibraltar.

La empresa transporta más de cinco millones de viajeros anuales y cuenta con una flota de 40 buques para cubrir sus rutas.

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