Canarias solo habrá recuperado un 20% del turismo en septiembre o, lo que es lo mismo, únicamente recibirá a uno de cada cinco turistas que visitaron las Islas doce meses atrás. La triple crisis sanitaria, económica y social del coronavirus ha golpeado con dureza al sector turístico del Archipiélago. El Ejecutivo regional estima que la facturación del destino registre pérdidas de casi 10.000 millones este año, un descenso que en el Producto Interior Bruto (PIB) se traduce en un retroceso del 23%. La recuperación de visitantes desde el levantamiento del estado de alerta sanitaria tiene lugar de forma "muy gradual" y los hoteleros tienen dudas de cuál será el momento idóneo para abrir sus establecimientos ante la debilidad de la demanda pese a la paulatina recuperación de la conectividad.

La capacidad aérea media de este mes ronda el 30%, un porcentaje que se elevará al 48% durante la última semana de cumplirse la programación realizada por las aerolíneas. Pero los hoteleros tienen claro que una cosa es la conectividad y otra bien distinta la ocupación de los vuelos. En junio, cada avión transportó una media de 41 pasajeros en Canarias frente a los 91 del mismo mes del ejercicio pasado. Es decir, los aparatos volaron prácticamente vacíos.

Una encuesta realizada por la Consejería de Turismo del Gobierno canario refleja que el 51% de los hoteleros no sabe si fijar para agosto la apertura de puertas de sus alojamientos. Para ese mes, la estimación del Ejecutivo es que solo se haya recuperado un 15% de la actividad, una tasa que se elevaría al 20% en septiembre, al 30% en octubre y al 40% en noviembre. El principal salto cualitativo se producirá en diciembre, en plena temporada alta, como ya apuntó el presidente canario Ángel Víctor Torres en la Cámara regional. La perspectiva del Gobierno canario es que en el último mes del año las Islas hayan recuperado el 60% del volumen de turistas.

La economía mundial ha quedado sensiblemente dañada por el estallido de la pandemia del coronavirus y los turistas retrasan sus planes de viajes por el temor al contagio y por la merma económica que ha supuesto para sus bolsillos la crisis. El sector deposita sus esperanzas en el turismo local y en el peninsular para sobrevivir al verano. Es el primero en reactivarse y conoce mejor los protocolos de seguridad que se han implementado en las Islas. El Ejecutivo regional no renuncia, por ello, a rescatar el turismo internacional, tal y como refleja en un informe elaborado con motivo de la reciente visita de la expedición de la Organización Mundial del Turismo (OMT) encabezada por su secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.

Ante tal panorama las patronales hoteleras no han dejado de reclamar al Gobierno central medidas que alivien la tensión a la que se enfrentan. Además de acciones de incentivación de la demanda -como la bonificación de los gastos turísticos de los visitantes nacionales que elijan Canarias como destino vacacional-, también han exigido la flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para adaptarlos a la realidad del sector y la prolongación de los mismos hasta final de año.

El real decreto ley acordado por el Gobierno central con patronales y sindicatos para la extensión de los ERTE hasta final de septiembre -y aprobado hace menos de un mes por el Consejo de Ministros- recoge en la disposición adicional séptima una mención a Canarias por su condición de región ultraperiférica (RUP). En la misma se indica que se tendrá en cuenta las particularidades de la comunidad hasta la reanudación del tráfico aéreo internacional. Si, llegado el momento, ni la realidad ni las perspectivas son buenas, el Archipiélago podrá solicitar acogerse a esta cláusula. El sector está seguro de que no logrará remontar lo suficiente el vuelo ante la inconsistencia de la demanda y el miedo que suscitan los rebrotes, por lo que reclaman mayor concreción por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez para que la extensión sea desde ya una realidad y permita a los empresarios adoptar decisiones a corto, medio y largo plazo con seguridad. Aunque las expectativas proyectadas por el propio Gobierno para los próximos meses están sujetas a múltiples variaciones -como la programación de las aerolíneas o la propia evolución de la pandemia-, el sector advierte que ni si quiera un 50% de demanda asegura el equilibrio entre gastos e ingresos. La recuperación estimada del 20% del ejercicio en curso resulta, por tanto, insuficiente para garantizar la buena marcha del sector sin la adopción de medidas de protección y cobertura y de incentivación de la demanda.