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Crisis del coronavirus

Los hoteleros de Ibiza también recelan del plan piloto que Canarias ve inseguro

La patronal de las Pitiusas no cuestiona la seguridad del proyecto pero cree que solo beneficiará a Mallorca | Los profesionales del sector reclaman test "siempre en origen"

Los hoteleros de Ibiza también recelan del plan piloto que Canarias ve inseguroDelia Padrón

El programa de turismo experimental para traer a España a los primeros visitantes de la era pospandemia tampoco cuenta con un apoyo unánime en Baleares. El proyecto piloto, auspiciado por el Govern balear y asumido por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, no solo no se ha ganado aún la adhesión de Canarias, donde tanto el Ejecutivo regional como el empresariado creen que no ofrece las suficientes garantías sanitarias, sino que ni siquiera gusta en todas las islas del otro archipiélago del país. En Menorca, Formentera y, sobre todo, Ibiza, la crítica generalizada del sector es que solo Mallorca se beneficiará de un plan que no es rentable desde un punto de vista estrictamente económico, algo que ya ha admitido el mismo Govern, y del que tampoco sacarán partido en términos de promoción o imagen, ya que al menos hasta ayer no tenían garantizado recibir ni uno solo de los 10.900 turistas autorizados por el Ministerio. Así pues, todo parece que lo que en principio iba a ser un proyecto en favor de todas las islas acabará siendo un programa específico para Mallorca.

Las prisas por reanudar la actividad del Gobierno que preside Francina Armengol y de los empresarios turísticos del archipiélago mediterráneo obedecen a la inminencia de la temporada veraniega. No en vano es su temporada alta, esos meses en los que los negocios se juegan los beneficios de todo un año. En Canarias, sin embargo, la temporada alta coincide con el invierno, donde prácticamente no tiene rival en toda Europa. Esta es la razón de fondo de que Baleares haya tomado una aparente delantera y se haya apresurado para que la ministra Reyes Maroto autorizara su programa piloto. Una vez se dio el visto bueno a los planes del Govern, el Ministerio le ofreció a la Consejería de Turismo del Ejecutivo canario, que dirige Yaiza Castilla, la posibilidad de poner en marcha un proyecto similar, una oferta que, de momento, el Gobierno autonómico ha declinado.

Los 10.900 turistas que aterrizarán en Baleares a partir del próximo lunes, que habrían sido 9.300 en el caso de Canarias, no serán sometidos a test PCR para asegurarse de que no son portadores de la Covid-19. El protocolo se circunscribe a un cuestionario sobre salud que los viajeros deberán contestar y a su seguimiento una vez estén en las islas, de modo que quien esté infectado de SARS-CoV-2 efectivamente habrá importado la enfermedad. Algo "insuficiente" para que un proyecto así pueda ponerse en práctica con total tranquilidad, tal como Castilla le transmitió en una misiva a la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver.

Pero en Baleares las cosas se ven diferentes. "Nos situará como mejor destino a nivel nacional", señalaba este martes la presidenta Armengol, cuyo Gobierno fía en este programa experimental que el archipiélago mediterráneo sea capaz de proyectar una imagen de seguridad que anime a los turistas a pasar sus vacaciones en Baleares en los próximos meses. Sin embargo, las alarmas se han disparado también en Menorca y las Pitusas (Formentera e Ibiza), aunque no tanto por el riesgo que en mayor o menor grado implica renunciar a hacer test PCR a los turistas como por el hecho de que corren el riesgo de no recibir ni a uno solo de esos 10.900 viajeros.

Aún ayer no había ni un solo vuelo programado a Menorca, y tampoco en las Pitiusas tienen seguridad de que parte de esos casi 11.000 alemanes (el plan solo incluye a turistas de este país porque la situación de la epidemia allí es similar a la de Baleares) vaya a visitar Ibiza y/o Formentera. De hecho, Alemania no es el principal mercado ni de Menorca ni de Ibiza, aunque sí de Mallorca, lo que también ha alimentado en estas islas el runrún de que el plan piloto es en realidad un traje a medida para la isla capitalina. Sea como sea, lo cierto es que los primeros mil alemanes llegarán a Mallorca el lunes sin que haya previsión (al menos al cierre de esta edición) para las demás islas, de ahí la desazón de los empresarios. "Es muy precipitado todo", explicó la presidenta de la Federación Hotelera de las Pitiusas, Ana Gordillo, informó Diario de Ibiza.

ERTE a medida

El plan del Govern tendrá dos grandes beneficiarios, eso sí, en el turoperador alemán TUI y en la hotelera RIU. El presidente de TUI, Friedrich Joussen, así lo ha reconocido en una entrevista con ABC en la que explica que en Canarias no estarán listos para volver hasta mediados de julio y que, en cambio, en Baleares "estarán funcionando enseguida nuestros hoteles RIU y Robinson gracias al trabajo con Armengol, muy proactivo". Tan es así, que los hoteles que participen en el proyecto piloto tendrán trato preferencial en la flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Es decir, que la reincorporación momentánea de los trabajadores para atender a esos 10.900 alemanes no les impedirá a las empresas continuar beneficiándose en adelante de las ventajas de los ERTE por fuerza mayor.

De nuevo en Canarias, donde el Colegio Oficial de Profesionales en Turismo secundó a Castilla en su petición de que los test se lleven a cabo "siempre en origen", la consejera anunció que se invertirán 6,5 millones en la promoción del destino en los próximos meses, una de las cuantías más altas de la historia.

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