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Resumen 2021 | Erupción en La Palma

Una catástrofe en directo

El 19 de septiembre se inicia el proceso eruptivo de Cumbre Vieja, un drama construido sobre lava y lágrimas que ha sido retransmitido a todos los rincones del planeta desde Canarias minuto a minuto

El volcán de Cumbre Vieja, sin actividad aparente, la pasada semana en la isla de La Palma. Andrés Gutiérrez

Nadie imaginaba a las 15.10 horas del domingo 19 de septiembre que la crisis vulcanológica de la isla de La Palma fuera a inaugurar la era de las retransmisiones en directo de fenómenos naturales. Y es que cuando se cumplen más de 90 días de aquella jornada, sumado al hecho de que el volcán de Cumbre Vieja lleva dormido casi diez días, el recuerdo de los casi tres meses de erupciones tiene muchas dosis de pena, dolor y tristeza por las pérdidas y los daños pero, también, nos recuerdan el despliegue tecnológico que ha permitido al planeta entero conocer el volcán palmero desde todos los ángulos posibles.

Una catástrofe en directo

Drones, sensores sísmicos, barcos, robots submarinos, cámaras termográficas... El proceso eruptivo de la isla canaria ha demostrado no sólo el altísimo nivel profesional que tienen los científicos del IGME, el Pevolca o las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna, también han permitido a la población comprender, que ya de por sí es un logro digno de reconocimiento, cómo y cuáles son las fases en el desarrollo de este tipo de fenómenos naturales. Si a eso se le suma la cobertura que han ofrecido los medios de comunicación, la crisis vulcanológica de La Palma puede presumir de ser la más (y mejor) contada de la historia geológica del planeta.

Pero sólo en eso se puede hablar del lado positivo de este fenómeno: Canarias estima, y así se lo ha trasladado al Gobierno de Pedro Sánchez la Consejería de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos del Gobierno regional, que los daños ocasionados por el volcán de La Palma ascienden a 842,33 millones de euros, aunque esa cifra, casi con seguridad, se va a quedar corta.

Lo que sí parece definitivo es el número de personas que han perdido sus viviendas: 2.329 en los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Fuencaliente. Asimismo, 7.000 vecinos de la isla han debido de ser evacuados a lo largo de los 90 días que ha durado la crisis vulcanológica y sus coladas, episodios que han afectado 12.188.679,53 metros cuadrados de superficie con un perímetro total de 68.895,33 metros cuadrados.

Sobre el número de edificaciones destruidas, a datos del 20 de diciembre las cifras son de un total de 1.676 construcciones afectadas, según los datos del Cabildo de La Palma. La institución, además, los distribuye en 1.345 viviendas; 180 cuartos de aperos; 75 edificaciones; 44 edificaciones de ocio y hostelería; 16 colegios y otros 16 edificios de distintos usos.

25.000 seísmos en ocho días

Días antes de que el magma se abriera paso en la zona de Cabeza de Vaca, dentro de los límites del municipio de El Paso, se registraron miles de eventos sísmicos —más de 25.000 seísmos desde el 11 de septiembre hasta el 19, según la cifra que dio el Involcan horas antes de que se iniciase la erupción—, con un 18 de septiembre realmente «intenso en cuanto a actividad sísmica».

«Antes de una erupción volcánica se produce un aumento gradual de la actividad sísmica que puede prolongarse durante mucho tiempo y ser percibida por la población, por lo que se debe mantener la calma», comunicaron en un aviso a la población desde el Gobierno de Canarias y el servicio de emergencias 112. Horas después, se desgarraba la superficie de La Palma, que ya había sufrido deformaciones de entre seis y 10 centímetros debido a la presión que generaban los flujos magmáticos bajo tierra.

El 24 de septiembre se intensifica la actividad explosiva del volcán y surgen dos nuevas bocas eruptivas. Y solo un día después, un nuevo foco de emisión aparece más al oeste del foco principal de material volcánico y el cono se rompe parcialmente.

La lava, más fluida, empieza a afectar a cultivos plataneros, quemando plásticos y compuestos químicos y el 29 de septiembre, alrededor de las doce de la noche, una de las coladas de lava desemboca en el mar descendiendo por el acantilado que hay junto a la playa de Los Guirres y formando, en un principio, una especie de «pirámide de 50 metros», que posteriormente irá agrandándose en tamaño hasta convertirse en una fajana de considerables dimensiones que siguió creciendo las semanas posteriores. A lo largo de las jornadas posteriores, las coladas alcanzarían el océano Atlántico por otras tres zonas diferentes.

Sin embargo, nada de lo sucedido durante 90 días parece que haya sido casual. El vulcanólogo Marc-Antoine Longpré, del Queens College de Nueva York, publicó en la revista científica Science que la erupción de La Palma se habría estado gestando durante cuatro años. Sin embargo, la aparición del nuevo volcán solo se hizo evidente ocho días antes de que el magma saliera a la superficie, datos que permitirán en un futuro prever este tipo de fenómenos.

Aunque el 11 de diciembre la erupción de Cumbre Vieja superó los 84 días de actividad del volcán Tehuja —también en La Palma, en 1585—, los signos de agotamiento ya comienzan a ser evidentes, según el comité científico del Pevolca.

Con una brutal disminución de la actividad sísmica —el pasado jueves hubo XX terremotos— y sin actividad vulcanológica, desde el día 14 de diciembre los científicos y la población palmera han esperado los diez días de protocolo para dar por concluida la erupción.

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