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Carlos Ruiz.CD Tenerife

Las lesiones dan una tregua al CD Tenerife

Todo indica que el Tenerife podrá preparar el partido del 7 de enero, contra el Málaga, con todos los jugadores disponibles. Sería la primera vez desde que comenzó el curso.

Una vez curada la última rotura muscular de las muchas que afectaron al equipo, la de José León, y sin indicios preocupantes relacionados con los visitantes más recientes de la enfermería, Teto y Waldo, el Tenerife apunta a volver de las vacaciones de invierno sin futbolistas condicionados por los problemas físicos. Toda una novedad para Ramis.

No ha habido ni un día del curso 22/23 en el que al menos un futbolista del Tenerife no haya estado de baja por lesión. En realidad, el problema empezó antes, en la pretemporada, cuando terminaron las vacaciones de verano y el equipo se puso manos a la obra el 12 de julio. En ese punto de partida, Javi Alonso y Pablo Larrea seguían en tratamiento por dolencias heredadas de la campaña anterior, una meniscopatía externa de la rodilla derecha y una rotura del ligamento cruzado anterior de la misma articulación. A partir de ahí no tardaron en encadenarse las roturas musculares, Alexandre Corredera y Samuel Shashoua fueron operados en septiembre y hasta un blanquiazul, Mo Dauda, sufrió una fisura de los huesos de dos vértebras lumbares por una mala caída en el campo del Ibiza. Toda una colección de inconvenientes que ya está dando indicios de haberse completado, al menos temporalmente. Las lesiones dan una tregua. Eso parece. Justo tras el cierre de la primera vuelta y coincidiendo con la pausa navideña. Si todo va bien, si no surgen contratiempos, Luis Miguel Ramis podrá preparar la visita al Málaga, del 7 de enero, con todos sus jugadores disponibles. La enfermería quedaría vacía por primera vez desde que empezó todo hace medio año.

Los últimos tocados fueron Teto, Waldo Rubio y Elady. Los dos primeros se perdieron los partidos de Liga contra el Villarreal B y el Andorra, y también el de Copa con el Pontevedra. Elady solo la eliminatoria copera. En principio, nada grave, nada que haga pensar que alguno estará mucho más tiempo sin competir. Lo de Teto fue un edema muscular en el bíceps femoral del muslo izquierdo. Y lo de Waldo, una sobrecarga de los isquiotibiales del muslo derecho. No hay roturas. El club no publicó ningún parte médico preocupante. La pauta a seguir, cuidados de fisioterapia y descanso. Suficiente para que regresen a la actividad a pleno rendimiento el próximo viernes. En cuanto a Elady, fue Ramis el que contó, tras la derrota en Pontevedra, que se había quedado fuera de la convocatoria por gripe y también por unas molestias. Nada que ver con la rotura fibrilar miotendinosa en el sóleo de la pierna derecha que le obligó a parar durante dos meses tras su debut en el partido inaugural ante el Eibar. Vio pasar como un espectador más nueve fechas de la Liga.

El jienense no fue el único aislado de la competición por un problema físico. Hasta trece blanquiazules enlazaron dos o más jornadas en el dique seco. Shashoua y Corredera dieron el mayor ejemplo de paciencia. Cada uno tachó del calendario once partidos, casi de forma paralela. Los dos coincidieron en recurrir a la cirugía tras intentar, sin éxito, curarse con tratamientos conservadores. El futbolista londinense venía soportando una pubalgia, y el gerundense una fractura de sesamoideo –un hueso del pie–.

Pero lo lesión más común ha sido la rotura muscular. Por ella pasaron Borja Garcés, Sergio González, Elady Zorrilla, José Ángel Jurado, Waldo Rubio, Carlos Ruiz y José León. El central madrileño concentró el colmo de la mala suerte, dado que sufrió dos roturas, una en el bíceps femoral del muslo derecho y, más adelante, otra en el mismo músculo de la pierna izquierda. En total, ocho partidos desconectado.

Luis Miguel Ramis relaciona esta mala racha con una «situación normal de la competición». Es así. No detecta deficiencias en la preparación física de los futbolistas y tampoco en la labor de los profesionales de los servicios médicos. «No creo que estemos muy lejos de los demás equipos en cuanto a las lesiones musculares, aunque sí puede ser que se hayan condensado en estos meses», apunta el técnico, que tiene en cuenta que el equipo disfrutó de unas vacaciones de verano demasiado cortas y que el exigente volumen de trabajo en el arranque de la competición pudo ser contraproducente. «Pero hacemos prevención, miramos las cargas y seguimos una línea con los médicos», advierte convencido de que habría que realizar un «estudio técnico más profundo» para ampliar la información y descubrir otras causas. «A veces no sabes por qué ocurren las lesiones, pero llegan en cualquier momento, porque la aceleración y la desaceleración provocan contracturas y roturas, pero estamos trabajando muy bien y lo veo como una situación normal de la competición», resume.

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