La economía canaria ha comenzado el año con más fuerza de la esperada. El producto interior bruto (PIB) de las Islas creció un 0,9% en el primer trimestre, mientras que en todo 2018 solo lo hizo un 2%, cuatro décimas por debajo de la media nacional. La razón hay que buscarla en que algunos sectores, en especial la construcción, han cubierto el descenso experimentado por el turismo que, a su vez, ha sido menos intenso que lo que se preveía.

La Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife presentó ayer su boletín de situación económica referido a los primeros tres meses del ejercicio, patrocinado por CaixaBank y del que se desprende que, tras un 2018 marcado por la desaceleración, la economía del Archipiélago recupera brío, aunque para el empleo no haya sido un buen trimestre. Aupada por el alza de la licitación pública -que crece por encima del doble y retoma a los valores de hace una década-, la construcción palía la tendencia a la estabilización del sector turístico tras los récords registrados en los últimos años.

"La llamada a tomar el relevo que hicimos durante todo el año pasado ha sido positiva", celebró la directora general de la entidad cameral, Lola Pérez. Las actividades constructivas, junto a las industriales, registran la mejor evolución en este comienzo de 2019 y compensan la ligera caída del turismo. Esta, además, no se ha traducido en una disminución del gasto de los visitantes, que sigue en aumento, lo que apunta a que "la calidad se reafirma por encima de la cantidad". Sin embargo, sí comienza a detectarse "alguna subida del paro" en el conjunto de la hostelería.

Aunque la evolución de la mayoría de indicadores económicos ha sido favorable, el empleo retrocedió en el primer trimestre del ejercicio. Entre enero y marzo se perdieron 20.900 ocupados y la tasa de paro escaló hasta el 21%. En este aspecto se observa un desfase entre las dos provincias canarias: Santa Cruz de Tenerife presenta un índice de desempleo del 19%, mientras que Las Palmas contabiliza un 23%. El número de ocupados se ha reducido un 5,2% en las islas orientales -24.400 menos que a final del año-, en tanto que en las occidentales se ha elevado un 0,8%, con 3.400 empleos nuevos. El mayor deterioro del turismo en la provincia de Las Palmas, afectada por el bajón de los mercados alemán y nórdico, explica esta brecha, apuntó el presidente de la Cámara, Santiago Sesé. También las islas orientales han participado en menor medida del considerable auge de las licitaciones de obra pública que ha tenido lugar en este inicio del año.

La dificultad para que el paro baje de forma drástica no es tanto el número de ocupados -que se mueve en cifras superiores a las de antes de la crisis- como el desempleo estructural, integrado en su mayor parte por quienes se quedaron sin trabajo en el sector de la construcción, cuyas posibilidades de recolocación se ven lastradas por su falta de cualificación. "Es necesario un reciclaje", señaló Lola Pérez, quien añadió que el descenso de la población activa, si continúa estabilizándose la hostelería, puede contribuir a que la tasa de paro mengüe.

El director territorial de CaixaBank, Juan Ramón Fuertes, destacó la influencia positiva que para la economía canaria está teniendo que el trimestre también haya sido mejor de lo esperado en las economías de los "grandes mercados emisores" para las Islas: Reino Unido y Alemania.

El reto es mejorar la productividad

"La economía canaria arrastra un problema de productividad que persiste tras estos años de progreso constante. Ese es el principal desafío que afrontamos". El presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé, aconsejó ayer "coordinación" entre las administraciones públicas y el sector privado para incrementar una productividad que lleva estancada alrededor de 25 años. Este reto, advirtió, debe ser asumido por los gobiernos que se conformen tras las elecciones generales y autonómicas de abril y mayo con capacidad de "diálogo y consenso".

La escasa consistencia de un tejido empresarial cada vez más atomizado es uno de los factores que impiden el despegue en esta materia. Un 95% de las empresas tiene menos de diez trabajadores y el 56% no cuenta con ningún empleado, detalló Sesé. En palabras de la directora general de la entidad, cameral Lola Pérez, el tejido productivo es "más numeroso pero de menor dimensión" y está constituido de forma muy mayoritaria por las actividades de servicios -su peso sobre el total ha subido desde el 80% al 85% en la última década- y empresas de pequeño tamaño. "Tenemos que hacer frente a esta realidad de micropymes para ganar músculo y ser más competitivos", agregó.

Para conseguirlo, la Cámara de Comercio cree necesario "acelerar los procesos de innovación y digitalización de las empresas, apostar por la formación continua de los recursos humanos y adaptar la regulación para estimular el crecimiento empresarial", afirmó Santiago Sesé. "Debemos favorecer la generación de un entorno innovador, impulsando la inversión pública y privada en I+D y estrechando el vínculo entre el ámbito académico y el empresarial", apuntó el presidente de la institución.