El CD Tenerife regresa a El Molinón, su estadio talismán

El representativo ha firmado en el feudo del Sporting nueve conquistas, alguna de ellas icónica como la de 1996

Ojeda, Pizzi y Felipe, entre otros, celebran la victoria de 1996.

Ojeda, Pizzi y Felipe, entre otros, celebran la victoria de 1996.

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Vuelta a un escenario fetiche. El representativo regresa este domingo (20:00 horas) a un campo que evoca recuerdos casi todos felices, entre ellos la última clasificación de los blanquiazules para la Copa de la UEFA, el primer triunfo a domicilio de su último periplo en Primera División o el partido que para el Tenerife de Martín supuso avistar el bautizado como «campamento base» por el entrañable técnico chicharrero. Dicho de otro modo, la permanencia en Segunda, que quedó casi abrochada con el triunfo que su equipo rubricó con tantos de Jesús Corona y Jesús Vázquez.

Los números atestiguan que hay muchas otras plazas en la geografía española donde ganó muchas veces más el Tenerife, pero al feudo del Sporting de Gijón se le considera «talismán» por muchos motivos. Hasta la fecha ya son nueve las ocasiones que el representativo ha profanado El Molinón, escenario que debe su nombre a un molino hidráulico que se erigía en las inmediaciones de su localización y que es considerado el estadio más antiguo del balompié nacional. Ahora, además, lleva grapado el nombre un histórico como Enrique Castro, Quini.

La afición blanquiazul guarda una indiscutible conexión especial con el campo al que vuelve el Tenerife este fin de semana. Es hablar de Gijón y sucederse una retahíla de recuerdos felices. Probablemente así sea porque casi todos los triunfos del representativo en El Molinón tienen connotaciones entrañables, en algún caso incluso históricas. La victoria más icónica data del 25 de mayo de 1996, cuando los goles de Pinilla y Aguilera certificaron para el Tenerife su segunda clasificación para disputar competiciones europeas.

De la mano deJupp Heynckes y Ewald Lienen, tan gigantesca fue la proeza que el equipo blanquiazul dejó por detrás con aquel resultado en Gijón a todo un Real Madrid, al que relegó a la sexta plaza en una liga conquistada por el Atlético. Inimaginable en los tiempos que corren.

Hubo más triunfos significativos en el feudo del Sporting. Por ejemplo el último en Primera, que corresponde a la más reciente experiencia del Tenerife en la máxima categoría. Como tantos otros años, estaba hallando el cuadro isleño severas dificultades para vencer a domicilio. Hasta que llegó a Gijón. De hecho, su victoria en Asturias –con goles deRomán y Alfaro– le permitió borrar el cero de su casillero de triunfos comfo forastero. Bajo la batuta deOltra, los blanquiazules firmaron su partido más convincente en la Península y se trajeron los puntos para sonrojo del Sporting (0-2), que vio cómo les superaba un rival hasta entonces nulo fuera del Heliodoro. Dirigía al Sporting el fallecido Manolo Preciado, que recibió duras críticas por aquel resbalón.

El campo ya traía buenas vibraciones a su amigo Oltra, que lo había profanado en 2007, quebrando también en aquella oportunidad una larguísima mala racha a domicilio. Lo mismo en 2004 el Tenerife de Martín Marrero, cuando ganar en el campo del Sporting también tuvo premio extra: llegar al «campamento base», como él mismo lo llamaba. En esta oportunidad, el premio adicional para los de Asier Garitano sería firmar el mejor inicio de la historia del club en el fútbol profesional. Ganar en Asturias supondría irse a los 15 puntos sobre 18 posibles. Sería para el representativo la tercera conquista consecutiva a domicilio, tras las victorias en Huesca primero y en Andorra después.

Es el del Sporting un campo que trae felices recuerdos a muchos futbolistas del actual Tenerife, pero sobre todo a uno:Enric Gallego. El barcelonés anotó sus últimos tantos como blanquiazul en la Península justamente en el campo al que vuelve el domingo. Fue hace 18 meses y desde entonces todas sus dianas han sido en el Heliodoro. Ahora bien, que nadie piense en un triunfo fácil. Además, El Molinón no siempre es sinónimo de triunfo. Que se lo pregunten a los muchos supervivientes de la última visita a Gijón, donde el Tenerife salió trasquilado el año pasado con un certero gol de Izquierdoz que canjeó el Sporting por tres puntos.

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