El pergamino de Clío

El extraño regalo

El extraño regalo

El extraño regalo / El Día

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

En abril de 1832, la reina María Cristina recibió un inesperado regalo de cumpleaños por parte de su marido, el rey Fernando VII.

«Deseando conciliar el último e inevitable rigor de la justicia con la humanidad y la decencia en la ejecución de la pena capital y que el suplicio en que los reos expían sus delitos no les irrogue infamia cuando por ellos no la mereciesen, he querido señalar con este beneficio la grata memoria del feliz cumpleaños de la Reina mi muy amada esposa y vengo a abolir para siempre en todos mis dominios la pena de muerte por horca; mandando que en adelante se ejecute en garrote ordinario la que se imponga a personas de estado llano; en garrote vil la que castigue delitos infantes sin distinción de clase; y que subsista, según las leyes vigentes, el garrote noble para los que correspondan a la de hijosdalgo».

El 24 de abril de 1932 se firmaba la real cédula que sustituía la horca por el garrote vil. El rey entendía este regalo como una muestra de «humanización». El garrote existiría como pena de muerte en España desde ese día hasta 1978, cuando se abolió gracias a la llegada de la nueva y actual Constitución. Se creía que la muerte por garrote vil, al ser instantánea, era menos cruel. El mecanismo consistía en una cuerda atada a una argolla de hierro y a un poste, así se terminaba con la vida del condenado mediante la dislocación de las cervicales. Muchas veces, la muerte no era inmediata y el reo debía esperar a morir asfixiado por un aplastamiento de laringe, todo dependía de la maña del verdugo.

Para las ejecuciones por garrote también había diferencias por clases. Se estableció el garrote ordinario para las personas del estado llano, el garrote vil para los delitos infamantes sin distinción de clase y el garrote noble para los hijosdalgo. Los nobles eran llevados a caballo con la cabeza cubierta, los ordinarios en mula y las víctimas de garrote vil en burro, sentados al revés y con la cabeza tapada.

El término vil procede del medievo, ya que la decapitación para la nobleza se ejecutaba con espada y la de las personas de a pie se realizaba mediante «garrotazo». Fue el bisabuelo de Fernando VII, Felipe V, quien cambió la horca por el garrote, ya que consideraba más digno morir sentado que «suspendido en el aire».

La pena de garrote se aplicó también en algunos territorios de ultramar como Puerto Rico, Cuba o Filipinas. Fue usado por última vez el 2 de marzo de 1974 para ejecutar al anarquista Salvador Puig Antich, condenado por matar de un disparo a un policía durante un robo, y al delincuente común Heinz Chez, ambas ejecuciones en Cataluña. En Filipinas se abolió en 1898, tras pasar a ser colonia estadounidense, y en Puerto Rico se usó hasta 1952.

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