El CD Tenerife y su director deportivo estuvieron esperando un mes entero por la cesión de Iván Romero de Ávila (La Solana, 2001) hasta que –ya con la temporada iniciada– el Sevilla dio luz verde a la operación y permitió que el delantero deseado por el representativo luciera al fin sus colores. Tenía muy claro Juan Carlos Cordero que era el del manchego el perfil que necesitaba el equipo, al que quería dotar de mayor peligrosidad arriba con nuevas fuentes anotadoras. Con Romero, ha hallado lo que quería. Ya no son solo sus goles (dos en lo que va de campeonato), sino también las excelencias sensaciones que desprende desde que ha ido asentándose en las alineaciones de Ramis.
«Tuve la oportunidad de hablar con él antes de que viniera. Lógicamente le había visto con el Sevilla, pero no conoces a una persona hasta que no la tienes enfrente», detalla el técnico. «Es ahí cuando ves qué reflejan sus ojos, su cara, cómo se expresa... y ha sido una grata sorpresa. Es un chico con una ilusión y humildad tremendas, sus ganas de trabajar son muy grandes y borra todo lo hecho hasta ahora, que ya son bastantes cosas, y está centradísimo en su misión ahora en el Tenerife», explica el jefe del banquillo blanquiazul, quien destaca su afán de crecer.
«Ese tipo de perfiles van mucho con lo que nosotros queremos de los jugadores. Y luego futbolísticamente, en cuanto a características y cualidades, pensamos que tiene un enorme potencial. También es un chico muy joven, que necesita su espacio de tranquilidad, y eso es lo que estamos intentando con él. Pero ha entendido todo muy rápido: ritmos, intensidades y responsabilidades. Iván sabe dónde está y estamos muy felices por su rendimiento», cuenta Ramis, quien vaticina que el jugador prestado por el Sevilla «va a tener una trayectoria brillante con el equipo».
«Desgraciadamente, no es un futbolista nuestro», subraya el técnico, que le está sacando jugo desde la cuarta jornada liguera, si bien su estreno en este curso se produjo en Primera y con los colores del Sevilla. Los minutos que disputó ante Osasuna en El Sadar fueron un claro indicio de la alta estima y confianza que le tenía Julen Lopetegui; ya destituido en el conjunto hispalense.
Desde entonces y hasta la fecha, Romero no ha hecho sino crecer. En Ponferrada firmó su primera titularidad y desde la semana del Tenerife-Málaga (sexta jornada) ha tenido minutos en todos los partidos. Su sociedad con Enric Gallego está llamada a dar grandes alegrías a la afición del Heliodoro, donde se estrenó el domingo a lo grande: «Competimos como jabatos ante un rival muy bueno, consolidado y con jugadores de Primera. Ya había marcado fuera pero hasta ahora nunca en casa. Y hacerlo en el estadio es especial; es increíble cómo suena».
